Laura Borr¨¤s: ¡°Que seamos pac¨ªficos, ?que lo somos!, no significa que vayamos a aguantar siempre este abuso¡±
¡°Es miserable el r¨¦dito electoral que tiene la catalanofobia¡±, dice la candidata de Junts per Catalunya al Congreso
Laura Borr¨¤s (Barcelona, 1970) tiene fiebre. 39 grados el s¨¢bado noche, horas antes de esta conversaci¨®n. Coge el tel¨¦fono a EL PA?S en Waterloo, donde se ha reunido con Carles Puigdemont. Borr¨¤s, fil¨®loga y especialista en teor¨ªa de la literatura y literatura comparada, es la candidata de Junts per Catalunya (JxCat) al Congreso de los Diputados. En los ¨²ltimos d¨ªas ha tenido amargas discusiones con dos rostros conocidos de la televisi¨®n, I?aki L¨®pez y Susanna Griso. Da explicaciones sobre sus desencuentros, que resume en que, seg¨²n su experiencia, a veces de la buena educaci¨®n se concluye que pueden hacer contigo lo que quieras. ¡°Y no¡±, sentencia.
- P. Me ha recordado una frase que escucho en Catalu?a: ¡°Somos gente de paz pero no somos gilipollas¡±.
- R. (Risas) Se han superado todos los l¨ªmites. Cuando t¨² sometes a la gente a una presi¨®n continuada de desprecio, la gente dice: ¡°Hasta aqu¨ª¡±. Porque que seamos pac¨ªficos, ?que lo somos!, no significa que vayamos a aguantar siempre este abuso.
- P. ?La mejor forma de expresar esa hartura es lo que ha ocurrido en las calles de Barcelona?
- R. Lo que ha ocurrido en las calles de Barcelona es que la gente ha comprendido que la sentencia no solo afecta a nuestros l¨ªderes, que cumplen pena en la c¨¢rcel, sino a ellos. Porque la sentencia forma parte de una manera de terminar con unas reivindicaciones leg¨ªtimas de la ciudadan¨ªa que se expresan democr¨¢ticamente. El Estado espa?ol, por incomparecencia, ha dimitido de la pol¨ªtica y ha delegado en los jueces.
- P. ?Qu¨¦ se ha visto en la calle?
- R. La expresi¨®n de un desacuerdo que ha sido c¨ªvico y pac¨ªfico. Pero al a?adir el elemento policial hemos visto im¨¢genes que no nos han gustado en absoluto.
- P. ?Los incidentes violentos los comenzaba la polic¨ªa?
- R. Yo he estado en marchas multitudinarias y c¨ªvicas. En las otras he estado porque ten¨ªa a mi hija en la calle, y he visto im¨¢genes preocupantes en una democracia. ?Por ejemplo? Chicos sentados en Via Laietana y la Polic¨ªa Nacional yendo hacia ellos con porras y ejerciendo violencia gratuita. Eso genera opresi¨®n y represi¨®n.
- P. Las im¨¢genes de los manifestantes tirando piedras y quemando mobiliario urbano, ?qu¨¦ le parecen?
- R. Yo siento rechazo ante los altercados y destrozos de la v¨ªa p¨²blica. No me representan esas im¨¢genes, no me siento c¨®moda. Pero soy capaz de modular el lenguaje, y no puedo considerar un contenedor en llamas como violencia, pero un ojo y un test¨ªculo perdido por el uso de armas y munici¨®n prohibidas en territorio catal¨¢n s¨ª es violencia.
- P. Un agente tambi¨¦n se encuentra hospitalizado en estado grave y hubo otros compa?eros suyos heridos.
- R. Visit¨¦ al polic¨ªa nacional en la UCI. Lo hice y lo har¨ªa 50 veces aunque fue una experiencia muy dura. Pero ni siquiera sobre este particular est¨¢ claro lo que ocurri¨®. Y f¨ªjese. Lo voy a ver al hospital con independencia de qui¨¦n le agrediera o qui¨¦n fuera el agredido, porque la violencia no me representa venga de donde venga. Porque soy pacifista. Y siempre estar¨¦ al lado de los heridos.
- P. Usted es profesora universitaria. ?Permitir¨ªa dar clases a los estudiantes que lo deseen?
- R. Yo estoy por todos los derechos. Por los de la gente que quiera dar clase y recibirla, y por la gente que no quiera normalizar la situaci¨®n y ejercer su derecho de protesta mediante una huelga para tomar conciencia.
- P. Tiene fijado en su perfil de Twitter un verso de W. H. Auden: ¡°Nada volver¨¢ a ser como antes¡±.?
- R. Lo que vivimos el 27-O [la Declaraci¨®n Unilateral de Independencia] me hizo pensar en ese verso.
- P. ?Se sinti¨® ese d¨ªa ciudadana de la Rep¨²blica de Catalu?a?
- R. Me he sentido siempre como una ciudadana que aspira a ser libre.
- P. Pero declararon la independencia. Un conseller se fotografi¨® en su despacho: ¡°ejerciendo las responsabilidades que nos ha encomendado el pueblo de Catalu?a¡±. ?Lleg¨® a pensar que estaba viviendo en un nuevo pa¨ªs?
- R. No. No notaba la diferencia. Sab¨ªa que la declaraci¨®n que se hab¨ªa hecho en el Parlament se quedaba en el edificio del Parlament y no llegaba a la sala de plenos. Ya vimos lo que pas¨® el 1-O por querer votar, qu¨¦ pasar¨ªa si tambi¨¦n lo hubi¨¦ramos querido ejercer. No sent¨ª vivir un tiempo nuevo pero s¨ª sent¨ª un clic, una fractura, algo que no tiene vuelta atr¨¢s. No porque vivamos en una rep¨²blica sino porque no ya no podemos aspirar a otra cosa.
- P. ?Eso relega aspiraciones como la reducci¨®n de listas de espera, abaratamiento de tasas universitarias o cumplimiento de renta garantizada?
- R. Nosotros tenemos una gesti¨®n con unas competencias que tienen un techo en los l¨ªmites del Estado espa?ol. Yo misma he sido consellera de Cultura y he ejercido todas las competencias que estaban en mi mano ejercer, y siempre chocan con el muro del Estado. Bien por un Gobierno que incumple sus compromisos o bien por un Tribunal Constitucional que suspende las leyes que salen del Parlament.
- P. Pero son competencias transferidas.
- R. Aunque lo sean siempre est¨¢ esa losa. Un ejemplo. Cuando se hizo la moci¨®n de censura y se apost¨® por un Gobierno de progreso, aspiramos a que muchas de las leyes catalanas suspendidas por el TC llevadas all¨ª por el PP, el PSOE las revirtiera. No lo hizo. Le pregunt¨¦ al ministro y dijo: ¡°Es que claro¡±. Mire, es miserable el r¨¦dito electoral que tiene la catalanofobia. A m¨ª se me imped¨ªa, como consellera, ejercer mi funci¨®n con plenitud.
- P. Cuando falte el Estado, ?a qui¨¦n echamos la culpa?
- R. Al contrario. Si algo nos caracteriza es el ejercicio de la responsabilidad. No se trata de tener un Estado para que sea el destinatario de las quejas. Eso es propio de una sociedad parasitaria, y la catalana es una sociedad emprendedora, que se autoorganiza, aut¨®noma, de peque?as y medianas empresas. Las responsabilidades no nos asustan. No es que la independencia sea el remedio a todos nuestros males porque vivamos en los mundos de Yupi. Simplemente la autonom¨ªa no da m¨¢s de s¨ª.
- P. Volvamos al poema de Auden, que dice: ¡°Cre¨ªa que el amor era eterno, pero me equivoqu¨¦¡±. ?Su amor por Espa?a se ha acabado o nunca lo tuvo?
- R. No se me ha acabado en absoluto. Amo la lengua espa?ola y su literatura, la he ense?ado en universidades del mundo. No estoy dispuesta a que nadie me obligue a renunciar a ese amor. Mi convencimiento de que Catalu?a necesita la independencia no es contra Espa?a, es a favor de Catalu?a.
- P. ?Ustedes se han equivocado?
- R. Seguramente. Donde no ver¨¢ autocr¨ªtica es en el Estado espa?ol. Por nuestra parte, a usted mismo seguro que le consta la cantidad de veces que la hemos hecho. Porque hicimos cosas mal.
- P. ?Cu¨¢les?
- R. No haber calibrado la naturaleza represiva de un Estado que aplica soluciones del siglo XIX para un reto del siglo XXI.
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