¡°Dar un m¨®vil a un beb¨¦ es echar gasolina al fuego¡±: en el futuro de las relaciones ganar¨¢ el cara a cara
La necesidad de identificarse y relacionarse con grupos de forma presencial afecta al bienestar mental y f¨ªsico
Las relaciones del futuro ser¨¢n mixtas, es decir, tanto f¨ªsicas como virtuales. Por pura necesidad. Las tecnolog¨ªas son s¨®lo una herramienta (¨²til y positiva por muchas razones para enriquecer de una manera nueva la forma de conocerse), pero el verse cara a cara es lo que seguir¨¢ marcando los contactos en las pr¨®ximas d¨¦cadas. El que aprendan ¨Dlas generaciones m¨¢s j¨®venes¨D o reaprendan ¨Dlas mayores enganchadas a la tecnolog¨ªa¨D...
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Las relaciones del futuro ser¨¢n mixtas, es decir, tanto f¨ªsicas como virtuales. Por pura necesidad. Las tecnolog¨ªas son s¨®lo una herramienta (¨²til y positiva por muchas razones para enriquecer de una manera nueva la forma de conocerse), pero el verse cara a cara es lo que seguir¨¢ marcando los contactos en las pr¨®ximas d¨¦cadas. El que aprendan ¨Dlas generaciones m¨¢s j¨®venes¨D o reaprendan ¨Dlas mayores enganchadas a la tecnolog¨ªa¨D a mantener los v¨ªnculos de forma presencial afectar¨¢, adem¨¢s, desde a la salud mental y f¨ªsica hasta a la capacidad de crear redes laborales y, por lo tanto, al trabajo. Tambi¨¦n viviremos m¨¢s solos y aprender a normalizarlo y a combinar las relaciones mixtas, integrando el contacto presencial con el virtual, depender¨¢ nuestro bienestar.
La biolog¨ªa marca toda la vida y hace que, tarde o temprano el ser humano se autorregule, de forma consciente o inconsciente, como individuos pero tambi¨¦n como sociedad. Porque lo necesita. Lleva pasando desde los inicios de la existencia como seres humanos y el porqu¨¦ tiene varias explicaciones. Desde que somos animales de tribu hasta razones puramente f¨ªsicas.
Una de esas explicaciones es la necesidad de segregar oxitocina, la hormona conocida como ¡°la del amor¡±. Aunque, en realidad, es mucho m¨¢s que eso. ¡°Segregamos oxitocina de diversas formas, en el parto, la lactancia, el orgasmo (de ah¨ª su nombre popular), pero tambi¨¦n cuando comemos con otras personas, acariciamos a una mascota o nos sentimos en familia¡±, explica Ana Lisbona, profesora de Psicolog¨ªa Social y de las Organizaciones en la Universidad Nacional de Educaci¨®n a Distancia (UNED). ¡°Por eso es vital para nosotros el cara a cara, el contacto f¨ªsico. Y, adem¨¢s, necesitamos identificarnos con grupos y, aunque hay momentos vitales en los que esto desciende (por ejemplo, como cuando nos jubilamos o en el paso del colegio a la Universidad), el mantener esas conexiones de grupo tiene grandes consecuencias en nuestra salud¡±, resalta esta experta en la identidad de las relaciones.
Aunque las relaciones virtuales se hayan metido de lleno en el d¨ªa a d¨ªa, va a llegar un momento en el que ser¨¢ necesario reforzar las relaciones cara a cara. No hay que remontarse a generaciones anteriores a las que puedan leer este art¨ªculo para explicar la brutal revoluci¨®n que ha provocado la tecnolog¨ªa en la manera de relacionarse en los diferentes ¨¢mbitos de la vida, desde el laboral, a la creaci¨®n de grupos de amistades, al familiar y a la pareja. A medida que la sociedad cambia, las personas se ven arrastradas por las novedades que empiezan a ocurrir en su entorno. En los h¨¢bitos, los horarios, la forma y los lugares en los que conocen y mantienen contacto con nuevas personas. Pero, de momento, el mundo virtual sigue siendo eso, una novedad.. Y, seg¨²n los expertos en diversos campos, la sociedad se ir¨¢ adaptando. La evoluci¨®n a lo largo de los tiempos ha demostrado con creces la facilidad del ser humano para ello.
Efectos sobre la salud
Arun Mansukhani, psic¨®logo cl¨ªnico y sex¨®logo, que dirige el Centro de Regulaci¨®n Emocional, en M¨¢laga, comenta esta ¨²ltima cuesti¨®n. ¡°No somos capaces de percibir cambios a lo largo del tiempo. Nos tenemos que parar a pensarlos para darnos cuenta, pero los asumimos con normalidad. Somos una especie tremendamente adaptable¡±, explica el psic¨®logo, que es, adem¨¢s, autor del libro Condenados a entendernos. La interdependencia y el arte de mantener relaciones sanas (editorial Sinequanon).
Por otro lado, insiste en c¨®mo estos cambios afectan a la salud, tanto mental como f¨ªsica. ¡°Sabemos, por m¨²ltiples estudios en diferentes pa¨ªses, que la calidad de las relaciones afecta a la salud. Por ejemplo, no tener relaciones o tener sensaci¨®n de soledad, se est¨¦ o no solo, el percibirla, as¨ª como el tener relaciones conflictivas, de pareja o de otro tipo, empeora la salud¡±, explica Mansukhani. Pero, ?qu¨¦ se entiene por relaciones de calidad? ¡°Esas en las que te puedes mostrar como eres, en las que te sientes c¨®modo. En las relaciones de calidad te sientes t¨² mismo¡±, responde el experto.
La Universidad de Harvard ha hecho un inmensa investigaci¨®n, titulada Estudio sobre el Desarrollo Adulto. La empez¨® en 1938 y ha estado siguiendo, desde entonces y durante 86 a?os, la vida de 700 adolescentes de entonces, entre los que hab¨ªa desde estudiantes de Harvard a j¨®venes de barrios pobres de Boston. Iba analizando m¨²ltiples variables sobre c¨®mo se relacionaban estas personas a lo largo de los a?os y cu¨¢les eran sus experiencias sobre lo que realmente importa en la vida, lo que les proporcionaba felicidad.
Esta investigaci¨®n concluy¨® que las personas que ten¨ªan relaciones m¨¢s c¨¢lidas o positivas eran m¨¢s felices.. Lo m¨¢s sorprende es que esas mismas personas que ten¨ªan a lo largo de su vida relaciones de calidad, es decir, c¨¢lidas y positiva, se mantuvieron f¨ªsicamente m¨¢s saludables a medida que envejec¨ªan. La pregunta que surge entonces es, ?c¨®mo pueden las relaciones hacer que sea menos probable desarrollar diabetes tipo 2 o enfermedad de las arterias coronarias? La respuesta es extensa y con muchas variables.
Respecto a las relaciones personales, para el bienestar y envejecer bien es necesario que en la vida haya un equilibrio entre los dos tipos de relaciones que se suelen mantener, que los psic¨®logos dividen en: de intimidad y sociales. Las relaciones de intimidad suelen establecerse con poca gente y son muy fuertes. Se suelen adoptar, aparte de con la pareja, con alg¨²n familiar y con amigos con los que se ha desarrollado mucha confianza. Y las relaciones sociales se tienen con grupos grandes y son m¨¢s d¨¦biles. ¡°Ambos tipos correlacionan con la salud, las ¨ªntimas nos hacen sentir seguros y arropados y las sociales las necesitamos porque somos seres de tribu, no individuales¡±, explica Mansukhani.
La soledad y el tener relaciones conflictivas se da m¨¢s en las relaciones ¨ªntimas que en las sociales y otro aspecto a destacar es el efecto que producen en el organismo. ¡°La intimidad t¨®xica nos produce alteraciones hormonales que influyen directamente sobre los ¨®rganos. El cortisol, por ejemplo, est¨¢ directamente relacionado con los procesos inflamatorios¡±, explica el psic¨®logo.
La intimidad t¨®xica son las relaciones que no te hacen sentir bien. Y muchas personas no son conscientes de que est¨¢n en una relaci¨®n t¨®xica, sobre todo las que no han tenido relaciones sanas, respetuosas y cari?osas. Esto no ocurre s¨®lo en el ¨¢mbito de la pareja sino tambi¨¦n puede pasar con amistades o familiares. Muchas personas que viven estas situaciones se cuidan menos o tienden a recurrir a las adicciones. Y esto les desregula cada vez m¨¢s.
Un estudio, publicado el a?o pasado sobre Tendencias y h¨¢bitos de socializaci¨®n, elaborado por la compa?¨ªa CS On Research, para Royal Bliss, analiza los cambios que ha habido en las relaciones sociales en Espa?a. Est¨¢ realizado entre personas de entre 25 y 39 a?os. Entre las conclusiones destaca que ¡°al 82% de estos j¨®venes espa?oles les gustar¨ªa tener m¨¢s vida social con amigos y familiares¡±. Un porcentaje a¨²n mayor (93%) cree que las nuevas tecnolog¨ªas han modificado su forma de socializar, pero que siguen prefiriendo el contacto personal. Y un de cada cuatro encuestados (24%) reconoce que las redes sociales han limitado sus interacciones sociales en persona.
?Y cu¨¢nto se ven en persona con su entorno? El estudio concluye que los espa?oles de estas edades suelen reunirse con amigos y familiares una media de 1,6 veces a la semanal, pero un 29% dice que s¨®lo una vez y un 25% ¨²nicamente se encuentra con ellos una vez al mes o menos.
M¨¢s desconfianza y menos v¨ªnculos
De cara al futuro, las grandes tendencias van a ser los contactos a distancia, la reducci¨®n de los v¨ªnculos y de las relaciones en general y tambi¨¦n de las m¨¢s ¨ªntimas. No hay m¨¢s que pensar c¨®mo eran las relaciones en Espa?a hace 30 o 40 a?os. En un tren M¨¢laga-Madrid, por ejemplo, hablabas con la persona que ten¨ªas enfrente, acababas sabiendo de d¨®nde era, para qu¨¦ viajaba y estos contactos se establec¨ªan con normalidad. Incluso se hac¨ªan amigos y se intercambiaban tel¨¦fonos. Hoy en d¨ªa esto es impensable. La gente mantiene las distancias, desconf¨ªa de los dem¨¢s o simplemente no le interesa, prefiere meterse en su m¨®vil y ni mirar al de enfrente.
?Por qu¨¦ se ha producido este cambio? ¡°Los factores principales que han influido son b¨¢sicamente dos. Por un lado, el aumento del nivel socioecon¨®mico de la poblaci¨®n en general est¨¢ relacionado con un mayor distanciamiento de los dem¨¢s y, por otro, obviamente, la aparici¨®n de los dispositivos. Mantenemos un m¨ªnimo de educaci¨®n saludando al entrar y poco m¨¢s¡±, explica Mansukhani.
La sociedad espa?ola es m¨¢s avanzada. De la tribu o el clan familiar ¨Dque tambi¨¦n ten¨ªa el aspecto negativo de crear v¨ªnculos a veces de interdependencia¨D, la evoluci¨®n ha llevado a un mayor distancianciamiento, lo que no tiene porqu¨¦ ser malo. Y Espa?a es un buen laboratorio para esto, seg¨²n los expertos, ya que ha pasado de los sesenta del siglo pasado hasta la actualidad por un proceso de avance social de los m¨¢s dr¨¢sticos y acelerados del mundo.
¡°No hace falta dibujar distop¨ªas futuras, ya lo estamos viendo. El primer cambio ha sido en las relaciones familiares. La estructura de la familia en Espa?a, amplia, nos permit¨ªa tener ya una red grande vinculada a ella, era una tribu. Pero esas largas mesas de verano llenas de primos, que nos dotaban de redes, ya no existen ni volver¨¢n a existir. Siempre hab¨ªa un primo que conoc¨ªa a un especialista m¨¦dico que necesit¨¢bamos e incluso era relevante a la hora de encontrar un empleo o empezar en el mundo laboral¡±, resalta H¨¦ctor Cebolla, soci¨®logo del Instituto de Demograf¨ªa del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC). ¡°Ahora mucha gente ya no crea familias y las que se forman tienen pocos hijos o ninguno. Pero este capital social de las familias ha sido siempre propio, no s¨®lo de Espa?a, de los pa¨ªses del Mediterr¨¢neo¡±.
Se transimite al futuro, y con mucha claridad, un nuevo modelo de sociedad. ¡°La propia demograf¨ªa est¨¢ cambiando nuestra estructura social¡±, explica este experto. ¡°El mayor problema para crear redes lo tienen los hombres con poco nivel educativo, a lo largo de su vida y, sobre todo, en la vida adulta. Es una tendencia muy marcada en todos los estudios¡±, destaca Cebolla. Esto parece que tiene que ver, con independencia de la situaci¨®n socioecon¨®mica, con la propia naturaleza de los hombres y las mujeres. ¡°Los hombres tienen menor capacidad de mantener sus redes sociales de origen, sus propias redes, no las vinculas a su pareja o familia. Esto ya se viene observando hace tiempo en los pa¨ªses n¨®rdicos, con un incremento de los problemas de exclusi¨®n social y un mayor aislamiento entre los hombres. Porque viven una desconexi¨®n gradual a lo largo de la vida¡±.
Una tendencia que en el futuro se va a agudizar, dice Cebolla: ¡°Ahora salen m¨¢s mujeres tituladas de la universidad que hombres, habr¨¢ cada vez mujeres m¨¢s cualificadas y hay m¨¢s fracaso escolar en secundaria entre los hombres. Pero esto es una tendencia universal, que se ve en los pa¨ªses desarrollados, no s¨®lo en Espa?a. ¡°Los que estamos en mitad de nuestra vida somos la generaci¨®n de inflexi¨®n, pero esta tendencia se va a agudizar¡±, a?ade.
Dificultades para emparejarse
Otro aspecto son los problemas de emparejamiento que esta nueva estructura puede provocar. ¡°Esto es un gran cambio respecto a generaciones anteriores en las que las mujeres se sol¨ªan casar con hombres m¨¢s cualificados que ellas, ahora se tendr¨¢n que casar a la baja, por as¨ª decirlo¡±, explica muy gr¨¢ficamente Cebolla. Adem¨¢s, los avances tecnol¨®gicos tambi¨¦n ir¨¢n m¨¢s en contra, en general, de los hombres. Son muchos los que desempe?an trabajos manuales para los que se necesita una baja cualificaci¨®n y que van a ser m¨¢s f¨¢cilmente reemplazables por la tecnolog¨ªa. Mientras que hay m¨¢s mujeres trabajando en ¨¢mbitos relacionados con los cuidados, por ejemplo, que no es tan f¨¢cil que reemplace una m¨¢quina.
¡°Diversos estudios, realizados en Estados Unidos, ya reflejan un gran pesimismo de las personas sin pareja que quieren emparejarse, ronda el 45% los que lo ven muy dif¨ªcil y afirman que las aplicaciones de encuentros no les han ayudado. Y s¨®lo uno de cada cinco personas se muestra optimista sobre la posibilidad de encontrar pareja¡±, resume este soci¨®logo.
¡°Una cosa es estar solo y estar fenomenal, porque es una soledad deseada, y otra estar solo y creer que es malo, porque no lo hemos escogido. Lo m¨¢s da?ino es estar desconectado, no tener redes de relaciones y no haber elegido¡±, recuerda. Y apunta otro dato: ¡°Cuando pensamos en estos problemas de la soledad tendemos relacionarlos con las personas mayores, cuando los datos nos demuestran que es un problema, sobre todo, de los j¨®venes de entre 12 y 30 a?os¡±.
El factor pandemia
Otro aspecto a destacar es que la pandemia de la covid-19 ha acelerado este distanciamiento, seg¨²n aprecian los expertos y se ve reflejado en diversos estudios, incluso en varios bar¨®metros del Centro de Investigaci¨®n Sociol¨®gicas (CIS) realizados en la etapa pospandemia. Antes de la crisis sanitaria siempre se saludaba con dos besos, dando la mano o con un abrazo, ahora ya no es as¨ª de forma muy generalizada.
La ¨²ltima encuesta del CIS sobre las relaciones sociales y afectivas pospandemia destaca que el 29% (es decir, casi uno de tres) de los espa?oles est¨¢ ¡°muy de acuerdo o de acuerdo¡± en que se puede estar enamorado de una persona a la que s¨®lo conoce por Internet.
Adem¨¢s, sobre c¨®mo afecta a los v¨ªnculos familiares, para el 82% de la ciudadan¨ªa ¡°las nuevas tecnolog¨ªas les han acercado a familiares con los que no se convive¡±. Sin embargo, una cantidad similar (el 81,2%) cree que el uso de Internet ¡°provoca que las personas se a¨ªslen m¨¢s¡± y el 73,2% asegura que ¡°provoca una disminuci¨®n de la comunicaci¨®n en la familia con la que se convive¡±.
Todos los especialistas consultados coinciden en que la irrupci¨®n en el d¨ªa a d¨ªa de la tecnolog¨ªa ni es bueno ni es malo. Pero la tendencia general es que se tiende a ver la botella medio llena. Por un lado, el tel¨¦fono m¨®vil es un recurso evitativo (ayuda a evitar conversaciones no deseadas con el del enfrente o incluso a parar una discusi¨®n familiar). Antes se hac¨ªa cambiando de tema, recuerdan los psic¨®logos, generalmente derivando la conversaci¨®n a cuestiones relacionadas con la comida o con la salud. Pero, por otro, el mundo virtual ayuda a relacionarse y ha facilitado las cosas en multitud de actividades laborales de manera exponencial.
¡°Lo virtual ha venido sin duda para quedarse y el impacto social que est¨¢ teniendo es ya inmenso, pero ser¨¢ a¨²n mayor¡±, destaca Carmen Moreno. Es catedr¨¢tica de Psicolog¨ªa Evolutiva de la Universidad de Sevilla y dirige la parte de Espa?a del Estudio sobre las Conductas Saludables de los J¨®venes Escolarizados (HBSC, en sus siglas en ingl¨¦s), que se realiza peri¨®dicamente en ni?os y j¨®venes de entre 11 y 18 a?os. ¡°Pero no creo que debamos alarmarnos. Tenemos una capacidad de adaptaci¨®n de miles de a?os de evoluci¨®n y es seguro que lo virtual no va a sustituir el cara a cara¡±, destaca.
Ahora bien, hay una serie de patrones que a esta experta en psicolog¨ªa evolutiva le preocupan especialmente. ¡°El primero son los beb¨¦s. Dar un m¨®vil a un beb¨¦ es echar gasolina al fuego porque ellos son cautivos de los est¨ªmulos. Esto es especialmente grave en el primer a?o de vida porque es cuando se forman los apegos y necesitan el est¨ªmulo humano¡±, resalta Moreno. ¡°Ellos procesan la informaci¨®n de una manera diferente a los adultos. Nuestra evoluci¨®n como especie nos ha ense?ado a regular la atenci¨®n del beb¨¦, a 20 cm, para que se centre en el rostro humano, que le llama mucho la atenci¨®n por los contrastes, los brillos y el sonido de la voz humana¡±. Las consecuencias de no seguir estos consejos: hiperactividad, dificultades para mantener la atenci¨®n en otros est¨ªmulos, reducci¨®n del v¨ªnculo humano.
Llama la atenci¨®n esta experta sobre los problemas que este excesivo uso de la tecnolog¨ªa est¨¢ generando en la poblaci¨®n joven m¨¢s vulnerable, especialmente en las chicas de bajo nivel socioecon¨®mico, en las que ya se aprecia un ocio cada vez m¨¢s pobre. ¡°Las chicas tienen mayor tendencia a hacer un uso excesivo de la tecnolog¨ªa, desadaptativo y problem¨¢tico, especialmente con las redes sociales, y esto las hace muy vulnerables al ciberbullying¡±; advierte.
Moreno apunta a otros aspectos tecnol¨®gicos sobre los que la sociedad debe de estar alerta: ¡°El aumento de las relaciones muy superficiales, en las que la apariencia lo es todo, y el incremento del consumo de pornograf¨ªa entre los j¨®venes lo que est¨¢ influyendo en que se est¨¦n iniciando en las relaciones de pareja con un modelo en el que el papel de la mujer es el propio del porno, sumiso y centrado en el hombre¡±. La psic¨®loga concluye con un toque de atenci¨®n a las autoridades educativas: ¡°Echo de menos campa?as de sensibilizaci¨®n sobre todas estas cuestiones, especialmente en el mundo educativo que afectan al bienestar emocional de los j¨®venes: ciberacoso, pornograf¨ªa, etc¨¦tera. Y dejando bien claro que la figura del espectador que no hace nada cuando ve el problema en el entorno no deber¨ªa existir, un aspecto importante en el que se ha empezado a insistir en campa?as contra la violencia de g¨¦nero o el bullying¡±.
Tambi¨¦n el soci¨®logo Cebolla opina que el uso excesivo de la tecnolog¨ªa en la pandemia de la covid-19 ha acelerado el proceso. ¡°Nos ha deslocalizado y ha reducido las relaciones cara a cara con el aumento del teletrabajo, las plataformas con gran oferta de pel¨ªculas, las compras por Internet o la comida a domicilio¡±. De hecho, un estudio realizado en la ciudad estadounidense de Boston, elaborado con mapas de calor, revela que el centro de la ciudad est¨¢ mucho menos transitado que antes de la pandemia. Los gastos de las tarjeta de cr¨¦dito tambi¨¦n en las tiendas tambi¨¦n son menores en esas calles y hay menos tel¨¦fonos m¨®viles. La gente ya no se mueve casi nunca de su casa, o de su barrio.
La recomendaci¨®n de Cebolla es tener presente que ¡°la vida no es transportable a las pantallas desde el punto de vista de las relaciones sociales y de la creaci¨®n de redes¡±. El soci¨®logo tambi¨¦n insiste en que no hay que idealizar el pasado ni demonizar el futuro: ¡°Ahora somos m¨¢s libres, tenemos m¨¢s capacidad de elegir¡±. Y lanza un mensaje de optimismo: ¡°La sociedad vive todav¨ªa en la etapa de los beneficios del mundo online, pero en el futuro se volver¨¢ al cara a cara porque el impacto negativo que est¨¢ teniendo en la reducci¨®n de relaciones de calidad va a tener un coste enorme para las personas¡±.
Otro aspecto positivo de las pantallas o las redes sociales virtuales se aprecia de forma m¨¢s acusada en grupos de poblaci¨®n concretos, destacando dos: los que viven en zonas rurales (que encuentran en ellas grupos afines que no existen en su entorno) y las personas con discapacidades (que les hace sentir c¨®modos y les permite relacionarse y que les conozcan sin filtros ni esos miedos que sienten ellos y, muy a menudo, los dem¨¢s).
Empat¨ªa y construir redes s¨®lidas
Una cuesti¨®n relacionada con la capacidad de relacionarse es la empat¨ªa. Hay gente m¨¢s emp¨¢tica que otra, en general, y existen numerosos ejemplos de ellos, pero resulta que la empat¨ªa encierra mayor complejidad. Para empezar, hay dos tipos. Por un lado, la empat¨ªa cognitiva (la gente que entiende c¨®mo alguien se siente), y, por otro, la emocional (m¨¢s visceral). ?sta ¨²ltima depende mucho del contacto f¨ªsico directo, cuanto menos relaciones cara a cara, menor empat¨ªa emocional se recibe o da.
En el futuro, a mayor nivel econ¨®mico, la sociedad se volver¨¢ m¨¢s evitativos, si no se autorregula en el uso de los dispositivos. Cosa altamente probable que s¨ª pase, coinciden todos los expertos consultados. No es posible saber cu¨¢ndo, ya que ser¨¢ un proceso, pero la alta repercusi¨®n que est¨¢n teniendo el uso excesivo de los dispositivos, especialmente en los j¨®venes pero tambi¨¦n en muchos adultos, en el bienestar emocional, f¨ªsico y mental har¨¢ que se produzcan cambios. Esto pasar¨¢ una vez que este nuevo mundo ya no sea una novedad y se conviva con ellos de una manera mixta.
?Cu¨¢l ser¨¢ entonces el principal problema? El saber recuperar la habilidad para hacer redes, y buenas, adem¨¢s. Ya que habr¨¢ un grupo de poblaci¨®n, presumiblemente peque?o, que no ser¨¢n capaces de construirlas, y, en especial, los que nunca las han tenido.
Tampoco hay que ignorar un nuevo elemento que ha entrado ya en nuestras vidas, la inteligencia artificial. No s¨¦ si recuerdan las primeras escenas de la pel¨ªcula Los sustitutos, protagonizada por Bruce Willis y estrenada en 2009. Comienza mostrando relaciones entre personas que parecen normales, pero, al cabo de unos minutos de cinta empezamos a ver que, en realidad, se trata de robots que son r¨¦plicas exactas de ellos mismos, mejoradas. Esto podr¨ªa ocurrir ya no con androides en nuestro mundo sino con avatares en un mundo virtual paralelo. ?Llegaremos a eso? A vivir en dos mundos, dos vidas. ?Sabremos distinguir entre la real y la irreal, sobre todo querremos hacerlo si nos gusta m¨¢s la irreal? Es m¨¢s, ?y si la irreal o virtual sentimos que nos hace tanto bien mantenerla como la real? Todo est¨¢ por venir.