El centro de torturas icono de la dictadura argentina ser¨¢ la sede del ministerio de Justicia
Las oficinas funcionar¨¢n en la sede de la exEsma, donde murieron m¨¢s de 5.000 personas
Argentina resignifica sus espacios m¨¢s oscuros. La Escuela Superior de Mec¨¢nica de la Armada (ESMA), por donde m¨¢s de 5.000 personas fueron encerradas, torturadas y asesinadas entre 1976 y 1983, ser¨¢ sede del ministerio de Justicia y Derechos Humanos. En el edificio ya funciona el Museo de la Memoria, un archivo, un centro cultural y otra decena de espacios erigidos por el kirchnerismo para no olvidar a quienes murieron en sus s¨®tanos. El gobierno de Mauricio Macri ha decidido ahora dar un destino oficial a una construcci¨®n del complejo que a¨²n est¨¢ vac¨ªa, el mismo donde estaba la discoteca donde los oficiales se divert¨ªan con ¡°las chicas¡±, como llamaban a las detenidas que forzaban a participar de sus fiestas. Los organismos de Derechos Humanos, como Abuelas de Plaza de Mayo, pusieron reparos al traslado, pero finalmente han consensuado los t¨¦rminos.
La ESMA es un predio de 17 hect¨¢reas y una treintena de edificios inaugurado en 1924 para, entre otras dependencias, ser la sede de un colegio t¨¦cnico vinculado a la Armada. La escuela funcion¨® incluso cuando el casino de oficiales ya se hab¨ªa convertido en un centro clandestino de detenci¨®n, al punto que algunos estudiantes fueron forzados a trabajar como custodios de los detenidos. Desde la ESMA, la Marina coordin¨® el secuestro y la desaparici¨®n de miles de opositores hasta convertir el lugar en icono del terrorismo de Estado. Cont¨® con salas de tortura, celdas y unidades de ¡°traslado¡±, eufemismo que refer¨ªa al paso previo a la muerte. La mayor¨ªa de las v¨ªctimas fueron arrojadas vivas al R¨ªo de la Plata desde el aire. Una de las particularidades de la ESMA fue su maternidad, donde nacieron 34 beb¨¦s de detenidas desaparecidas que luego fueron entregados a apropiadores.
Con el regreso a la democracia el edificio fue un problema. Sigui¨® en manos de los militares mientras los tribunales condenaban a los jerarcas del r¨¦gimen y avanzaban sobre la ¡°mano de obra¡± de la represi¨®n, es decir los autores materiales de los cr¨ªmenes. En 1998, el presidente Carlos Menem, en nombre de reconciliaci¨®n nacional, anunci¨® que la ESMA ser¨ªa demolida para construir en el lugar un parque. Pero supervivientes y familiares de desaparecidos se opusieron con el argumento de que se borrar¨ªan pruebas de eventuales investigaciones futuras. La justicia les dio la raz¨®n y la ESMA sigui¨® all¨ª, silenciosa tras las rejas que bordean la avenida Libertador en el norte de Buenos Aires, de espaldas al r¨ªo.
Con el kirchnerismo el edificio se convirti¨® en lo que es hoy: un sitio destinado a la memoria de la dictadura, bajo control estatal y de las organizaciones de Derechos Humanos. Trasformar un centro de torturas en un lugar de encuentro no fue f¨¢cil. ¡°Siempre hubo muchas posiciones entre nosotros, desde aquellos que quisieron que la ESMA est¨¦ vac¨ªa para siempre hasta los que dec¨ªan que hab¨ªa que trabajar en un espacio de transmisi¨®n de la memoria. Esa fue la opini¨®n que finalmente predomin¨®, aunque a¨²n subsistan 80 variantes. Muchos fuimos cambiando de opini¨®n en el camino¡±, dijo Daniel Tarnopolsky, quien perdi¨® en la ESMA a sus padres y a sus dos hermanos.
Macri ha decidido ahora que tambi¨¦n funcione all¨ª la sede del ministerio de Justicia y Derechos Humanos, lo que garantizar¨¢ m¨¢s recursos para mantenimiento. Unas 350 personas abandonar¨¢n la sede actual de la cartera, ubicada en el microcentro financiero de la ciudad, entre ellas el ministro Germ¨¢n Garavano, impulsor de la iniciativa. "Hoy estamos en un edificio muy disfuncional, con mucha gente. Y nos pareci¨® que el hecho de que el ministro de Justicia, que tambi¨¦n es de Derechos Humanos, est¨¦ en un lugar tan emblem¨¢tico era una forma de ponerlo en valor. Las agrupaciones no pusieron reparos porque la intenci¨®n es fortalecer el espacio", dice el secretario de Justicia, Santiago Otamendi.
Las organizaciones de Derechos Humanos mantienen con Macri una relaci¨®n tensa, sobre todo desde que el presidente puso en duda la cifra de 30.000 desaparecidos por la dictadura militar. Por eso el Gobierno necesita su aval si pretende concretar la mudanza sin conflictos. Desde el ministerio de Justicia informaron de que ya se ha llegado a una soluci¨®n de consenso y que el proyecto est¨¢ en marcha.
Tarnopolsky, miembro del espacio Buena Memoria, no estuvo de acuerdo con la llegada de una oficina ¡°dependiente de la pol¨ªtica oficial del momento¡±, pero acept¨® la idea para honrar el acuerdo cerrado por el resto de las organizaciones. ¡°El ministro nos dijo que no va a haber secretarias y subsecretarias, sino s¨®lo ciertas dependencias consideradas blandas. Nos prometi¨® adem¨¢s que no habr¨¢ manifestaciones de ning¨²n tipo y los problemas sindicales estar¨¢n en otro lado¡±, explica. En el fondo est¨¢ la discusi¨®n sobre qu¨¦ debe hacer un pa¨ªs con los sitios que ligan su presente con la muerte del pasado. Tarnopolsky lo tiene claro: ¡°No debemos perder de vista que el objetivo es memoria, verdad y justicia. Y que la ESMA no debe ser un santuario o un cementerio¡±.
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