Muere Juan Tr¨ªas Vejarano, catedr¨¢tico de Historia del Pensamiento y dirigente del PCE
Particip¨® en la lucha clandestina por las libertades democr¨¢ticas desde el profesorado universitario madrile?o
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Juan Tr¨ªas Vejarano, catedr¨¢tico em¨¦rito de Historia del Pensamiento en la Facultad de Ciencias Pol¨ªticas y ex vicerrector de la Universidad Complutense, falleci¨® este viernes en Madrid a la edad de 85 a?os, tras una larga enfermedad. Era viudo de Mercedes Pint¨®, cofundadora del antifranquista Movimiento Democr¨¢tico de Mujeres, y padre de dos hijos, Sonia y Carlos. Hab¨ªa nacido en Barcelona, en el seno de una familia de la alta burgues¨ªa catalana con v¨ªnculos familiares tambi¨¦n en el Pa¨ªs Vasco. Estudi¨® Bachillerato con los jesuitas. Sobrino de un destacado arquitecto pr¨®ximo al franquismo, en su juventud se traslad¨® a Madrid donde se establecer¨ªa de manera permanente.
De temperamento sereno y reflexivo, pluriling¨¹e y erudito, Juan Tr¨ªas particip¨® en las luchas antifranquistas desde la clandestinidad como estudiante de la Facultad de Ciencias Pol¨ªticas, ubicada entonces en la calle de San Bernardo. Al culminar su licenciatura, se doctor¨® en Ciencias Pol¨ªticas con una tesis sobre Valent¨ª Almirall y el origen del catalanismo, intelectual precursor del nacionalismo catal¨¢n. Asimismo, trat¨® sobre el federalismo de Francesc Pi i Margall en un trabajo pionero, junto con Antonio Elorza, publicado en 1975. Luis D¨ªez del Corral, catedr¨¢tico de Historia de las Ideas y de las Formas Pol¨ªticas, se rode¨® de adjuntos de diferentes extracciones ideol¨®gicas, desde el anarquismo hasta el marxismo, en el que, precisamente, Juan Tr¨ªas militar¨ªa hasta su muerte, desde el Partido Comunista de Espa?a, a cuya direcci¨®n pertenec¨ªa. Entre sus profesores adjuntos figuraron, adem¨¢s de Tr¨ªas, Jos¨¦ ?lvarez Junco, futuro historiador de las Ideas y director del Centro de Estudios Constitucionales; el precitado catedr¨¢tico e historiador, Antonio Elorza; Carmen Iglesias, futura acad¨¦mica de la Espa?ola y de la Historia; Dalmacio Negro, acad¨¦mico de la de Ciencias Morales y Pol¨ªticas; y el dramaturgo ?ngel Facio, entre otros.
A juicio de sus allegados, el Profesor Tr¨ªas compatibiliz¨® con naturalidad actividad docente y vocaci¨®n pol¨ªtica, al tiempo que desplegaba profundas incursiones intelectuales en estudios hist¨®rico-ideol¨®gicos, se?aladamente alrededor de personalidades vinculadas a movimientos como el federalismo, el nacionalismo catal¨¢n, el liberalismo o el leninismo; fue ¨¦ste ¨¢mbito de estudio en el cual adquirir¨ªa evidente nombrad¨ªa gracias al pr¨®logo con el que preludi¨® las Obras Completas de Vladimir Illich (1871-1924) editadas en Espa?a por primera vez en 1974. Este pr¨®logo constituye, seg¨²n los expertos, uno de los estudios m¨¢s enjundiosos en espa?ol sobre la Revoluci¨®n sovi¨¦tica, que Juan Tr¨ªas abord¨® desde un marxismo alejado de toda lectura dogm¨¢tica, provisto de un refinado aparato anal¨ªtico-cr¨ªtico. Mostr¨® tambi¨¦n atracci¨®n docente y literaria hacia personajes como el l¨ªder comunista italiano, combatiente y dirigente brigadista internacional en la Guerra Civil espa?ola, Palmiro Togliatti, de cuyo pensamiento pol¨ªtico dio cuenta en un profundo estudio al respecto; de igual modo, estudi¨® y public¨® ensayos sobre la Primera Guerra Mundial. Con Manuel Monereo coedit¨® una conocida biograf¨ªa sobre Rosa Luxemburgo.
Centenares de estudiantes asistieron durante casi cuatro d¨¦cadas a las clases de Juan Tr¨ªas en la Facultad de Ciencias Pol¨ªticas -hasta los a?os 80 el ¨²nico centro docente universitario sobre esta disciplina existente en Espa?a-; en sus aulas afloraba una atm¨®sfera propicia a la reflexi¨®n serena ¨Cpero siempre cr¨ªtica-, sobre la Historia del Pensamiento pol¨ªtico y de algunos de sus m¨¢s relevantes exponentes; con su erudici¨®n, brindaba una permanente invitaci¨®n a la lectura y una respetuosa insinuaci¨®n hacia el compromiso pol¨ªtico, avalada por su ejemplo. Bajo el franquismo y simult¨¢neamente, particip¨® en la lucha clandestina por las libertades democr¨¢ticas desde el profesorado universitario madrile?o, luchas que le acarrearon alguna detenci¨®n por su solidaridad con el movimiento estudiantil antifranquista; ya en democracia, proseguir¨ªa su militancia a trav¨¦s de su ininterrumpido compromiso comunista y el de su esposa Mercedes, desde el Comit¨¦ Central del PCE. Como tal dirigente y como presidente de la Fundaci¨®n de Investigaciones Marxistas (FIM), asisti¨® a varios congresos internacionales de partidos comunistas en la RDA, la URSS y Vietnam. Asimismo, desplegaba actividades vinculadas a la defesa de la memoria hist¨®rica. Del antiguo r¨¦gimen a la sociedad burguesa ha sido el ¨²ltimo libro del profesor Tr¨ªas, recientemente publicado.
Como ha subrayado Eddy S¨¢nchez, actual director de la Fundaci¨®n de Investigaciones Marxistas, ¡°gracias al trabajo de Juan Tr¨ªas, la FIM y la Universidad Complutense son en la actualidad, las ¨²nicas instituciones en Espa?a que cuentan con la colecci¨®n completa de la MEGA, la mayor colecci¨®n de escritos de Marx y Engels en cualquier idioma¡±.
En el ¨¢mbito personal, cultiv¨® numerosas amistades entre colegas docentes y disc¨ªpulos suyos, como Carlos Berzosa, ex rector de la Universidad Complutense; Jaime Ruiz Reig, presidente de la asociaci¨®n memorialista AMESDE; la arquitecta Teresa Arenillas y su hermano Eduardo, artista pl¨¢stico; el escritor Juan Garc¨ªa Hortelano o el pintor Luis Fernando Aguirre, veterano confeccionador de EL PA?S, as¨ª como en el entorno vecinal de su casa en Camorritos, en plena sierra madrile?a; all¨ª comparti¨® con el matrimonio Larroque y con el doctor Pedro Caba una amistad que califican de entra?able.
Pese a su avanzada edad, era frecuente verle presente en las grandes manifestaciones feministas, contra la precariedad laboral, frente a los recortes y contra la guerra. Al enclave serrano madrile?o le gustaba desplazarse con asiduidad, hasta que los efectos de un c¨¢ncer, que le laceraba desde hace tiempo, se lo impidieron. Fue incinerado este s¨¢bado en el crematorio del cementerio del Este.
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