Los pir¨®manos no son la causa de los grandes incendios forestales
Tampoco lo son las colillas, los tendidos el¨¦ctricos, los estercoleros ni las negligencias agr¨ªcolas. Ni tan siquiera un pir¨®mano tiene la capacidad de provocar un gran fuego
Los incendiarios no son la causa de los grandes incendios forestales. Tampoco lo son las colillas, los tendidos el¨¦ctricos, los estercoleros ni las negligencias agr¨ªcolas. Ni tan siquiera un pir¨®mano tiene la capacidad de provocar un incendio. Estos factores solo crean la ignici¨®n. Pero un incendio no es una ignici¨®n.
Un gran incendio forestal resulta de mezclar, como en un c¨®ctel, cuatro ingredientes: combustible (l¨¦ase estructura de la vegetaci¨®n), humedad, ignici¨®n y meteorolog¨ªa. Y al igual que en cualquier c¨®ctel, aqu¨ª tambi¨¦n resulta importante el orden, o la secuencia y escala temporal, de cada uno de estos elementos. La ignici¨®n es el pen¨²ltimo factor y, aunque imprescindible, su origen o causa es casi anecd¨®tica y de escasa trascendencia para el problema de los grandes incendios.
?Por qu¨¦ la fuente de ignici¨®n es poco relevante?
El papel de la causa de la ignici¨®n en el desarrollo de un incendio se puede asemejar al del origen de un bal¨®n para el desarrollo de un partido de f¨²tbol. Esto es, el resultado del partido no se ver¨¢ afectado por el pa¨ªs de fabricaci¨®n del bal¨®n, por si ha sido comprado o regalado, por su n¨²mero de serie, etc. Otros factores, como la calidad de los jugadores, el campo o los ¨¢rbitros son mucho m¨¢s importantes para determinar el marcador.
De la misma forma, es hasta cierto punto indiferente si la causa de la ignici¨®n es una colilla o un rayo: siempre se producir¨¢n igniciones, sean de la ¨ªndole que sean, y centr¨¢ndonos en ellas no lograremos frenar los grandes incendios forestales. Esto es porque los otros tres ingredientes antes comentados son mucho m¨¢s importantes para determinar la incidencia de los grandes incendios forestales. Pasamos a examinarlos uno a uno.
Ingrediente 1: combustible
El primer ingrediente es la cantidad de combustible. Los incendios son raros, por ejemplo, en desiertos como los de Monegros o Tabernas. Cuando ah¨ª se produce una ignici¨®n, esta no suele prosperar, ya que la energ¨ªa liberada por la poca vegetaci¨®n existente no ser¨ªa suficiente para propagar el incendio.
Sin embargo, nuestros matorrales y bosques, sean mediterr¨¢neos o atl¨¢nticos, albergan acumulaciones notables de combustible. Cualquier frente de llama de m¨¢s de 3 metros de altura est¨¢ m¨¢s all¨¢ de la capacidad de extinci¨®n. Por tanto, la acumulaci¨®n de combustible y su estructura, principalmente en el sotobosque, es uno de los elementos centrales que determina el potencial para que un incendio arda con gran intensidad, m¨¢s all¨¢ de la capacidad de extinci¨®n, y se convierta en un gran incendio forestal.
Ingrediente 2: humedad
Acumulaciones importantes de combustible son necesarias, pero no suficientes para que se d¨¦ un gran incendio. El combustible durante la parte lluviosa del a?o no est¨¢ disponible para el fuego. El combustible va perdiendo humedad durante las ¨¦pocas secas y, a partir de un valor determinado de sequ¨ªa, cruza un umbral de disponibilidad que convierte las masas forestales en combustible inflamable.
Cabe destacar que no nos estamos refiriendo a la humedad de las plantas, si no a la de las ramas, hojas y dem¨¢s materia muerta que se encuentra en la superficie del suelo: la hojarasca. De la misma forma que para encender una chimenea necesitamos ramillas, c¨¢scaras de nuez u otros combustibles finos y secos, la propagaci¨®n inicial del incendio est¨¢ ¨ªntimamente ligada a la humedad de la hojarasca.?
Ingredientes 3 y 4: ignici¨®n y meteorolog¨ªa
Una vez tiene suficiente combustible y est¨¢ lo suficientemente seco, el bosque se encuentra en estado inflamable. Si en este momento se produce una ignici¨®n (tercer ingrediente), que el fuego propague y se convierta en un gran incendio depender¨¢ de la meteorolog¨ªa de ese momento (cuarto ingrediente). Aun cuando tengamos los tres primeros ingredientes, necesitamos de condiciones tales como una ola de calor o altas velocidades de viento para que el incendio propague.
Decir que la causa de un incendio es un estercolero, como se ha dicho del incendio de Tarragona de la semana pasada, es un absurdo. Un incendio como ese se hubiera producido en cualquier otro momento, aun cuando la ignici¨®n hubiera sido generada por un tendido el¨¦ctrico en mal estado, por una colilla, por un rayo o por cualquier otra causa.
Volviendo al s¨ªmil futbol¨ªstico, los balones son plenamente sustituibles entre s¨ª y que usemos uno u otro no limitar¨¢ el resultado de un partido de f¨²tbol. Sin embargo, la lesi¨®n de uno de los jugadores m¨¢s importantes s¨ª puede condicionarlo. De la misma forma, centrarse en la causa de la ignici¨®n es errar el tiro ya que estas son sustituibles. Nos debemos centrar en otros aspectos.
Desmontando el c¨®ctel: gesti¨®n forestal
De los tres ingredientes que nos quedan, que son el combustible, la humedad y la meteorolog¨ªa, solo hay uno que podamos gestionar: el combustible. Los otros dependen de factores meteorol¨®gicos y, por tanto, poco podemos hacer sobre ellos. La reducci¨®n de los grandes incendios pasa, por tanto, por el tratamiento y la gesti¨®n de nuestros paisajes. En qu¨¦ debe consistir esa gesti¨®n ser¨¢ el tema de otro art¨ªculo.
V¨ªctor Resco de Dios es profesor de Incendios Forestales y Cambio Global en la Universitat de Lleida.
Matthias Boer es profesor asociado en el?Instituto Hawkesbury para el Medio Ambiente de la Western Sydney University.
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