El despertar de las ¡®startups¡¯ biotecnol¨®gicas
Los emprendedores que act¨²an en este sector han crecido exponencialmente en la ¨²ltima d¨¦cada pese a los escasos o nulos conocimientos empresariales de los cient¨ªficos
La vida del investigador cient¨ªfico est¨¢ consagrada a mejorar la calidad de vida de la sociedad. Eso conlleva un trabajo ¨ªmprobo en los laboratorios que, para muchos investigadores, compensa gracias a la pasi¨®n que sienten por la ciencia. Pero, aunque los cient¨ªficos espa?oles est¨¢n muy preparados en sus disciplinas, suelen tener problemas cuando intentan rentabilizar sus descubrimientos. Saben de mol¨¦culas, reacciones qu¨ªmicas o propiedades alimenticias, aunque nada de planes de negocio, comunicaci¨®n o rondas de financiaci¨®n. Las startups en el sector biotech han crecido con fuerza en la ¨²ltima d¨¦cada y representan un 5% del total de empresas en esta ¨¢rea, seg¨²n datos de la Asociaci¨®n Espa?ola de Bioempresas (ASEBIO); pero sus carencias en destrezas empresariales son una barrera para crear un producto.
Yolanda Gonz¨¢lez, de 28 a?os, conoce a la perfecci¨®n esta sensaci¨®n. Todav¨ªa le falta medio a?o para terminar su doctorado, financiado por la Asociaci¨®n Espa?ola contra el C¨¢ncer, pero ya se ha adentrado en el mundo de las startup. En 2016, obtuvo el primer premio del programa Yuzz del Banco Santander por Nanocore Biotech. Esta empresa que, como ella asegura, le sirvi¨® para salir de la universidad y adentrarse en la industria, parte de su investigaci¨®n en oncolog¨ªa infantil para evitar que los f¨¢rmacos contra el c¨¢ncer ataquen c¨¦lulas sanas y no tumorales. ¡°En mi carrera nadie hablaba de emprender y ahora entiendo todo lo que es gracias al programa Yuzz. Si ni siquiera sab¨ªa vender mi idea, c¨®mo me iba a plantear buscar dinero¡±, explica Gonz¨¢lez.
Esta sensaci¨®n de vivir inmerso solo en un laboratorio tambi¨¦n la comparte Roi Villar, presidente de ComunicaBiotech. Reconoce que ya existen algunos emprendedores con alta cualificaci¨®n empresarial en el sector, pero la mayor¨ªa son solo cient¨ªficos. Aun con esta r¨¦mora, Villar ahonda en el tema financiero y econ¨®mico como otra gran barrera olvidada. ¡°Las startup en biotech son devoradoras de capital. Antes de poder facturar, cuando se encuentran todav¨ªa en fase de pruebas cl¨ªnicas, pueden necesitar desde 500.000 euros hasta 30 millones¡±, argumenta.
La biotecnolog¨ªa en Espa?a, tal y como refleja el informe anual de 2015 de ASEBIO, representa un poco m¨¢s del 10% del PIB nacional (el 0,73% si solo se tiene en cuenta la actividad de las empresas que se dedican en exclusiva a la biotecnolog¨ªa). Sin embargo, esto no alienta a muchas empresas del pa¨ªs a invertir en el sector. Villar afirma que las compa?¨ªas de otros pa¨ªses est¨¢n comprando startups espa?olas a precio de saldo. ¡°Si muchas de las ideas de los emprendedores estuvieran radicadas en Londres, valdr¨ªan hasta cuatro veces m¨¢s¡±, zanja.
Los servicios 'biotech' tambi¨¦n sirven para emprender
En el sector de la biotecnolog¨ªa est¨¢ muy extendido que, a partir de la investigaci¨®n, es m¨¢s f¨¢cil crear una startup. Lo que muchos emprendedores desconocen es que tambi¨¦n existe la posibilidad de ofrecer servicios biotech. Pr¨¦stamos de materiales, an¨¢lisis gen¨¦ticos o consultor¨ªa y formaci¨®n son algunas de estas posibilidades. M¨°nica Moro, responsable de e-business de Menarini, destaca que los hospitales o farmac¨¦uticas no solo buscan esa idea brillante desde hace un par de a?os. "Al igual que en el resto de sectores, las grandes corporaciones no pueden asumir todos los servicios; y menos con los avances tecnol¨®gicos que hay. Si esa peque?a empresa le ofrece un elemento de alto valor a?adido, es m¨¢s que probable que logre ser sostenible e independiente", expone.
John Amin, con tan solo 20 a?os e inmerso en sus estudios de Ingenier¨ªa Industrial, est¨¢ m¨¢s que metido en este mundo del emprendimiento en biotecnolog¨ªa. Con otros dos compa?eros, Joan Folguera y Arnau Capell, se ha adentrado en la impresi¨®n en tres dimensiones y las pr¨®tesis de bajo coste con Intech 3D. ¡°Nuestra edad es un problema. Nos critican antes de tiempo porque nos ven j¨®venes y cuesta convencer al inversor de que crea en los prototipos que fabricamos¡±, destaca Amin.
- Una cuesti¨®n de resultados
Como toda empresa, la startup espera que su gran idea sea rentable, pero se topa con un sector eminentemente conservador al que no le valen solo los conceptos. Jordi Mart¨ª, presidente de ASEBIO, confirma que los emprendedores en biotech venden promesas para obtener el dinero suficiente que les permita desarrollar sus hallazgos a nivel cl¨ªnico. ¡°Las grandes firmas buscan m¨¢s seguridad y productos ya avanzados. Tiene que haber una evoluci¨®n suficiente en lo que se descubra para poder trasladarlo al negocio¡±. ?Una posible soluci¨®n? ¡°Entenderse con otras startup y buscar alianzas que las complementen. Espa?a tiene muy buena calidad en este tipo de empresas biotecnol¨®gicas¡±, a?ade.
El ritmo de creaci¨®n de empresas se ha ralentizado en los ¨²ltimos a?os, seg¨²n los ¨²ltimos datos de la patronal biotecnol¨®gica. Esto no indica que el sector biotech goce de mala salud ¨Cgenera 107.788 millones al a?o, tal y como refleja el informe de ASEBIO¨C, sino que los emprendedores se han centrado m¨¢s en la cantidad que en la calidad. As¨ª es como lo entiende Mart¨ª porque, desde que llegara en 1990 a este negocio, todo ha cambiado una barbaridad. ¡°Antes nadie quer¨ªa saber nada de lo biotech. Ahora, en cambio, hay una gran cultura emprendedora. Lo dif¨ªcil es que sean viables, pero vamos aprendiendo poco a poco¡±, se?ala.
Quienes ya est¨¢n dentro de una start-up, como le ocurre a Gonz¨¢lez, reiteran que la formaci¨®n empresarial es m¨¢s que necesaria en el campo de la ciencia. Es una de sus grandes barreras para derribar las paredes del laboratorio. No obstante, su pasi¨®n por la investigaci¨®n no le ciega para saber cu¨¢l ser¨¢ su papel en un futuro. ¡°Primero soy cient¨ªfica y luego emprendedora. Est¨¢ claro que te planteas para qu¨¦ sirve todo lo que descubres, pero mi meta es poner mi granito de arena en la lucha contra el c¨¢ncer¡±, concluye. El ¨¢nimo de lucro, que lo hay, viene despu¨¦s.
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