El mejor profesor de matem¨¢ticas del mundo, solo para ti
La inteligencia artificial va a ser una ayuda inestimable para mejorar la ense?anza de esta materia y los profesores tienen que entender que no es ninguna amenaza ni para ellos ni para sus alumnos
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El da?o que puede hacer un mal profesor de matem¨¢ticas es incalculable. Literalmente: no se puede calcular. Lo que llamamos ansiedad matem¨¢tica, o miedo a las matem¨¢ticas, tiene menos de ansiedad que del m¨¢s puro, simple y desesperante aburrimiento. El ni?o y la ni?a aprenden disciplinadamente a multiplicar matrices, intersectar conjuntos y derivar funciones, pero no entienden una palabra de lo que est¨¢n haciendo, de qu¨¦ significa eso, para qu¨¦ vale, por qu¨¦ es una forma de pensar de extraordinaria elegancia y eficacia.
Para que los alumnos entiendan los conceptos matem¨¢ticos fundamentales, se interesen por ellos y los incorporen a su caja de herramientas para el futuro, hace falta un buen profesor, quiz¨¢ incluso un gran profesor. Pero claro, ?c¨®mo se hace eso? Tu cuadro docente no puede estar compuesto por medallas Fields (uno de los galardones m¨¢s prestigiosos de las matem¨¢ticas) y premios Abel (considerado el Nobel de las matem¨¢ticas). Tienes que obrar el prodigio con los recursos humanos que tienes al alcance, que son gente normal con una formaci¨®n media. Entonces ?qu¨¦ hacemos?
Respuesta: usar las neuronas, amigos. Las nuestras y las de las m¨¢quinas. La inteligencia artificial va a ser una ayuda inestimable para mejorar la ense?anza de las matem¨¢ticas, del lenguaje y de todo lo dem¨¢s. Y los profesores tienen que entender que las m¨¢quinas no son ninguna amenaza ni para ellos ni para sus alumnos, sino que est¨¢n aqu¨ª para ayudarles a ambos.
Mientras la atm¨®sfera social se carga de un rechazo a la inteligencia artificial no muy reflexivo, a veces casi religioso, los expertos est¨¢n proponiendo ideas muy interesantes para introducir las m¨¢quinas en las aulas. Mi favorita es la personalizaci¨®n, y voy a intentar explicar por qu¨¦.
Como todos los mocosos, aprend¨ª en el colegio a operar con matrices, esos rectangulitos con filas y columnas de n¨²meros que se pueden sumar, restar, multiplicar y manipular de varias formas. Los chavales aprend¨ªamos esos procedimientos como si fueran una verdad revelada, pas¨¢bamos el examen si hab¨ªa suerte y nos pon¨ªamos a otra cosa. Aquello me sirvi¨® m¨¢s o menos para lo mismo que memorizar la lista de los reyes godos: para nada. Instruir a los ni?os para que se comporten como calculadoras humanas es in¨²til y da?ino. El saber ocupa lugar, y conviene reservar nuestra memoria siempre escasa para cosas m¨¢s importantes que esos sudokus insustanciales.
Ya era un adulto con entradas en la frente, cuando por fin pude entender de qu¨¦ iba todo eso, y darme cuenta de lo fascinante, profundo y creativo que resulta ese arte de jugar con las matrices, ¨¢lgebra lineal en la jerga. Y esa epifan¨ªa se debi¨® a mi buena fortuna de descubrir a Gilbert Strang, el mejor profesor de matem¨¢ticas del mundo.
Strang, un pionero de la educaci¨®n en l¨ªnea, hab¨ªa grabado sus clases de ¨¢lgebra lineal en el Instituto de Tecnolog¨ªa de Massachusetts (MIT), y las hab¨ªa colgado en la web de la universidad. No era m¨¢s que el tipo explicando el tema a sus alumnos tiza en mano sobre la pizarra, pero de pronto, de alguna manera, all¨ª se hac¨ªa la luz y el entendimiento se abr¨ªa paso entre la espesura de mi infancia.
Es tan f¨¢cil como eso. Basta con tener al mejor profesor del mundo en tu aula. Antes era imposible, pero ahora est¨¢ al alcance de cualquier escuela urbana o rural. Y ahora demos un paso m¨¢s. Strang me fue bien a m¨ª, pero seguro que otros alumnos y otros profesores tendr¨¢n otras preferencias, otras necesidades, lagunas, demandas de explicaci¨®n adicional o de volver a la primera casilla sobre alg¨²n punto que se te atasca. Ah¨ª es donde la inteligencia artificial puede aportar unos recursos educativos personalizados y muy valiosos.
A partir de ahora, cada alumno puede inventar a su Gilbert Strang, dise?ar a su profesor de matem¨¢ticas perfecto. El miedo a los robots no nos lleva a ning¨²n lado. Si no puedes vencerlos, ¨²nete a ellos. Es por el bien de los ni?os, amigo.
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