J¨®venes tras la hoguera
Cinco participantes de las protestas en Catalu?a cuentan qu¨¦ les llev¨® a la calle. Las motivaciones, coinciden los especialistas, van m¨¢s all¨¢ del independentismo
Desde el lunes 14 de octubre, fecha en que se conoci¨® la sentencia del proc¨¦s, Catalu?a ¡ªy en especial Barcelona¡ª ha visto crecer una ola de protestas en las que, al caer la noche, no ha faltado la quema de m¨¢s de un millar de contenedores, destrozos del mobiliario urbano y lanzamientos de piedras contra la polic¨ªa. Las cinco jornadas de graves disturbios se saldaron con unos 600 heridos, manifestantes y agentes a partes iguales. Cuatro personas han perdido un ojo por el impacto de pelotas de goma lanzadas por los antidisturbios y un polic¨ªa a¨²n se recupera en la UCI.
En primera l¨ªnea, enfrentando a los agentes, se calcula que hay medio millar de j¨®venes antisistema que la polic¨ªa ha dividido entre militantes del independentismo revolucionario y ¨¢cratas. Pero a ellos se han sumado otros cientos de j¨®venes dispuestos a mantener el pulso en la calle, de forma pac¨ªfica o con piedras en la mano. Les sac¨® a la calle la sentencia, pero sus razones est¨¢n m¨¢s all¨¢ del soberanismo.
¡°Vemos una pluralidad de perfiles, entre los que hay una base de clase media de estudiantes que ven su futuro en cuesti¨®n¡±, analiza Carles Feixa, investigador de movimientos juveniles en la Universidad Pompeu Fabra. ¡°Hay una serie de circunstancias que han encendido la mecha: la precariedad laboral, los mini jobs, las tasas de la universidad y un sentimiento de injusticia. Es la primera vez desde la Transici¨®n que los j¨®venes ven que van a vivir peor que sus padres. Una Catalu?a independiente es para ellos la ¨²nica utop¨ªa concreta¡±, a?ade.
Esa percepci¨®n de injusticia es ¡°crucial¡± para explicar la adhesi¨®n, seg¨²n Ricard Vinyes, catedr¨¢tico de historia contempor¨¢nea de la Universidad de Barcelona. ¡°Es tremendamente subjetivo, pero el desacato, el rechazo, procede cuando se considera ileg¨ªtima la autoridad que se est¨¢ ejerciendo. Y lo ileg¨ªtimo no es respetable¡±, completa.
Para Jordi Mir, del Centro de Estudios sobre Movimientos Sociales de la Pompeu Fabra, los malestares se acumulan. ¡°Se ha juntado la reacci¨®n a una sentencia que hay quien considera excesiva con un malestar social. Hay personas con un discurso muy claro sobre c¨®mo la violencia puede ser un mecanismo de transformaci¨®n social y personas que se suman porque no ven otra forma de ser escuchadas¡±.
EL PA?S ha hablado con cinco j¨®venes que participaron en varias de las protestas que tomaron las calles de Barcelona la semana pasada. Este es un extracto de las conversaciones mantenidas con ellos.
Estel Carb¨®, estudiante de Pedagog¨ªa, 20 a?os
No quiero que haya desgracias, pero quiero que se vea el fuego
Siempre me han vendido que en una Catalu?a independiente vivir¨ªamos mejor. No estoy convencida, pero seguro que algunas cosas funcionar¨ªan. No tendr¨ªamos que estar pagando lo que no nos corresponde. Cuido una ni?a de seis a?os para ganar algo de dinero. Y los fines de semana soy voluntaria en un centro de adultos con discapacidad. Como vivo muy lejos de la universidad paso cuatro horas al d¨ªa en transporte p¨²blico y pago 200 euros al trimestre. Pago 1.500 euros de matr¨ªcula universitaria de Pedagog¨ªa y si quisiera hacer un m¨¢ster me costar¨ªa 3.000. En casa ¨Csomos cuatro, contando a mi hermano- vivimos solo del sueldo de mi padre, que es de unos 2.000 euros.
Mi madre lleva m¨¢s de un a?o sin trabajar. Ella es una independentista aguerrida. Mi padre no, pero cree que los j¨®venes nos tenemos que mover. Yo veo que no nos escuchan, no nos dan voz, las cosas no podr¨ªan ir peor de lo que ya est¨¢n. Me siento dentro de una rueda: si no trabajo no puedo estudiar, pero si no estudio no podr¨¦ trabajar. Y esto ¡ªy la protesta¡ª trasciende el independentismo. La violencia ¨Cyo no la llamar¨ªa as¨ª¡ª es necesaria para dar visibilidad al conflicto. No deseo ninguna desgracia, pero quiero que se vea el fuego. La v¨ªa pac¨ªfica solo nos ha llevado al no. Y eso que soy una persona que tiene miedo: yo no me voy a meter en primera l¨ªnea.
Jordi, nombre ficticio, 21 a?os, estudiante y desempleado
Hay que defender la calle
Me gusta el rap, escribo letras y poes¨ªa. Hablo de m¨ª y de lo que veo en el d¨ªa a d¨ªa. No soy anarquista, pero me considero antisistema. El capitalismo me parece una lacra que enriquece solo a unos pocos. No soy independentista, veo esto de las fronteras como una locura y me parece absurdo crear m¨¢s, pero el 1 de octubre vot¨¦ a favor de la independencia como protesta contra el Estado. Nunca hab¨ªa quemado un contenedor ni nada parecido, pero estos d¨ªas hice barricadas y mis colegas empezaron a picar el suelo con postes para sacar piedras y tir¨¢rselas a la polic¨ªa. Lo de petar el suelo no me pareci¨® muy correcto porque es un espacio que compartimos todos, pero bueno. Cargaron contra nosotros y no apuntaban al suelo como dice el reglamento. ?Que por qu¨¦ no me fui? Porque la polic¨ªa no deb¨ªa pasar. Hay que defender la calle, la polic¨ªa es un s¨ªmbolo fascista para nosotros. Yo me muevo por un futuro mejor. El fin no justifica los medios, pero si los negros no se hubiesen reivindicado a¨²n ser¨ªan esclavos y si las mujeres no se hubiesen reivindicado tampoco podr¨ªan votar. No estoy inventando la rueda. Creo que se puede dialogar y obtener m¨¢s privilegios como comunidad, pero formando parte de Espa?a. No me quiero separar porque creo que habr¨ªa m¨¢s conflicto.
Julia Termens, 22, desempleada
O se quema un contenedor o no se nos ve
Me acaban de despedir de la tienda de maquillaje donde trabajaba. Ganaba 600 euros por 25 horas semanales. Vivo con mi padre y su mujer. Me pago mi comida y mis gastos. No me he podido permitir ir a la universidad, trabajo desde que termin¨¦ la ESO. Protesto porque necesito cambios. Necesito mirar al futuro y ver salidas y una Catalu?a independiente podr¨ªa mejorar la situaci¨®n. Que s¨ª, que no te digo que eso sea tan f¨¢cil, pero es que miro mi horizonte y no veo nada, ?entiendes? La sentencia fue la gota que colm¨® el vaso. No estoy a favor de la violencia, pero me da la sensaci¨®n de que la ¨²nica manera de que nos escuchen es liarla parda. Tampoco estoy a favor de que haya un polic¨ªa en la UCI, pero es que a nosotros nos han dejado ciegos. ?C¨®mo le va a explicar esa persona de mi edad a sus hijos que ha perdido un ojo por defender su libertad de expresi¨®n? Yo no voy a participar ni de la violencia verbal, pero entiendo perfectamente a quien la ejerce porque o se quema un contenedor o no se nos ve.
Pau, nombre ficticio, en paro, 18 a?os
No se est¨¢n quemando cosas porque s¨ª
He hecho barricadas para cortar calles y paralizar la ciudad. He tirado tambi¨¦n piedras a la polic¨ªa, pero solo cuando ven¨ªan hacia nosotros. No se est¨¢n quemando cosas porque s¨ª. Es desobediencia civil con un objetivo: denunciar a Espa?a y la represi¨®n de su polic¨ªa. Si fu¨¦ramos un pa¨ªs democr¨¢tico habr¨ªa bastado con una manifestaci¨®n pac¨ªfica, pero estos a?os de protesta pac¨ªfica no han servido para nada. Hac¨ªa falta que la gente nos viese. Entiendo que moleste, pero esa es la rabia que nos han provocado. La gente est¨¢ harta.
En mi casa mi madre y yo llegamos justos a final de mes. He terminado el bachillerato y me he tomado un a?o para trabajar y poder pagar la universidad. Har¨ªa cualquier cosa, pero no me ha llamado nadie. Quiero estudiar biolog¨ªa, pero no s¨¦ si podr¨¦ pagar la matr¨ªcula. Creo que a una Catalu?a independiente le ir¨ªa mejor econ¨®micamente. En todas las protestas hay una suma de las frustraciones por las condiciones de vida. No soy nacionalista catal¨¢n, no salgo por Catalu?a en s¨ª. Me considero m¨¢s catal¨¢n que espa?ol, pero salgo por las hostias que nos han dado, por la sentencia y porque no nos hacen caso. No nos dejan votar y eso solucionar¨ªa todo.
Arnau, 17 a?os, estudiante de bachillerato
Estoy harto de que a los catalanes nos miren mal
Estudio en un colegio concertado y en mi casa no hay problemas de dinero. Me gustar¨ªa ser piloto comercial. Podr¨ªa formarme en el Ej¨¦rcito, pero no me veo entrando ah¨ª. Mi padre, que es tambi¨¦n independentista, est¨¢ en contra de que sea piloto, militar y hasta espa?ol. Yo quer¨ªa salir a la calle no tanto por el independentismo en s¨ª, sino por justicia, la pena que le cay¨® a los l¨ªderes es desproporcionada. Me manifest¨¦ el d¨ªa de la huelga y mi madre me prohibi¨® salir cuando vio los golpes. "T¨² no vas m¨¢s. Si eres masoca ya te doy yo". Hay j¨®venes que creen en la causa y lo hacen bien y a otros les gusta la le?a y esto es una excusa para venir a repartir.
Creo que Catalu?a podr¨ªa valerse por s¨ª misma y las cosas nos ir¨ªan mucho mejor. El dinero que nos devuelven es inferior al que damos, deber¨ªa ser m¨¢s proporcional. Adem¨¢s de la cuesti¨®n econ¨®mica es que nos sentimos despreciados. Tengo amigos de Zaragoza en Instagram y cuelgan cosas diciendo: "joder, catalanes, como veng¨¢is por aqu¨ª os vamos a zurrar". Estoy harto de ir a sitios en Espa?a y que me miren mal por ser catal¨¢n. Est¨¢ tambi¨¦n la cuesti¨®n de la lengua, veo mal que nos impongan el castellano. El Gobierno central deber¨ªa ceder bastante y dar m¨¢s autonom¨ªa. Nos peleamos por algo que nos tocar¨¢ vivir el resto de nuestra vida. Si no nos lanzamos a la calle, ?qui¨¦n lo va a hacer? Me morir¨¦ sin vivirlo, pero sabiendo que luch¨¦ por algo en lo que cre¨ªa.
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