La segunda vez que la industria china vence a una cooperativa malague?a

El sue?o de una veintena de mujeres de El Borge (930 habitantes, M¨¢laga) se esfum¨® en 2008. Tras casi tres d¨¦cadas de funcionamiento, aquel a?o se vieron obligadas a cerrar la Cooperativa El Lugar, proyecto que hab¨ªan puesto en marcha con mucho esfuerzo en 1980. Especializada en la confecci¨®n de textil sanitario, sus principales clientes fueron poniendo sus ojos en China con el cambio de siglo. Los encargos fueron disminuyendo hasta que, finalmente, no hubo trabajo. El pasado mes de abril, siete de aquellas mujeres desengrasaron las m¨¢quinas para luchar contra el coronavirus y cosieron componentes sanitarios que donaron al hospital de La Axarqu¨ªa (V¨¦lez-M¨¢laga). Luego, empezaron a fabricar 10.000 mascarillas al d¨ªa. Hasta que, con los materiales agotados y sin ofertas reales de trabajo, la f¨¢brica volvi¨® a cerrar. China les ha vuelto a ganar la partida.

Bel¨¦n Fern¨¢ndez es una de estas mujeres. Esta vecina de El Borge comenz¨® en la cooperativa en el a?o 1987. Ten¨ªa entonces 15 a?os. Su primer sueldo fue de 21.000 pesetas (126 euros) y, durante el primer a?o parte de su salario ¡ªunas 7.000 pesetas mensuales (42 euros)¡ª se destinaba a la adquisici¨®n de la m¨¢quina industrial con la que trabajaba. Lleg¨® a hacer jornadas de siete de la ma?ana hasta la medianoche. ¡°Nos machac¨¢bamos¡±, recuerda. La disminuci¨®n de la producci¨®n le oblig¨® a ir a la costa a limpiar casas. Tras el cierre en 2008, su m¨¢quina y la de sus compa?eras qued¨® guardada en una nave municipal. ¡°Las dem¨¢s trabajadoras son mis vecinas, esto es un pueblo. Cuando lleg¨® esta crisis [de la covid-19], nos dimos cuenta de que pod¨ªamos ayudar. Nos pusimos en marcha a trav¨¦s de Whatsapp y all¨ª que nos fuimos a coser¡±, cuenta Fern¨¢ndez, que puso as¨ª en marcha una iniciativa que tambi¨¦n siguieron muchas personas voluntarias en otros puntos de Espa?a.

Los primeros pespuntes, a partir de las telas que a¨²n guardaban en el local de la cooperativa, sirvieron pasa coser 50 batas, 125 s¨¢banas, 50 casacas, 40 patucos e incluso 30 escafandras sanitarias, todas de un solo uso. ¡°Son cosas que hemos hecho much¨ªsimas veces¡±, cuenta Fern¨¢ndez, que se queja de que el sector de la sanidad haya puesto sus miras ¡°como tantos otros¡± en tierras asi¨¢ticas. A ellas les ocurri¨® en los primeros a?os 2000. Primero les dej¨® uno de sus grandes clientes, Johnson & Johnson. M¨¢s tarde, las empresas locales tomaron el mismo camino. ¡°Siempre nos dec¨ªan que les sal¨ªa m¨¢s barato comprar en China y traer todo en barco¡±, asegura la ahora frustrada trabajadora solidaria.

Con menos de un millar de habitantes, este pueblo lleg¨® a tener dos cooperativas textiles con 50 trabajadoras. La situaci¨®n fue similar a las de otras muchas peque?as localidades. No muy lejos, Mayoral empez¨® a trasladar sus tareas de confecci¨®n a finales de los noventa a Asia y, con el cambio de siglo, cerr¨® sus f¨¢bricas de Yunquera (2.864 habitantes) donde trabajaban m¨¢s de 300 mujeres consiguiendo que el municipio tuviera tasas de paro femenino casi inexistentes. El Borge so?aba con un cambio de sensibilizaci¨®n hacia la industria local a ra¨ªz de la crisis sanitaria que azota al mundo. El pueblo pens¨® que las m¨¢quinas se podr¨ªan poner en marcha de nuevo para generar empleo no solo entre quienes ya formaban la cooperativa, tambi¨¦n entre las j¨®venes en paro.

Sin embargo, la realidad ha vuelto a golpear a la cooperativa. La negociaci¨®n con varias empresas no termina de llegar a buen puerto. Entre otros aspectos, las mujeres explican que har¨ªa falta nueva inversi¨®n y tambi¨¦n darles seguridad de trabajo a medio y largo plazo para poner en marcha de nuevo toda la maquinaria. ¡°De otra manera, no podemos arriesgarnos¡±, dice una de ellas. ¡°Hemos visto de lo que podr¨ªan ser capaces de hacer¡±, subraya Ra¨²l Vallejo, alcalde de El Borge. ¡°L¨¢stima que las grandes empresas textiles hayan apostado desde hace ya muchos a?os por productos m¨¢s baratos de China¡±, sentencia.