La ¡°voladura de la Transici¨®n¡± y otros falsos mitos sobre la memoria hist¨®rica
En el 80? aniversario del final de la Guerra Civil, la memoria sigue en el centro del debate pol¨ªtico y cultural en Espa?a
¡°Me daban ganas de salir del hemiciclo. He estado a punto de ir a tomarme una copa y volver, porque me ha parecido demencial¡± ¡¡°Este proyecto de ley es irrelevante y enga?oso. Produce graves divisiones en los ciudadanos, resucita odios, alienta deseos de revancha¡ ¡°. Son algunas de las intervenciones que se escucharon en 2006 en el Parlamento durante el debate de la ley de memoria hist¨®rica, la que ¡°m¨¢s pol¨¦mica y pasiones desat¨®¡±, en palabras del senador del PP que defendi¨® el veto a la norma. Solo los populares y ERC votaron en contra, aunque por motivos contrarios: los primeros porque no la ve¨ªan necesaria y los segundos porque cre¨ªan que se quedaba corta. En una legislatura en la que se aprob¨® la ley antitabaco, la de la regularizaci¨®n de inmigrantes, la del matrimonio gay, la de la reproducci¨®n asistida, o la de igualdad, la que m¨¢s pol¨¦mica provoc¨® para el PP fue una ley sobre el pasado. Y sigue provoc¨¢ndolo.
No hay d¨ªa en el que el alg¨²n miembro del PP o de Vox invoque la ley de memoria hist¨®rica para atacar al PSOE, el partido que la llev¨® a las Cortes. ¡°Son unos carcas que est¨¢n todo el d¨ªa con la guerra del abuelo, con la fosa de no s¨¦ qui¨¦n¡±, declar¨® Pablo Casado al poco de llegar a la presidencia del PP. ¡°Ya no le quedan tumbas que visitar ni brechas por abrir entre espa?oles¡±, afe¨® a Pedro S¨¢nchez despu¨¦s de que este visitara la tumba de Aza?a. El l¨ªder popular cree que se trata de una ley ¡°nociva¡±, una ¡°sectaria reescritura de la historia¡± y ha encargado un proyecto para corregirla, la llamada ¡°ley de concordia¡±, a Adolfo Su¨¢rez Illana, que dijo que los espa?oles deben ¡°parte¡± de la democracia a Franco porque ¡°si no le hubiera dado la gana de hacer la Transici¨®n como se hizo, no se hubiera hecho as¨ª¡±. La derecha agita el debate de la memoria hist¨®rica apoy¨¢ndose en tres premisas: que supone una ¡°voladura de la Transici¨®n¡±; que divide a los espa?oles y que pretende ¡°reescribir la historia¡±. Sin embargo, el primer p¨¢rrafo de la norma es una loa a ese periodo; la restituci¨®n de derechos de los vencidos y sus descendientes arranc¨® en la Transici¨®n; desde el a?o 2000 se han abierto cientos de fosas de la Guerra en toda Espa?a sin un solo incidente ¨Cen alg¨²n caso, con presencia e incluso financiaci¨®n de Administraciones del PP- y de momento, lo m¨¢s parecido a un intento de reescribir la historia ha sido el pol¨¦mico p¨¢rrafo en el que el Tribunal Supremo defin¨ªa en un auto judicial a Franco, entonces un general golpista, como "jefe del Estado en 1936", el a?o en que arranc¨® la Guerra Civil.
A la muerte de Franco, las viudas que no hab¨ªan cobrado pensi¨®n por el fallecimiento de sus maridos, empezaron a cobrarlas. Tambi¨¦n empezaron a abrir, por su cuenta, sin los cient¨ªficos que ahora participan en el proceso y con la ayuda en algunos casos de sacerdotes, las fosas a las que hab¨ªan sido arrojados sus cuerpos. El balance de la memoria hist¨®rica de los ¨²ltimos cuarenta a?os desmonta falsos mitos. Tambi¨¦n muestra, como ha se?alado la ONU en varias ocasiones, que sigue pendiente lo fundamental: la recuperaci¨®n de restos de los fusilados que a¨²n permanecen en fosas y cunetas. Espa?a es el segundo pa¨ªs del mundo con m¨¢s desaparecidos (114.000 seg¨²n las estimaciones hechas por historiadores y familiares). El primero es Camboya.
Mito 1. La voladura de la Transici¨®n. ¡°Es un intento de voladura controlada de lo que la Transici¨®n signific¨®¡±, declar¨® el PP durante el debate de la ley de memoria, aprobada en 2007. Cuando el PSOE respondi¨® que el texto alababa ese periodo, los populares llevaron a las actas de las sesiones parlamentarias un nuevo concepto: ¡°la literalidad oculta¡±. La quinta palabra de la norma es precisamente ¡°concordia¡±, el nombre con el que los populares denominan su proyecto sustituto. Y los primeros p¨¢rrafos de la exposici¨®n de motivos, donde se justifica la necesidad de la ley, dicen: ¡°El esp¨ªritu de la Transici¨®n da sentido al modelo constitucional de convivencia m¨¢s fecundo que hayamos disfrutado nunca, y explica las diversas medidas y derechos que se han ido reconociendo, desde el origen mismo de todo el periodo democr¨¢tico, en favor de las personas que durante los decenios anteriores a la Constituci¨®n sufrieron las consecuencias de la Guerra Civil y del r¨¦gimen dictatorial que la sucedi¨®¡±.
Desde la Transici¨®n hasta el a?o 2006, cuando se debati¨® en el congreso el proyecto de ley de memoria hist¨®rica, el Estado destin¨® 16.000 millones de euros en prestaciones de distinto tipo para los vencidos y sus herederos: 391 millones, por ejemplo en concepto de indemnizaci¨®n a presos; 3,34 millones de euros por fallecimientos o desapariciones o tres millones m¨¢s para mutilados excombatientes. Aprobada la ley, continu¨® la restituci¨®n de esos derechos, se incrementaron las pensiones establecidas en 1979 para los familiares de los fallecidos en la Guerra Civil, se incorpor¨® una indemnizaci¨®n de 135.000 euros para los familiares de personas fallecidas en defensa de la democracia entre 1968 y 1977, y se introdujeron nuevas medidas reparadoras para las v¨ªctimas del franquismo, como la concesi¨®n de la nacionalidad espa?ola para los hijos del exilio, subvenciones para que las asociaciones de familiares pudieran exhumar las fosas comunes y para la financiaci¨®n de proyectos de divulgaci¨®n e investigaci¨®n relacionados con la Guerra Civil y el franquismo. El total invertido en todas estas materias desde la Transici¨®n asciende a 21.000 millones de euros.
Dolores Delgado, ministra de Justicia en funciones, departamento que cre¨® una direcci¨®n general de memoria hist¨®rica, explica en conversaci¨®n con EL PA?S que las pol¨ªticas de reparaci¨®n de las v¨ªctimas del franquismo y la dictadura ¡°en ning¨²n caso suponen derrumbar la Transici¨®n, sino devolver la dignidad a quienes dieron su vida, sufrieron la c¨¢rcel o el exilio por defender los valores que recoge la Constituci¨®n de 1978¡±. Para Delgado son ¡°h¨¦roes constitucionalistas¡±, ¡°patriotas¡± y ¡°quienes defienden y est¨¢n orgullosos de la Constituci¨®n deber¨ªan tambi¨¦n defender y estar orgullosos de esas personas¡±.
El catedr¨¢tico de Historia Contempor¨¢nea Juli¨¢n Casanova, autor, junto a Santos Juli¨¢, de las primeras investigaciones sobre las v¨ªctimas del franquismo en Espa?a, explica que ¡°la Transici¨®n no es una foto fija que decretara que no se pod¨ªa hablar del pasado". "A partir de ese pacto pol¨ªtico se pudieron sacar adelante investigaciones como la nuestra, financiadas con dinero p¨²blico. Se trabaj¨® mucho desde la Transici¨®n, pero no hubo un acuerdo b¨¢sico sobre c¨®mo gestionar p¨²blicamente ese pasado y la exhumaci¨®n de las v¨ªctimas en fosas y cunetas¡±, a?ade.
Mito 2. Divide a los espa?oles. En 2008, un a?o despu¨¦s de la aprobaci¨®n de la ley de memoria hist¨®rica, el CIS hizo un estudio espec¨ªfico sobre el asunto. Un 83,8% declar¨® que ¡°el Estado deber¨ªa ser el encargado de recuperar e identificar todos los restos¡± de las personas que contin¨²an en fosas comunes; un 11,2% opin¨® que ¡°deber¨ªa limitarse a conceder ayudas econ¨®micas a las familias y a las asociaciones para esta tarea¡± y solo un 0,9% afirm¨® que no deber¨ªa financiarlas de ninguna manera. En esa misma encuesta, el 72,2% se mostr¨® de acuerdo en que ¡°durante el franquismo, las v¨ªctimas de la Guerra Civil tuvieron un reconocimiento diferente seg¨²n el bando al que pertenecieron¡± y un 40,8% de los que conoc¨ªan la ley consider¨® que se trataba de ¡°una medida necesaria porque la democracia ten¨ªa una deuda pendiente con las v¨ªctimas de la Guerra Civil y el franquismo¡±.
Emilio Silva, presidente de la Asociaci¨®n para la Recuperaci¨®n de la Memoria Hist¨®rica (ARMH), ha asistido a muchas exhumaciones. La de su abuelo, en el a?o 2000, en Priaranza del Bierzo, despert¨® una oleada de peticiones de familias que quer¨ªan imitarle y dio origen a la asociaci¨®n. ¡°Muchas de esas familias han sabido siempre qui¨¦nes eran los asesinos. En todos estos a?os, jam¨¢s he visto enfrentamientos o discusiones alrededor de las fosas¡±. A nivel local y auton¨®mico, los populares han apoyado algunas exhumaciones. En Canarias, por ejemplo, dos administraciones distintas, el PP y Nueva Canaria, impulsaron la apertura de los pozos a los que hab¨ªan sido arrojados los fusilados. Previamente, declararon esos lugares como bienes de inter¨¦s cultural para protegerlos.
Mito 3. Pretende reescribir la historia. ¡°Andan intentando cambiar la historia para acercar el ascua a su sardina¡±, escribi¨® Su¨¢rez Illana sobre el PSOE. ¡°La memoria hist¨®rica es un debate infecto¡±, declar¨® el l¨ªder de Vox, Santiago Abascal, antes de aportar su propia versi¨®n de lo ocurrido: ¡°La Guerra Civil la provoca un partido que sigue existiendo actualmente con las mismas siglas, el PSOE¡±. El catedr¨¢tico de historia contempor¨¢nea Juli¨¢n Casanova explica, desde el centro de estudios avanzados de la Universidad de Princeton, donde ahora trabaja, por qu¨¦ elaborar pol¨ªticas de reparaci¨®n para las v¨ªctimas del franquismo ¡°en ning¨²n caso supone volver la historia al rev¨¦s para que ahora ganen los rojos¡±. ¡°Es cierto que no todas las v¨ªctimas de los rojos se encontraron, pero los desaparecidos se registraban como asesinados, hubo una causa general, homenajes y retribuciones, unas medidas abrumadoras a favor de los vencedores sobre los vencidos. Lo que se hizo desde la Transici¨®n es establecer pol¨ªticas de retribuci¨®n para quienes no las recibieron durante la dictadura, y sin pol¨ªticas de castigo, porque una caracter¨ªstica respecto a otros pa¨ªses con dictaduras es que en Espa?a no ha habido pol¨ªticas de castigo a los verdugos¡±.
El ex juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garz¨®n detall¨® en 2008 en un auto los cr¨ªmenes del franquismo. La causa no prosper¨® y ¨¦l termin¨® sentado en el banquillo acusado de prevaricaci¨®n (finalmente fue absuelto). ¡°El argumento de que se pretende ganar 80 a?os despu¨¦s la Guerra Civil es absurdo. Creo que solo puede esgrimirlo alguien que tenga una mente mezquina, un alma rencorosa o miedo a perder una posici¨®n privilegiada e ileg¨ªtima. De una guerra no se gana nada. No hay triunfo posible tras el dolor y la muerte¡±.
Lo que queda pendiente. Desde el a?o 2000 se han abierto en Espa?a m¨¢s de 740 fosas de las que se han recuperado 9.000 esqueletos. Se desconoce cu¨¢ntas quedan por abrir. El Gobierno se reuni¨® en varias ocasiones con representantes de las comunidades aut¨®nomas ¨C Andaluc¨ªa, Catalu?a, Pa¨ªs Vasco, Extremadura, Navarra y Canarias tienen leyes de memoria propias- para tratar de actualizar ese mapa de enterramientos clandestinos y elaborar un plan nacional de exhumaciones. El informe encargado por el Gobierno a un grupo de expertos estim¨® entre 20.000 y 25.000 los cuerpos que se podr¨ªan recuperar creando un consejo nacional de b¨²squeda de los desaparecidos con siete equipos forenses (entre 40 y 50 profesionales) para resolver ¡°en cuatro o cinco a?os¡± el problema de los desaparecidos de la Guerra Civil.
En su fallido plan de Presupuestos, el Gobierno hab¨ªa destinado 15 millones de euros para la memoria hist¨®rica. Las ayudas para la apertura de fosas comenzaron a entregarse antes incluso de la aprobaci¨®n de la ley, y se cortaron en seco cuando el PP lleg¨® al poder, en 2011. Las fosas del franquismo empezaron entonces a abrirse con d¨®lares ¨C los que inclu¨ªa el premio entregado por una asociaci¨®n estadounidense- o colectas como la que hizo un sindicato e electricistas noruego conmovido por el desamparo de las v¨ªctimas del franquismo tras una visita a Espa?a.
Silva y Casanova insisten en la necesidad de que el Estado asuma esa ¡°responsabilidad¡± y que recupere tambi¨¦n los archivos que ahora maneja la Fundaci¨®n Franco. El presidente de la Asociaci¨®n para la Recuperaci¨®n de la Memoria Hist¨®rica afirma que una ¡°verdadera ley de concordia¡± ser¨ªa la que unificara a todas las v¨ªctimas. ¡°A mi abuelo lo mataron exactamente igual que a Miguel ?ngel Blanco. Lo secuestraron y lo dejaron en una cuneta con dos tiros¡± . Cree que la falta de presupuesto ¡°no puede servir de excusa¡± y pide que, adem¨¢s de visitar la tumba de Aza?a y conmemorar el exilio, se realice un homenaje ¡°dentro de Espa?a¡± a las personas que lucharon contra la dictadura. La educaci¨®n- coinciden el catedr¨¢tico de Historia y el presidente de la ARMH- ¡°es fundamental¡±. La represi¨®n franquista, afirman, debe incorporarse a los libros de texto. ¡°Si las v¨ªctimas del franquismo van a un instituto a dar una charla dir¨¢n que es adoctrinamiento, pero nadie discute que en Alemania lo haga una v¨ªctima del holocausto¡±, denuncia Silva.
Cuando Garz¨®n recibi¨® por reparto en la Audiencia Nacional las denuncias de las asociaciones de familiares de fusilados del franquismo y pidi¨® un censo de v¨ªctimas en sus primeras diligencias, le contestaron que no exist¨ªa. ¡°Sufr¨ª un verdadero shock. Me doli¨® profundamente y a¨²n hoy siento una profunda desaz¨®n por la inexistencia de ese censo. La indiferencia de tantos a?os de la Administraci¨®n me result¨® indignante¡±. Una de las tareas de Fernando Mart¨ªnez, director general de la Memoria Hist¨®rica, ha sido tratar de unificar esa informaci¨®n, ahora dispersa, para establecer censos oficiales.
Para la ministra Delgado, lo primero es ¡°conocer la dimensi¨®n de lo que ocurri¨®¡±. ¡°Hemos tenido un relato sesgado y hay que dar un enfoque global a la memoria, con mucha pedagog¨ªa. El final de este proceso ser¨¢ la normalidad, cuando todas las fuerzas pol¨ªticas asuman la necesidad de poner en valor aquella parte de nuestra historia y entiendan a los familiares que quieren recuperar los restos. El final es cuando exista un museo de la memoria que puedan visitar personas de distintas ideolog¨ªas¡±. De momento, los descendientes de Franco han echado un pulso al Estado para tratar de frenar la exhumaci¨®n del dictador del Valle de los Ca¨ªdos, primer paso para cambiar el significado del monumento.
Garz¨®n a?ade en el cap¨ªtulo de deudas el de la justicia, ya que el Supremo cerr¨® la v¨ªa para la investigaci¨®n de los cr¨ªmenes en Espa?a. Para ¨¦l, la justicia ¡°puede revestir muchas formas¡±, desde penas de c¨¢rcel hasta una comisi¨®n de la verdad, que tambi¨¦n figura en los planes del Gobierno de Pedro S¨¢nchez. ¡°A peque?a escala, al menos consegu¨ª que algunas v¨ªctimas a las que convoqu¨¦ como testigos en mi juicio pudieran contar su historia ante un tribunal. Ha sido la ¨²nica vez. Pero si algo he aprendido en mi larga vida profesional es que en el coraz¨®n de las v¨ªctimas no arraiga el olvido. Esa necesidad de hacer constar la verdad no se apaga¡±.
Babelia
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