El supuesto esp¨ªa dan¨¦s en Siria que acab¨® preso en Le¨®n
Ahmed Samsam cumple prisi¨®n en Espa?a por yihadismo y sostiene que era un colaborador de los servicios secretos
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La primera vez que Ahmed Samsam fue a combatir a Siria sali¨® por la tele danesa. A¨²n no era delito en Dinamarca, ten¨ªa 22 a?os y cont¨® que, ¡°harto de ver la guerra desde el sof¨¢¡± en su casa de Copenhague, hab¨ªa vuelto al pa¨ªs de sus or¨ªgenes para luchar contra Bachar El Asad. Era el verano de 2012 y Samsam se mostraba orgulloso de luchar con ¡°cristianos¡± y ¡°alauitas¡±, unidos contra el heredero de la dictadura que hab¨ªa obligado a su padre a huir y pedir asilo pol¨ªtico en Dinamarca tres d¨¦cadas antes. No entend¨ªa, dijo, que ¡°Occidente no se mostrara dispuesto a ayudar¡±. ¡°Cuanto m¨¢s tarde Occidente en intervenir, m¨¢s isl¨¢mica ser¨¢ esta revoluci¨®n¡±, profetiz¨®.
La pasada Nochevieja Samsam cumpli¨® 30 a?os y la pas¨® solo en su celda espa?ola. Preso en Le¨®n, condenado como integrante del Estado Isl¨¢mico, se dir¨ªa que acab¨® encarnando su propia profec¨ªa: entre 2012 y 2015 viaj¨® a Siria al menos dos veces m¨¢s y, aunque ya no sal¨ªa por televisi¨®n, presum¨ªa abiertamente de sus actividades cada vez m¨¢s sectarias: enviaba v¨ªdeos de atentados y propaganda yihadista a sus contactos; publicaba fotos desde ¡°el teatro de operaciones sirio¡±, seg¨²n la Guardia Civil, y chateaba con yihadistas. Aun as¨ª, cuando estando de vacaciones en M¨¢laga en 2017 con su hermano mayor y unos amigos le detuvo la Guardia Civil, Samsam llam¨® a su casa como quien avisa de que est¨¢ en un atasco y no llega a cenar. ¡°Nos dijo que no nos preocup¨¢ramos, que todo se iba a aclarar y que pronto estar¨ªa en casa¡±, recuerda al tel¨¦fono F¨¢tima, su hermana de 21 a?os, desde Copenhague. ¡°En ese momento no nos dijo nada m¨¢s¡±, a?ade.
Entonces era julio de 2017. En Madrid, y bajo secreto de sumario, Samsam s¨ª le explic¨® a la juez Carmen Lamela que salvo en el primero, en los dem¨¢s viajes hab¨ªa sido ¡°enviado por los servicios secretos policiales de Dinamarca¡±. Y que ¡°las autoridades danesas le paga[BA]n 3.000 euros al mes por esa labor¡±. De hecho, la Guardia Civil localiz¨® dos transferencias en moneda danesa, por valor de 3.293 y 2.659 d¨®lares, pero los investigadores concluyeron que las hab¨ªan enviado otros yihadistas, no los servicios secretos. A los jueces de la Audiencia Nacional que lo condenaron en 2018 y a los del Supremo que luego desestimaron su recurso la historia les son¨® tan ¡°incre¨ªble¡± como a los guardias civiles que lo detuvieron. Los ocho a?os de c¨¢rcel de la sentencia se cumplen en 2025.
¡°Estoy muy contento de que te intereses por m¨ª y por mi historia y me gustar¨¢ que vengas aqu¨ª a verme¡±, escribi¨® desde la c¨¢rcel de Le¨®n en una carta manuscrita el 12 de julio pasado. La prisi¨®n hab¨ªa tardado siete meses en entregarle la carta enviada por el periodista. Samsam est¨¢ clasificado como preso de primer grado y la c¨¢rcel no autoriza visitas de periodistas, aclaran fuentes de Instituciones Penitenciarias. Pero su historia ha salido a la luz en Dinamarca.
El Berlingske, uno de los diarios daneses de referencia, empez¨® a publicarla la semana pasada. Dos de sus periodistas han identificado a una de las personas que transfiri¨® dinero a Samsam: es un agente estatutario del Servicio de Seguridad e Inteligencia que control¨® la infiltraci¨®n de Samsam en Siria. El peri¨®dico ha verificado la pertenencia del controlador al servicio secreto. La informaci¨®n sit¨²a reuniones con Samsam en Nyborg (Dinamarca) y en Alanya (Turqu¨ªa). Samsam colabor¨® tambi¨¦n con la inteligencia militar. El Confidencial recogi¨® la informaci¨®n el lunes pasado.
Tras su detenci¨®n, Ahmed Samsam no revel¨® su historia ni a su familia. Pero despu¨¦s de varios meses aislado ¡°se rompi¨®¡± psicol¨®gicamente, seg¨²n su hermana F¨¢tima, estudiante de econ¨®micas. ¡°Me pidi¨® que contactara con el Gobierno dan¨¦s para que hiciera algo. Yo escrib¨ª al correo de los servicios de inteligencia¡±, recuerda ella. D¨ªas despu¨¦s la llamaron y le indicaron una comisar¨ªa donde reunirse a principios de 2018. ¡°Nos sentamos en una habitaci¨®n, dos hombres y yo. Les dije: ¡®Sab¨¦is que mi hermano trabaja con vosotros, que lo enviasteis a Siria, ten¨¦is que hacer algo por ¨¦l¡±.
F¨¢tima siente hoy que la enga?aron. ¡°Al principio me dijeron que har¨ªan todo lo que pudieran. Pero no hicieron nada. Ahora pienso que lo que tem¨ªan era que yo tuviera pruebas contra ellos. Nunca m¨¢s me cogieron el tel¨¦fono¡±, cuenta. Meses despu¨¦s, las autoridades danesas contactaron por fin con el Centro Nacional de Inteligencia espa?ol (CNI), seg¨²n la informaci¨®n de Berlingske, pero era demasiado tarde. El juicio estaba a la vista y era imposible pararlo, argument¨® el CNI, seg¨²n el diario dan¨¦s. Este organismo ha rehusado responder a EL PA?S.
A pesar de esas gestiones tard¨ªas, es habitual que los servicios secretos dejen caer a sus confidentes cuando son descubiertos. En Espa?a, en octubre de 2017 la Audiencia Nacional absolvi¨® a un ciudadano marroqu¨ª acusado de reclutar a terroristas en Mallorca, pero que en realidad era un confidente. A diferencia de Samsam, tuvo la precauci¨®n de registrar las comunicaciones con su controlador, lo que le salv¨® de ser condenado.
El joven Samsam fue mucho m¨¢s ingenuo: ¡°Las comunicaciones con los agentes daneses fueron borradas por seguridad¡±, explic¨® en su primera declaraci¨®n. ¡°Es muy triste que personas que ayudan a luchar contra el terrorismo acaben en prisi¨®n¡±, dice F¨¢tima. El riesgo que ahora corren ella y su familia en Dinamarca se compensa con la alegr¨ªa de que por fin se conozca la verdad que ella defiende. Mientras habla por tel¨¦fono, su padre atiende a varios periodistas daneses en el sal¨®n. Una diputada ha planteado una pregunta parlamentaria a ra¨ªz de las revelaciones. ¡°Estoy muy feliz de que todo el mundo sepa que mi hermano no es un terrorista¡±, dice F¨¢tima. ¡°Queremos que vuelva a Dinamarca, con su familia. Lleva dos a?os y medio aislado¡±, concluye.
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