C¨®micos presos, mon¨®logos libres
Diez internos de la c¨¢rcel alavesa de Zaballa hacen teatro de humor en un taller terap¨¦utico
En un espacio en el que todo lo que digas puede ser usado en tu contra, re¨ªrte es liberador. Diez presos de la c¨¢rcel alavesa de Zaballa participan en un Taller de Mon¨®logos ¡°Comedia y Honestidad¡±, una iniciativa pionera en la que los reclusos hurgan en su interior con el humor ¨Ca veces negro¨C como terapia. El escenario les ayuda a reconstruirse, a gestionar sus impulsos, y a aceptarse mejor cuando ven que les aceptan como son. ¡°Empiezan por re¨ªrse de s¨ª mismos y a partir de ah¨ª articulan el mon¨®logo¡± que despu¨¦s representan con total libertad en el sal¨®n de actos, explica el polit¨®logo y c¨®mico, Jorge Loza, director del taller.
Alejandro y Bea, matrimonio, cumplen condena en Zaballa. ?l utiliza sus propias vivencias para la actuaci¨®n. ¡°Nos pillaron en el coche. Yo no tengo carn¨¦ de conducir y le dije, Bea, tengo dos noticias una buena y una mala. La mala es que nos van a denunciar, como poco; la buena es que somos gitanos y que nos est¨¢ escoltando la Guardia Civil¡±. Comparten taller con Jos¨¦, un t¨ªo duro que reconoci¨® sobre las tablas que es ¡°m¨¢s sensible que Bustamante¡±; con Manuel que coquetea en su mon¨®logo con el poliamor; y con Cristina, ¡°Cristiana Ronalda¡± como le gusta que le llamen por su control de la pelota. Ella cuenta que se cas¨® con el hombre que la meti¨® en la c¨¢rcel. ¡°No es con el juez, joder¡±, dijo al ver la cara que pon¨ªa su p¨²blico.
El humor, incluso el m¨¢s ¨¢cido, se convierte en una terapia que traspasa los barrotes y exorciza los miedos y estereotipos con los que viven. ¡°Moha¡± es ¨¢rabe: ¡°Soy moro y gilipollas, les dije desde el escenario¡±, recuerda. ¡°Mi mon¨®logo parte de la verg¨¹enza que yo he sentido de mis propios actos y tambi¨¦n del racismo y de la exclusi¨®n social que he padecido desde que vine a Espa?a¡±, analiza. Eli, otra interna, abunda tambi¨¦n en el tema del racismo: ¡°Soy gitana y siempre quise ser paya para que me aceptaran¡±, afirma.
¡°Aprenden a vivir con la culpa y la verg¨¹enza que arrastran por lo que les ha llevado a prisi¨®n pero sin que les merme como seres humanos¡±, explica Loza, que est¨¢ documentando su trabajo en una tesis doctoral titulada La dimensi¨®n pol¨ªtica y terap¨¦utica del Stand Up Comedy (mon¨®logos). ¡°Los c¨®micos somos ¨¢ngeles ca¨ªdos que nos re¨ªmos de nuestras desgracias y de paso de las de los dem¨¢s y para eso hay que desnudarse por dentro, sincerarse, no valen trucos ni caretas¡±, explica Loza.
Hace unos meses, una jueza y trabajadoras sociales de Brasil se interesaron por esta actividad y se entrevistaron con los participantes. ¡°Este curso me ha ayudado a desinhibirme, gestionar mis emociones y a relacionarme de forma m¨¢s sincera con los dem¨¢s y conmigo mismo¡±, cuenta Enetz, otro participante. ¡°Los mon¨®logos son libres, te puedes meter con lo que quieras y con quien quieras, pero solo si empiezas por cuestionarte a ti mismo¡±, dice Loza. No se libra ni el subdirector de Tratamiento de la prisi¨®n alavesa, Chema Bastos. El jueves, en una visita al aula, se present¨® ante los reclusos y actuando, con voz taciturna, ironiz¨®: ¡°Llevo 25 a?os aqu¨ª dentro por mi mala cabeza¡±.
Loza lleva m¨¢s de diez a?os investigando sobre din¨¢micas de grupo y an¨¢lisis de discurso. En su proyecto colabora, adem¨¢s de la prisi¨®n de Zaballa, la Comisi¨®n Antisida de ?lava, que gestiona recursos p¨²blicos para facilitar la vuelta a la libertad de los internos. El c¨®mico est¨¢ convencido de que estos talleres pueden ayudar a paliar el dolor en las personas que sufren o han sufrido violencia de g¨¦nero o maltrato psicosocial, y ser muy ¨²tiles como herramienta de reinserci¨®n y asunci¨®n de responsabilidades. El ya fallecido core¨®grafo, mimo y director de escena Lindsay Kemp se preguntaba: ¡°?Qu¨¦ es el teatro sino esa capacidad de transformar las cosas empezando por uno mismo?¡±
Todos los participantes coinciden en una cosa. El taller y la puesta en escena de su mon¨®logo forman parte de un compromiso con la verdad y la dignidad mientras juegan a comparar la c¨¢rcel con el S¨¢lvame Deluxe ¡°porque las emociones y la confusi¨®n est¨¢n a flor de piel¡±, o vacilan con la suerte de Urdangar¨ªn que est¨¢ solo en una c¨¢rcel de mujeres. Dos horas en las que tambi¨¦n da tiempo a emocionarse cuando hablan de sus familias, de sus hijos y de sus penas. ¡°Vuelves a tu rutina pero con una sonrisa¡±, aseguran los c¨®micos presos.
Y como dice Moha, en un contexto carcelario en el que cualquier cosa que puedas decir se utiliza en tu contra, el en taller impera un ambiente de respeto, ausencia de juicio e igualdad entre todos los que estamos, incluido, el responsable del taller. Para muestra el chiste que cont¨® Nikartxu. Cuando Jorge Loza le conoci¨®, le pregunt¨®: ?y t¨² por qu¨¦ est¨¢s aqu¨ª? Nikartxu le minti¨® con voz de tipo duro. Le dijo, por si acaso, que por asesinato. ?Y t¨²?, le interpel¨® a Loza: ¡°yo vengo aqu¨ª como c¨®mico¡± dijo el responsable del taller. ¡°Joder pues s¨ª que tienes que ser malo¡±. El p¨²blico rompi¨® a re¨ªr.
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