La innovaci¨®n tecnol¨®gica resta kil¨®metros a las relaciones a distancia
Las oportunidades laborales y educativas que surgen al otro lado del mundo obligan a las parejas a ser creativas para superar la barrera de lo f¨ªsico y conectar
Esto escribi¨® Franz Kafka a su enamorada Felice Bauer: ¡°Quiero estar completamente a solas contigo, mi amor, t¨² y yo, completamente solos en la tierra, completamente solos bajo el cielo¡±. Cartas como esta dieron paso hace ya tiempo a las videollamadas de WhatsApp y los emoticonos, y los pensamientos libidinosos han sido derrotados por todo tipo de artilugios modernos: pulseras, vibradores y l¨¢mparas con control remoto que permiten el contacto casi f¨ªsico entre los enamorados, aunque est¨¦n a cientos de kil¨®metros el uno del otro. En un mundo donde las relaciones a distancia son cada vez m¨¢s comunes y las oportunidades laborales pueden estar lejos de la persona amada, este tipo de productos ayudan a las parejas a superar las barreras f¨ªsicas.
La pulsera m¨¢s vendida en Amazon funciona con el tacto y cuesta unos 107 euros. ¡°Simplemente, toca tu pulsera y la pulsera del otro vibrar¨¢ y parpadear¨¢ para hacerle saber que est¨¢s pensando en ¨¦l¡±, dice la descripci¨®n del producto de Totwoo, una empresa china especializada en este tipo de aparatos (tambi¨¦n tienen collares y anillos ¡°inteligentes¡±). Estos artilugios que funcionan con el tacto est¨¢n conectados a una aplicaci¨®n para el m¨®vil de la misma empresa que tambi¨¦n sirve para mandar textos rom¨¢nticos, recordatorios con un mensaje de voz y v¨ªdeos especiales. Luego est¨¢n las ¡°l¨¢mparas de amistad¡±, que rondan los 87 euros y est¨¢n sincronizadas para encenderse al mismo tiempo, o los vibradores que se pueden activar por control remoto y superan los 100 euros.
Los psic¨®logos aseguran que estas innovaciones pueden ser grandes complementos para enriquecer una relaci¨®n a distancia, sobre todo cuando falta un contacto f¨ªsico dif¨ªcil de reemplazar. Silvia Sanz, psic¨®loga y sex¨®loga, ha observado en su consulta que muchas veces ¡°la falta de este tipo de encuentros f¨ªsicos hace que la relaci¨®n pierda intensidad¡±. Pasar tiempo juntos, ver las mismas pel¨ªculas, comer juntos por videollamada, utilizar las pulseras para decirle al otro que est¨¢s pensando en ¨¦l o ella y los aparatos sexuales que funcionan de forma remota pueden ayudar a mantener la vigencia de lo f¨ªsico. ¡°Porque si no, esta falta de conexi¨®n hace que se desvirtualice la relaci¨®n y eso puede generar inseguridad, incertidumbre y hasta celos¡±, asegura Sanz.
Pero no todo es sexo en las relaciones de pareja. Y la distancia, en muchas ocasiones, puede servir para potenciar la comunicaci¨®n y la confianza. Igual que Kafka y Bauer llegaron a cartearse con frecuencia diaria y se confesaban inseguridades que probablemente no se atrev¨ªan a hablar en persona, una relaci¨®n a distancia moderna tambi¨¦n puede compensar la falta de contacto f¨ªsico con una dosis extra de confesiones y un aumento de la honestidad que se tiene con la otra persona. ¡°Hay parejas que viven separadas por cientos de kil¨®metros de distancia y que est¨¢n mucho m¨¢s unidas que otras que viven juntas, porque hablan m¨¢s, se cuentan el d¨ªa a d¨ªa y comparten ciertas actividades¡±, dice Sanz.
Leandro lleva con su novio m¨¢s de siete a?os, tres de ellos a distancia. Pasaron la pandemia en el mismo piso en Buenos Aires, pero el trabajo llev¨® a cada uno a una punta diferente del mundo. ¡°Para nosotros, m¨¢s que la tecnolog¨ªa, el problema es encontrar el tiempo para tener interacciones de calidad y estar en la misma sinton¨ªa¡±, cuenta por tel¨¦fono. ¡°El medio me da igual, a veces puedo sentir que estoy teniendo una conversaci¨®n en serio por mensajes de WhatsApp, que estamos conectando. Otras veces estamos una hora y media en una videollamada y cada uno habla de lo suyo porque a lo mejor estoy vi¨¦ndole a ¨¦l en media pantalla y en la otra leyendo Twitter¡±.
Muchas veces, la conversaci¨®n con su novio se alarga durante todo el d¨ªa, desde banalidades ¡ªcomo hablar de una buena comida¡ª a otros m¨¢s complicados. ¡°Lo m¨¢s importante es saber que el otro est¨¢ ah¨ª y que puedo hablarle cuando lo necesite, y que si tengo un d¨ªa horrible en el trabajo, le puedo llamar y contarle todo y desahogarme¡±. Hay veces, sin embargo, en las que prefiere esperar para hablar en persona, sobre todo cuando se trata de temas como el futuro de la relaci¨®n o decisiones laborales.
Parece que este tipo de enlaces se normalizan cada vez m¨¢s, pero los datos al respecto son difusos, sobre todo en Espa?a, donde apenas hay encuestas sobre las relaciones a distancia. Aun as¨ª, los psic¨®logos cada vez tratan m¨¢s casos, las webs especializadas hablan de un crecimiento de esta tendencia y hay varios estudios que apuntan en esa direcci¨®n. Una encuesta de la American Counseling Association revel¨® hace a?os que el 75% de los estudiantes universitarios de Estados Unidos hab¨ªan tenido una relaci¨®n a distancia, el 60% con ¨¦xito. Hay varios estudios que van en la misma l¨ªnea: las parejas que viven juntas duran m¨¢s que las que viven a cientos de kil¨®metros de distancia y las que empiezan a conocerse en el mundo virtual (a trav¨¦s de aplicaciones como Tinder o Bumble) es cada vez m¨¢s com¨²n.
Todo tipo de complementos
Adem¨¢s de pulseras y collares, tambi¨¦n hay otros aparatos que permiten a la otra persona sentirse conectada. El mercado de los regalos para parejas que est¨¢n a distancia es amplio y rico en complementos. Est¨¢ el puzzle personalizado con el que se puede mandar a la otra persona una foto de la ¨²ltima vez juntos, hasta una marco de fotos digital que va reproduciendo las fotos que elija el que lo regala. La recomendaci¨®n estrella, sin embargo, es hacer algo a mano, un dibujo o una escultura, y mand¨¢rselo a la otra persona. Si no se pueden mandar una muestra de varios vinos o chocolates o alg¨²n colgante con el nombre de la pareja impreso en la parte de atr¨¢s. La mejor quiz¨¢ es un USB con forma de casete que deber¨¢ llevar guardada la m¨²sica que escuchan los dos cuando est¨¢n juntos. La oferta es infinita.
A veces, sin embargo, nada de esto es suficiente. Ana, de 28 a?os, empez¨® a salir con su novio cuando los dos trabajaban en Londres, pero dos a?os despu¨¦s ella se fue a Madrid por trabajo y comenzaron una relaci¨®n a distancia. En principio, solo iban a ser seis meses de separaci¨®n, pero todo se alarg¨® y empezaron los problemas. ¡°Tienes una relaci¨®n con tu pareja, pero al final es una relaci¨®n con tu tel¨¦fono m¨®vil¡±, dice tajante. Se comunicaban con la tecnolog¨ªa b¨¢sica: mensaje de texto y videollamada. Pero cada vez se les hac¨ªa m¨¢s dif¨ªcil encontrar tiempo para la otra persona, sobre todo en capitales como Madrid o Londres y con trabajos muy demandantes. ¡°Habl¨¢bamos todos los d¨ªas, pero en las grandes ciudades son much¨ªsimas horas de trabajo y era muy dif¨ªcil, se hac¨ªa bastante mon¨®tono¡±. Tuvieron que dejar la relaci¨®n por WhatsApp, y eso tampoco fue sencillo. ¡°Son complicadas las relaciones as¨ª¡±.
A Kafka no se le hac¨ªa mon¨®tona la relaci¨®n a distancia. M¨¢s bien todo lo contrario: la relaci¨®n epistolar que ten¨ªa con Bauer (llegaron a enviarse varias cartas al d¨ªa) era tan intensa que tuvo que pedirle que parara. ¡°Escr¨ªbame solamente una vez a la semana, y de forma que reciba la carta el domingo. Es que no puedo soportar sus cartas diarias. Contesto a su carta y luego estoy, en apariencia, tan tranquilo en la cama, pero mi cuerpo entero se ve atravesado por palpitaciones y no tengo presente otra cosa excepto usted¡±. Por supuesto, Kafka le propuso matrimonio en una carta y ella acept¨®. Sin embargo, su amor no sobrevivi¨® a la relaci¨®n en persona y hubo encontronazos, divorcios y reconciliaciones que terminaron con su separaci¨®n definitiva el 27 de diciembre de 1917, cuando Kafka llev¨® a Bauer a la estaci¨®n de tren. Tambi¨¦n dejaron de escribirse.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.