¡°Oda al papel higi¨¦nico¡±, terapia musical por WhatsApp para los amigos confinados

¡°Flor espiritual para el d¨ªa de hoy¡±. Esa es la tarjeta de visita de Jes¨²s Mari ¡°Pintu¡± Alegr¨ªa. Regala esa frase a sus amigos, todos y cada uno de los d¨ªas de esta crisis sanitaria, y con ella la pastilla: ¡°Una pastilla musical, no se vaya a pensar¡±, bromea. Cada d¨ªa, desde que se decret¨® el estado de alarma y con ¨¦l el confinamiento de millones de personas, sirve a sus amigos una canci¨®n. Oda al papel higi¨¦nico, a la txistorra, a la soledad o al tango, y lo hace para que la gente se sienta mejor, para que el aburrimiento, la tristeza o como quiera que empiecen el d¨ªa sus amigos y conocidos, unos 200 en Europa, Am¨¦rica y Asia, abran hueco a la sonrisa.

¡°El hijo del pintor de Araia¡± (?lava), de ah¨ª su alias, empez¨® todo esto como un manual de ayuda para atenuar los miedos de un amigo sevillano que le llam¨® compungido y atemorizado ante lo que se avecinaba, all¨¢ a finales de febrero. Ya se empezaba a hablar de confinamiento y el miedo corr¨ªa libremente. ¡°Es un hipocondr¨ªaco y se trataba de quitarle hierro y ayudarle, y ahora son ya m¨¢s de 200 quienes reciben la canci¨®n diaria¡±, y entre ellos mucha gente relacionada con la m¨²sica y con los derechos humanos. Pintu lleva varias d¨¦cadas tejiendo una red desde la presidencia de M¨²sicos Sin Fronteras, una organizaci¨®n que cumple 25 a?os en 2020. Una actividad que le ha llevado a organizar conciertos ben¨¦ficos y a impulsar la m¨²sica como un instrumento de solidaridad en muchas zonas de conflicto.

¡°Lo de hacer una canci¨®n diaria es un gesto, algo sencillo; solo pretendo hacer que la gente se sienta mejor¡±, dice. Es un defensor ac¨¦rrimo de la m¨²sica como un elemento m¨¢gico que une a las personas. Los destinatarios de sus canciones est¨¢n en Pa¨ªs Vasco, Madrid, Barcelona y el resto de Espa?a, en Cuba, Argentina, Georgia, y en Siria e Irak. Los destinatarios de sus acciones tambi¨¦n. Pintu ha desplegado con M¨²sicos Sin Fronteras una red de proyectos musicales solidarios.En Kanasore (Irak) ense?an m¨²sica a las mujeres kurdas v¨ªctimas del ISIS, y en Siria a ni?os y ni?as kurdos. En 2019 les llevaron a estos ¨²ltimos una tonelada de instrumentos en persona, sorteando todo tipo de dificultades administrativas y pol¨ªticas. ¡°La m¨²sica cambia a la gente, y los derechos humanos son un instrumento¡±, juega con las palabras.

Este a?o han tenido que aplazar varias presentaciones, una de ellas en Madrid. ¡°Estaban invitados Federico Mayor Zaragoza, y la catedr¨¢tica del Conservatorio de Madrid Teresa Catal¨¢n. Com¨ª con Federico el a?o pasado, fue un regalo¡±, recuerda. El que fue director general de la Unesco y autor entre otros del libro Delito de silencio?quiere regalarles un viol¨ªn, explica Jes¨²s Mari.

Pero no se paran ah¨ª. M¨²sicos Sin Fronteras va a abrir en Vitoria una escuela para refugiados asistido por la Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado (CEAR) o por C¨¢ritas que no puedan permitirse una formaci¨®n musical reglada y los costes que lleva aparejada. Ya tienen los instrumentos, seis profesores dispuestos para cuando se levante el confinamiento y hasta el local. ¡°Nos lo ha cedido una se?ora que nos escuch¨® el proyecto en la radio y le gust¨®¡±, relata. ¡°La escuela de Vitoria se llamar¨¢ Tximurka ("pellizco" en euskera) y ser¨¢ hermana de las de Siria, que se llama Mirzo & Music Center, y de la de Irak¡±.

Pero, adem¨¢s, impulsan proyectos en Guatemala, en Marruecos y est¨¢n trabajando para cerrar un concierto ben¨¦fico de la Orquesta de la ONU con el hilo conductor de ¡°los derechos humanos a bombo y platillo¡± con el que ya han organizado varios m¨¢s en los ¨²ltimos a?os. En una conferencia que ofreci¨® hace unos a?os, Pintu defini¨® la m¨²sica como ¡°un arma de construcci¨®n masiva¡±. Cada una de sus canciones es un ¡°proyectil de paz¡±.