Precariedad contra las llamas
Los bomberos forestales reclaman al Gobierno un estatuto que mejore sus condiciones laborales
Cuando Juan Antonio Azpeleta, bombero forestal de 60 a?os, vuelve a casa tras un incendio apenas habla con su mujer y sus hijos, de 27 y 30 a?os, de lo que ha vivido: algo parecido al infierno. Este vallisoletano lleva una d¨¦cada arriesgando su vida junto a sus compa?eros Alberto y ?scar, de 53 y 55 a?os. Ninguno de los dos quiere que su identidad trascienda, porque temen represalias en el trabajo. Por eso no dan sus verdaderos nombres. Los tres coinciden en que enfrentarse a las llamas es una experiencia brutal.
En Espa?a hay alrededor de 35.000 bomberos forestales, seg¨²n c¨¢lculos de los sindicatos. Pero no todos trabajan con las mismas condiciones. Es m¨¢s, el Ministerio de Agricultura ni siquiera puede precisar cu¨¢ntos hay, porque hay comunidades que no tienen reconocida la categor¨ªa de bombero forestal. Hay quienes son empleados p¨²blicos y quienes trabajan subcontratados en el sector privado. Unos dependen de los servicios de emergencias y otros apenas reciben formaci¨®n. Ese es el motivo por el que reclaman al Gobierno un estatuto que fortalezca su posici¨®n en el mercado laboral, aunque las competencias en prevenci¨®n y extinci¨®n est¨¦n transferidas.
El a?o pasado, 6.830 incendios y conatos devastaron 23.472 hect¨¢reas de bosque y pasto de todo el pa¨ªs, seg¨²n Agricultura. Los expertos advierten de que, aunque se registren menos fuegos, estos cada vez ser¨¢n m¨¢s grandes y virulentos por el cambio clim¨¢tico y el incremento de las temperaturas. Y los primeros en enfrentarse a estos monstruos son, casi siempre, los bomberos forestales. En las tres ¨²ltimas d¨¦cadas han muerto 245 atrapados en las fauces del fuego. En la memoria de los tres, los 11 compa?eros de un mismo ret¨¦n que perecieron en 2005 en un incendio en Guadalajara.
¡°Alberto y yo estuvimos cerca de morir¡±, cuenta Azpeleta, liberado sindical de la UGT y conductor. ¡°Nos metimos directos al fuego en un enconar hace ocho a?os. El compa?ero baj¨® del cami¨®n y yo di marcha atr¨¢s para dejarlo colocado. De repente le veo correr por delante; ten¨ªamos el fuego al lado¡±.
Estos hombres ¡ªlas mujeres apenas est¨¢n representadas¡ª se juegan la vida. En Castilla y Le¨®n, una de las comunidades donde peores condiciones tienen seg¨²n los sindicatos, dicen que demasiado por lo que reciben. ¡°Aqu¨ª no est¨¢ reconocida la categor¨ªa de bombero forestal¡±, protesta Tom¨¢s P¨¦rez, secretario de la Federaci¨®n de Servicios P¨²blicos de UGT en Castilla y Le¨®n. Reciben apenas un curso de seis horas y con contratos temporales de tres meses coincidiendo con la temporada de incendios.
Unidas Podemos recogi¨® el guante de los forestales el a?o pasado y present¨® una proposici¨®n de Ley en el Congreso para dotarles de ese estatuto que reclaman. En ese proyecto, los legisladores entend¨ªan que la transferencia a las autonom¨ªas hizo que los bomberos pasaran a prestar sus servicios en empresas p¨²blicas, semip¨²blicas o privadas en funci¨®n de la administraci¨®n de turno. Esto, aseguran, hace que los trabajadores sean contratados con sueldos muy diferentes.
En esa batalla contra las llamas, ?scar se ve perdedor. ¡°No es normal que trabajando las mismas horas, en el mismo incendio, unos no tengamos formaci¨®n y quien est¨¢ a tu lado, de una empresa o de la UME s¨ª la tenga¡±.
Nueva legislaci¨®n
El Ministerio es sensible a las quejas de los forestales, aunque les augura horas de protesta. ¡°Entendemos la petici¨®n de mejora, pero hay que ser conscientes de las dificultades que existen para poder dar forma a cualquier desarrollo legislativo que unifique¡±, aclara. Adem¨¢s, fuentes del Ministerio que dirige en funciones Luis Planas aseguran que Agricultura invita al resto de ministerios a implicarse en una nueva legislaci¨®n.
Mientras, hay comunidades que son un ejemplo de buenas pr¨¢cticas. En Andaluc¨ªa, el Plan Infoca pauta los esfuerzos del Gobierno andaluz contra el fuego. ¡°Es normal que digan que somos el modelo de ¨¦xito viendo c¨®mo est¨¢n en otros lados¡±, sintetiza Emilio del Pino Mazuela, bombero forestal de esta comunidad. La principal diferencia entre castellanoleoneses y andaluces es que estos est¨¢n integrados dentro de Emergencias 112 de la Junta. Adem¨¢s, desde 2009 el personal es fijo: trabaja el a?o completo en lugar de los que corresponden a la campa?a de verano. Una vieja reclamaci¨®n de los trabajadores. Aunque Del Pino advierte de otro problema en la regi¨®n: ¡°La edad media de la plantilla ronda los 53 a?os y no salen plazas para reponer las jubilaciones¡±.
Juan Antonio y sus dos compa?eros se cuelgan la mochila verde que les se?ala como forestales. Azpeleta lanza una advertencia a los pol¨ªticos de su comunidad: ¡°La naturaleza est¨¢ cambiando y lo l¨®gico es que los servicios que tienen que ver con la protecci¨®n de la naturaleza, como el nuestro, lo hagan a la vez y no vayan a rebufo, porque entonces se nos quemar¨¢ todo¡±. Por delante tienen m¨¢s de cien kil¨®metros hasta la base. Por el camino, miles de hect¨¢reas de pino desafiantes; el infierno no avisa.
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