El d¨ªa que ¡®Isidoro¡¯ sedujo a los esp¨ªas de Su¨¢rez
Sale a la luz la transcripci¨®n del encuentro de Felipe Gonz¨¢lez y Alfonso Guerra con dos agentes secretos militares en 1976
S¨¢bado 23 de octubre de 1976. Cien d¨ªas justos desde que el rey Juan Carlos I eligiera a Adolfo Su¨¢rez para pilotar la transici¨®n democr¨¢tica. El r¨¦gimen surgido a la muerte del dictador busca la forma de integrar a la oposici¨®n de izquierdas en la incipiente reforma sin provocar la reacci¨®n del b¨²nker profranquista. Los partidos son a¨²n ilegales, aunque tolerados, y vigilados por los servicios de seguridad.
Dos personas entran en coche al s¨®tano del hotel Meli¨¢ Princesa, cerca de la madrile?a Plaza de Espa?a. Quieren evitar un encuentro casual con alguien que les reconozca. Toman el ascensor al cuarto piso y se dirigen a la habitaci¨®n n¨²mero 4. Un hombre les abre la puerta y les acompa?a al sal¨®n donde espera el jefe. Seg¨²n recordar¨ªa a?os despu¨¦s un asistente, lo primero que hacen es sacar sus pistolas y dejarlas sobre la mesa.
A un lado, el teniente coronel Andr¨¦s Cassinello, director del Servicio Central de Documentaci¨®n (Seced), la agencia de inteligencia creada en 1972 por el entonces vicepresidente Carrero Blanco. Junto a ¨¦l, su jefe de Informaci¨®n, Jos¨¦ Faura. Ambos llegar¨¢n al generalato cuando su principal interlocutor de ese d¨ªa sea ya presidente del Gobierno. Enfrente de los dos militares se sientan dos j¨®venes: Isidoro (nombre de guerra de Felipe Gonz¨¢lez) y su n¨²mero dos, Alfonso Guerra.
Los cuatro son conscientes de la trascendencia del encuentro. Cassinello y Faura, ¡°los peones de brega de Su¨¢rez¡±, como ellos mismos se definieron, lo concertaron con el objetivo de evaluar el car¨¢cter y liderazgo de Gonz¨¢lez y la posici¨®n y relevancia del PSOE, relativamente d¨¦bil entonces frente a otros partidos de izquierdas. En manos de Su¨¢rez estaba la posibilidad de favorecerlo, como hizo un a?o antes al facilitar el pasaporte que permiti¨® a Isidoro asistir al congreso de Suresnes (Francia), del que sali¨® elegido secretario general del PSOE. Tambi¨¦n buscaban los esp¨ªas conocer su grado de respaldo a la hoja de ruta de la apertura pol¨ªtica que se estaba dise?ando.
La entrevista, que dur¨® tres horas y cuya transcripci¨®n ocupa 45 p¨¢ginas mecanografiadas, representa una oportunidad ¨²nica para conocer la posici¨®n de Felipe Gonz¨¢lez cuando Espa?a no era a¨²n democr¨¢tica y la incertidumbre dominaba todo. Como advierten los militares, su actitud debe tomarse con cautela, ya que es obvia su ¡°pretensi¨®n de caer bien¡±. No obstante, agregan, ¡°la extensi¨®n, as¨ª como el desconocimiento previo de las preguntas, da indicios racionales de credibilidad¡±. Parece que la entrevista fue grabada subrepticiamente, pues el informe advierte de que hay ¡°trazos¡± que ¡°no fueron recogidos con claridad¡±.
Cassinello comienza con una larga explicaci¨®n sobre el papel de los servicios de inteligencia. ¡°Vosotros pod¨¦is pensar que tenemos rabo o algo as¨ª, [pero] un servicio que concibe [...] su misi¨®n en funci¨®n de la defensa del Estado no puede convertirse en instrumento de un grupo pol¨ªtico determinado¡±. Anuncia que quiere mantener un contacto directo y permanente con sus nuevos interlocutores. ¡°Debemos empezar a hablarnos para ver si podemos entendernos mejor en otro futuro distinto¡±, aventura.
Isidoro incluye en su larga respuesta los principales mensajes que quiere transmitir. ¡°Nosotros no queremos ninguna forma de totalitarismo, no creemos en el modelo socialista sovi¨¦tico, ni en algunos parecidos [...] nuestro partido es moderado [...], lo cual no le quita su car¨¢cter finalista revolucionario en el sentido de que quiere una sociedad m¨¢s igualitaria y justa¡±, subraya.
Cassinello (su nombre est¨¢ oculto en el documento) le interrumpe: ¡°Oye, es interesante, porque quiz¨¢ en esa Espa?a del futuro en la que ambas partes tienen que olvidar o pasar por encima de unos a?os de la historia ser¨¢n los partidos que tengan dirigentes m¨¢s j¨®venes los que est¨¦n m¨¢s pr¨®ximos entre s¨ª¡±. ¡°Yo creo que la democracia en este pa¨ªs no tiene otra alternativa que ser joven¡±, remacha Isidoro. ¡°?Encuentras mayor posibilidad de di¨¢logo con los representantes ahora mismo en el Gobierno de mayor juventud?¡±, insiste Cassinello. ¡°Eso absolutamente claro. La distancia que ha habido entre la conversaci¨®n con [Manuel] Fraga o con Su¨¢rez o [Rodolfo] Mart¨ªn Villa ha sido gigantesca, porque para Fraga nosotros seguimos siendo ciudadanos de cuarta categor¨ªa y el Estado era el Estado suyo¡±, remacha el l¨ªder del PSOE.
A continuaci¨®n, el l¨ªder del PSOE hace profesi¨®n de patriotismo. ¡°Tanto Espa?a como el concepto de patriotismo no pueden ser atributo de la derecha, ni de broma¡±, remacha.
Los 10.000 caras del archivo secreto Jano
La entrevista de los dos dirigentes del PSOE con los esp¨ªas militares era conocida porque sus participantes han hablado someramente de ella, pero hasta ahora no se hab¨ªa difundido su trascripci¨®n. Lo ha hecho posible la apertura del archivo personal de Felipe Gonz¨¢lez, a trav¨¦s de la fundaci¨®n que lleva su nombre. Entre los millares de documentos digitalizados figuran cuatro recogidos en una carpeta con el t¨ªtulo ¡°Entrevistas realizadas por el Servicio Central de Documentaci¨®n (SECED) a Felipe Gonz¨¢lez y Alfonso Guerra¡±. Al parecer proceden del expediente policial de Gonz¨¢lez que se conserva en el Archivo Hist¨®rico Nacional y recogen la trascripci¨®n completa de dos entrevistas (23/10/1976 y 24/02/1977), m¨¢s dos encuentros para coordinar la log¨ªstica de la primera. Los documentos confirman la existencia del llamado Archivo Jano, hoy en paradero desconocido, creado a petici¨®n de Carrero Blanco durante los ¨²ltimos a?os del franquismo para disponer de la m¨¢xima informaci¨®n sobre personas de toda clase y condici¨®n (pol¨ªticos, empresarios, periodistas, etc¨¦tera) que pudieran ser de inter¨¦s para el r¨¦gimen. Bautizado con elnombre del dios griego de las dos caras, el c¨¢lculo inicial era alcanzar los 10.000 expedientes e incluir¨ªa informes sobre destacados socialistas de la ¨¦poca como Enrique M¨²gica, Nicol¨¢s Redondo o Pablo Castellano. En el caso de Felipe Gonz¨¢lez, el documento lleva los sellos de ¡°Secreto¡± y ¡°JANO-3¡±.
De manera premonitoria, reconoce que el modelo de Estado es un ¡°problema extraordinariamente dif¨ªcil¡±, pero resalta que debe abordarse desde un planteamiento auton¨®mico, rechazando que se articule ¡°a partir de la decisi¨®n soberana de no s¨¦ qu¨¦ pueblos independientes¡±. Enfatiza el caso de Catalu?a, que considera el ¡°m¨¢s peligroso¡± porque ¡°la burgues¨ªa nacionalista pretende el r¨¦gimen de conciertos econ¨®micos, lo cual es destruir la posibilidad de desarrollo nacional. Nosotros por ah¨ª no vamos a pasar en la vida. Y detr¨¢s del supernacionalismo catal¨¢n est¨¢ en realidad la defensa de los intereses econ¨®micos de la burgues¨ªa catalana¡±.
El papel del PCE
Tras un intercambio de opiniones sobre la reforma pol¨ªtica, la charla se centra en el futuro papel del PCE (Partido Comunista de Espa?a), al que muchos cre¨ªan entonces llamado a convertirse en la fuerza hegem¨®nica de la izquierda. ¡°Eso es lo que cre¨ªa [Santiago] Carrillo [secretario general del PCE] hace cinco a?os, que iba a ser el [Enrico] Berlinguer espa?ol¡±, replica Isidoro, aludiendo al l¨ªder comunista italiano y fundador del eurocomunismo. ¡°[A] eso ha conducido la estrategia del PCE desde hace 11 o 12 a?os, creyendo que iba a ocupar el espacio pol¨ªtico del Partido Socialista¡±, reflexiona el l¨ªder del PSOE. ¡°Lo curioso es que el planteamiento de Carrillo, que no es nada torpe, que tampoco tiene mucha imaginaci¨®n, pero torpe no es, [...] era correcto, viendo la esclerosis que se estaba produciendo en el Partido Socialista en el exilio¡±
Esta situaci¨®n, seg¨²n Gonz¨¢lez, dio un giro en 1974, con el cambio de estrategia y direcci¨®n que se impuso en Suresnes. Se atreve, incluso, a hacer una predicci¨®n electoral. En un ¡°planteamiento democr¨¢tico limpio¡±, aventura, el PSOE sacar¨ªa un 30% de los votos; mientras que el PCE se quedar¨ªa entre el 6% y 10%. Acert¨® de lleno: en las elecciones que se celebraron ocho meses despu¨¦s, en junio de 1977, el PSOE obtuvo el 29,32% de los votos, y el PCE, el 9,33. ¡°En ese proceso, digamos, de normalizaci¨®n, un Partido Comunista siempre lleva las de perder y un Partido Socialista las de ganar¡±, argumenta. ¡°Nosotros vamos hacia arriba y ellos hacia abajo, ellos pierden pie cada d¨ªa, porque no es lo mismo mantener Comisiones Obreras en la catacumba [...] que ir saliendo a la calle¡±.
Cuando los esp¨ªas le preguntan por Enrique Tierno Galv¨¢n [primer alcalde democr¨¢tico de Madrid] y su Partido Socialista Popular (4,4% en las elecciones de 1977) le resta importancia y lo califica de ¡°club¡±. ¡°El ciudadano que quiera votar socialista va a votar el PSOE, porque su t¨ªo, su abuelo, su primo, fue del PSOE y esa memoria est¨¢ ah¨ª¡±, augura.
Un segundo encuentro
El segundo encuentro con los esp¨ªas militares se produce en febrero de 1977, dos semanas despu¨¦s de que el PSOE hubiera pedido su legalizaci¨®n y en uno de los momentos m¨¢s delicados de la Transici¨®n. Se trata asimismo de una larga y densa reuni¨®n (la transcripci¨®n ocupa 46 p¨¢ginas) centrada en tres asuntos: las primeras elecciones (que tendr¨ªan lugar el 15 de junio), la legalizaci¨®n o no del PCE y el brutal atentado contra los abogados laboralistas de Atocha ocurrido un mes antes. El l¨ªder socialista comienza con una amarga queja por la reciente legalizaci¨®n del PSOE hist¨®rico que define como una ¡°mala jugada del Gobierno¡± que atribuye a Fraga con el objetivo de debilitar a la izquierda en las urnas.
¡°De modo que vosotros est¨¢is en una situaci¨®n boyante¡±, ironiza Cassinello. ¡°Evidentemente el partido con m¨¢s porvenir en este pa¨ªs hoy d¨ªa es el PSOE. [¡] Tengo que a?adir, aunque me cueste decirlo personalmente, que el socialismo hoy es Felipe Gonz¨¢lez. A m¨ª me importa un carajo y no me importar¨ªa mucho dejar de ser secretario general [¡] pero la gente hoy identifica al PSOE con Felipe Gonz¨¢lez¡±, responde, visiblemente molesto.
El l¨ªder socialista se muestra muy cr¨ªtico con lo que considera una instrumentalizaci¨®n del atentado de Atocha por parte del PCE y tambi¨¦n con los grupos que, con una ideolog¨ªa supuestamente de izquierdas, siguen practicando el terrorismo. ¡°Yo he sufrido m¨¢s con los muertos de Atocha que Carrillo, ?pero como de aqu¨ª a Lima! No digo solo por los muertos de Atocha, por los polic¨ªas tambi¨¦n. Alguna gente interpret¨® muy mal cuando yo dije lo del no rotundo en lo de la amnist¨ªa. [¡] La resistencia puede llegar a coger las armas, yo no lo comparto, pero se puede llegar a eso, en una situaci¨®n de opresi¨®n, [¡ ] Hay un momento hist¨®rico en que el pa¨ªs cambia y en ese momento a m¨ª que me dejen de co?a: el que la hace la paga. Porque el que mata a un guardia civil no solo le est¨¢ haciendo la pu?eta a la Guardia Civil y al Gobierno, se la est¨¢ haciendo al PSOE, a todos. Y por eso a m¨ª me sali¨® y lo repito. Amnist¨ªa: hay un l¨ªmite. Creo que en este pa¨ªs hay saldar cuentas con el pasado, pero hasta un l¨ªmite¡±.
La parte final de la conversaci¨®n se centra en la situaci¨®n pol¨ªtica. Vaticina que solo quedar¨¢n cuatro o cinco partidos, a pesar del esfuerzo de Su¨¢rez por buscar una operaci¨®n ¡°a lo PRI mejicano¡± (un r¨¦gimen formalmente democr¨¢tico, pero en la pr¨¢ctica de partido ¨²nico). Advierte que Su¨¢rez puede cometer ¡°una equivocaci¨®n grave, sobre todo para la Corona¡± y subraya que ¡°Su¨¢rez puede gobernar cuatro o cinco a?os¡± (en realidad, no llegar¨ªa a cinco) pero que la ¨²nica forma de transformar el pa¨ªs es que se consolide una alternativa de izquierdas, que no ser¨¢ el PCE.
En un momento en que persisten fuertes resistencias a la legalizaci¨®n de los comunistas, Gonz¨¢lez reprocha a Su¨¢rez que no se atreva a hacerlo; aunque se equivoca, pues lo har¨¢ dos meses despu¨¦s. ¡°Creo que pol¨ªticamente ser¨ªa un grave error no legalizar el PCE. Grav¨ªsimo error¡±, sentencia. ¡°Creo que al PC lo que mejor lo combate es eso: las urnas. No hay mejor combate que ese. El problema ese hay que solucionarlo as¨ª y se acab¨®. Y todo lo que sea lo contrario es tonter¨ªa¡±, concluye.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.