Errare algoritmicum est
Los humanos no somos los ¨²nicos que cometemos errores. Echamos un vistazo a la competencia
When the machines take over/there is no place for you and me, se desga?itaba Freddie Mercury al frente de Queen all¨¢ por 1984. En esta canci¨®n, Brian May y Roger Taylor escrib¨ªan sobre un ¡°un nuevo mundo¡± en el que ¡°pensaban en el pasado¡±. Han pasado 33 a?os desde entonces, y su mundo apocal¨ªptico a¨²n no se ha terminado de cumplir.
La irrupci¨®n de las m¨¢quinas ha sido uno de los principales motivos de descontento y movilizaciones sociales en los ¨²ltimos dos siglos, como pone de manifiesto un paper recientemente publicado por dos profesores de la Universidad de Zurich, Bruno Caprettini y Joachim Voth.
No todos los autores son tan pesimistas al respecto: Dalia Marin, de la Universidad de Munich, aseguraba hace tres a?os que gracias a los robots, los pa¨ªses industrializados terminar¨ªan recuperando parte de la industria deslocalizada, aunque con un coste: el de los empleos cualificados.
Lo cierto es que relatar los avances puede convertirse en una tarea cansina, con llamativos avances produci¨¦ndose cada d¨ªa. Los tertulianos profesionales tienen la aplicaci¨®n perfecta para llenar sus argumentario con un algoritmo desarrollado por Salesforce que usa varios trucos de aprendizaje autom¨¢tico para elaborar extractos y sumarios precisos de los textos. No es todav¨ªa tan bueno como una persona, pero puede mostrar por d¨®nde va el camino.
Pero recuerda: los algoritmos, incluso cuando est¨¢n generando rutinas sobre datos neutros, tambi¨¦n cometen errores. ?Errar es humano? S¨ª. Pero algor¨ªtmico tambi¨¦n. Seg¨²n explica Juan Mateos Garc¨ªa en Nesta, ejemplos de ello los encontramos en los anuncios de Youtube, en los que el algoritmo ubica anuncios con lenguaje violento en grandes marcas o los v¨ªdeos violentos en Facebook.
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