¡°Robot, devu¨¦lveme mi curro¡±
Cifras, preguntas y respuestas sobre el futuro que puede depararnos la automatizaci¨®n
Siri, ?qu¨¦ dice el zorro?
¡ª?Ring-ding-ding-ding-ding-dingueringueding!
¡ªSiri, ?los robots nos quit¨¢is los trabajos?
¡ªCreo que no te entiendo.
Es posible que el asistente inteligente no lo sepa todav¨ªa, pero hay dos economistas que han calculado cu¨¢ntos trabajos est¨¢n eliminando ya los robots.
¡°Un robot nuevo reduce el empleo en 5.6 trabajadores y los salarios en un 0.5%¡±. Es una de las conclusiones del original y novedoso trabajo de investigaci¨®n de Daron Acemoglu (MIT) y Pascual Restrepo (Universidad de Yale) que por primera vez pone cifras a la llegada de los robots a nuestras vidas laborales. Se ha conjeturado mucho sobre qu¨¦ puede suponer la automatizaci¨®n para las econom¨ªas y los empleos del futuro pero nunca antes se hab¨ªa cifrado lo que ya han hecho las m¨¢quinas en t¨¦rminos de trabajos y salarios.
¡°Como todav¨ªa hay relativamente pocos robots en Estados Unidos, el n¨²mero de trabajos perdidos ha sido de momento limitado (entre 360.000 y 670.000 empleos en el periodo 1990-2007). Pero si se extiende su uso en las pr¨®ximas dos d¨¦cadas tal y como anticipan los expertos, los efectos agregados ser¨¢n mucho m¨¢s cuantiosos¡±.
Las cifras de los empleos expuestos a esta epidemia rob¨®tica bailan entre el 9% y el 57%, dependiendo de a qui¨¦n le preguntes, pero ?a qu¨¦ llamamos robot para empezar? Acemoglu y Restrepo solo han considerado las m¨¢quinas industriales capaces de realizar trabajos de manera aut¨®noma sin necesidad de un operador humano. Se calcula que hoy en d¨ªa hay cerca de dos millones de estos robots en funcionamiento. La cifra se ha multiplicado por cuatro en Estados Unidos y Europa en solo quince a?os.
Los dos autores (que llevan ya unos cuantos trabajos previos analizando este fen¨®meno) construyen un modelo en el que humanos y robots compiten por conseguir el empleo. ¡°O el robot o yo¡±, dir¨ªamos en una entrevista de trabajo. Si el empleador opta por el primero es muy probable que no se nos ocurra pensar en el lado positivo de esta decisi¨®n, que en teor¨ªa, existe. (El lado malo es evidente: nos quedamos sin trabajo). Gracias a los robots se mejora la productividad de la econom¨ªa; se pueden crear nuevos empleos en la misma empresa o en otras ocupaciones.
En el estudio ¡°Robots y trabajos: evidencia de Estados Unidos¡±, los resultados que se calculan son tanto a nivel nacional como a nivel m¨¢s local. No todas las zonas del pa¨ªs se han visto igual de afectadas por el efecto sustituci¨®n de los robots porque no todas las actividades utilizan con la misma intensidad estos avances. La industria automovil¨ªstica es la que m¨¢s robots industriales emplea (el 29% de los que hay). Le sigue el sector el¨¦ctrico (19%), el de productos metales (9%) e industria qu¨ªmica (9%).
As¨ª que el efecto de la llegada de los robots depender¨¢ de si uno vive en un lugar donde hay mucha presencia de este tipo de actividades y de si una parte importante de la poblaci¨®n trabajadora est¨¢ empleada en estos sectores. Se puede ver este efecto exposici¨®n a los robots en este mapa del estudio.
En las zonas m¨¢s oscuras es donde existe una mayor exposici¨®n al virus rob¨®tico porque hay muchas m¨¢s de esas m¨¢quinas por cada 1.000 trabajadores. ¡°Este es solo un primer paso porque nuestra metodolog¨ªa calcula directamente solo el efecto de los robots en el empleo en un ¨¢rea urbana en relaci¨®n a otra menos expuesta a los robots¡±.
¡°La mayor parte de los estudios acerca del impacto de la automatizaci¨®n se centran en los efectos a nivel nacional, es decir, c¨®mo se ve afectada la situaci¨®n del trabajador independientemente del lugar donde este se encuentre¡±, explica Jorge D¨ªaz Lanchas, investigador en comercio y econom¨ªa regional de la Comisi¨®n Europea. ¡°Pero sabemos que el tipo de empleo disponible puede variar mucho entre zonas de un mismo pa¨ªs. La principal conclusi¨®n que podemos sacar de este estudio es que hemos de centrar nuestra atenci¨®n en pol¨ªticas muy locales, y no tan generales, si queremos paliar los efectos negativos de la automatizaci¨®n.¡±
?Y qu¨¦ hay de ese efecto positivo que tambi¨¦n generar¨ªa en teor¨ªa la adopci¨®n de estas m¨¢quinas? Toda esa historia de la productividad y creaci¨®n de otros puestos de trabajo... Pues en principio, no aparece por ninguna parte, seg¨²n los autores. Da igual si se busca por sectores, por tipos de trabajo/profesiones, como por niveles de salario. No est¨¢. Y esa es una de las conclusiones m¨¢s llamativas del estudio.
¡°Curiosamente y quiz¨¢ sorpresivamente, no encontramos ganancias positivas de empleo que se compensen en otras ocupaciones o grupos con otro nivel de educaci¨®n.¡± Dicho de otra forma: ni en los niveles de trabajadores con una educaci¨®n muy alta se ha detectado un efecto positivo de la llegada de los robots. En el siguiente gr¨¢fico se puede comprobar. Aqu¨ª se refleja la relaci¨®n entre la exposici¨®n a los robots y el empleo y los salarios en funci¨®n del nivel de educaci¨®n. Ninguna de las barras se sit¨²a en terreno positivo. Los autores no aportan ninguna explicaci¨®n al respecto, simplemente se limitan a constatar este ¡°sorprendente¡± dato. Tampoco hay grandes efectos positivos v¨ªa PIB: ¡°Nuestros c¨¢lculos implican un modesto incremento del 0,13% del PIB por el incremento de un robot por cada 1.000 trabajadores¡±.
Para tratar de entender algo mejor estas ¨²ltimas cuestiones resulta interesante otro estudio citado por Acemoglu y Restrepo: ¡°?Por qu¨¦ hay todav¨ªa tantos trabajos?¡± de David H. Autor (MIT). En este art¨ªculo, (sin f¨®rmulas por si alguien se anima), se ofrece una visi¨®n algo optimista dir¨ªan algunos, de por qu¨¦ las m¨¢quinas no conseguir¨¢n acabar con los empleos.
Una de las razones es en realidad una paradoja: los humanos, seg¨²n dec¨ªa el fil¨®sofo Michael Polanyi ¡°sabemos m¨¢s de lo que podemos explicar¡±. Y por eso (machine learning mediante) los robots no nos podr¨¢n sustituir en un mont¨®n de trabajos, seg¨²n Autor.
Todo este debate sobre los robots y los empleos no es nada nuevo, aunque nos lo parezca. Autor recuerda que en Estados Unidos, en los a?os sesenta, se acu?¨® el t¨¦rmino ¡°the Automation Jobless¡±, la automatizaci¨®n sin empleos. El presidente Lyndon B. Johnson estaba tan preocupado que mand¨® crear una comisi¨®n para analizar este problema. Los expertos entonces concluyeron: ¡°la tecnolog¨ªa elimina empleos, no trabajo¡±.
?Qu¨¦ dicen los datos?
Pues seg¨²n Autor (y m¨¢s investigadores) lo que de momento ha tra¨ªdo la automatizaci¨®n es: la polarizaci¨®n del empleo. Por un lado las empresas han automatizado procesos porque era m¨¢s barato hacerlo as¨ª. Pensemos en el contable a la antigua usanza, o en el encargado de un almac¨¦n. Esos empleos gracias a los ordenadores han cambiado radicalmente. Pero al mismo tiempo, seg¨²n Autor, toda esta automatizaci¨®n ha elevado el valor de los trabajadores en ¨¢reas en las que se necesita ¡°flexibilidad, juicio y sentido com¨²n¡±, cualidades todav¨ªa no presentes en las m¨¢quinas. Ese ser¨ªa uno de los polos.
En el lado contrario estar¨ªan los trabajos con menor formaci¨®n. La tecnolog¨ªa nos ha hecho m¨¢s productivos, pero nuestro consumo no se ha quedado rezagado. Demandamos bienes y servicios que antes no exist¨ªan (o no eran tan abundantes). Comer fuera de casa, servicios de limpieza, estilistas y peluqueros, entrenadores personales¡ Estos trabajos ¡°no son ni complementarios ni sustitutos de las tecnolog¨ªas; estos sectores como dec¨ªa Baumol (1967), son tecnol¨®gicamente rezagados. Pero la demanda de estos bienes parece que es muy el¨¢stica respecto a la renta, as¨ª que la productividad creciente en los sectores l¨ªderes tecnol¨®gicamente puede impulsar el empleo en estas actividades¡±.
?Y qui¨¦n pierde? Los trabajos que quedan en medio de estos dos polos. Una tendencia que se observa en muchos pa¨ªses.
¡°En todos los pa¨ªses europeos cay¨® el peso en el empleo de las ocupaciones con un sueldo medio mientras que tanto las profesiones con altos y bajos salarios aumentaron su participaci¨®n en el empleo durante el periodo de diecisiete a?os analizado.¡± (Seg¨²n la clasificaci¨®n del gr¨¢fico, las ocupaciones con sueldo medio son: operadores de planta, conductores, oficinistas, artesanos, operadores de maquinaria, trabajadores manuales cualificados¡)¡±
Entonces si el avance de la automatizaci¨®n ha contribuido enormemente a esta polarizaci¨®n de los trabajos, podemos concluir que se crear¨¢n nuevos empleos en la parte de arriba y la de abajo. Error; los datos a partir de 2000 no sugieren eso. De hecho el crecimiento del empleo para trabajadores con elevada educaci¨®n se ha ralentizado¡ Esta conclusi¨®n va en l¨ªnea con lo que encontraron Acemoglu y Restrepo en su an¨¢lisis. David H. Autor en este caso, apunta a otros factores adem¨¢s de los robots que explicar¨ªan este fen¨®meno: el estallido de la burbuja tecnol¨®gica, el impacto de China y las deslocalizaciones¡ La inc¨®gnita sobre por qu¨¦ los trabajos tan cualificados no son todav¨ªa los grandes ganadores de la invasi¨®n de los robots sigue sin estar del todo clara. ?No ser¨¢n estos los trabajadores que mejor entender¨¢n a las m¨¢quinas del futuro?
Pero lo que parece claro, al menos para Autor, es que la polarizaci¨®n que se ha observado en los ¨²ltimos a?os no se va a prolongar sino que surgir¨¢ una nueva clase de empleos medios.
¡°Aunque algunas de las tareas de muchos trabajos con una cualificaci¨®n media sean susceptibles de automatizaci¨®n, muchos de esos trabajos continuar¨¢n demandando una mezcla de funciones con un amplio espectro de habilidades. Por ejemplo: personal de apoyo m¨¦dico ¨C t¨¦cnicos de radiolog¨ªa, flebotomistas, enfermeros t¨¦cnicos y otros ¨C son un tipo de trabajos que est¨¢ creciendo r¨¢pidamente, se paga relativamente bien y requiere una cualificaci¨®n media¡±.
Ser¨¢n los nuevos artesanos: ¡°personas capaces de combinar habilidades vocacionales con un nivel medio de educaci¨®n, matem¨¢ticas b¨¢sica, adaptabilidad, buena interacci¨®n personal, flexibilidad y capacidad para solucionar problemas.¡±
Solo hay un peque?o problema: el sistema educativo tiene que ser capaz de formar a estos artesanos del futuro.
¡°Los ajustes sociales de las anteriores olas de avances tecnol¨®gicos no fueron ni r¨¢pidos, ni autom¨¢ticos, ni baratos. Pero han compensado con creces¡±.
BONUS TRACK
Unos meses antes de publicar su estudio sobre el efecto de los robots en el empleo estadounidense, Acemoglu y Restrepo escribieron un art¨ªculo breve muy interesante sobre la automatizaci¨®n y el envejecimiento de la poblaci¨®n (l¨¦ase Europa). Contrariamente a lo que establece la teor¨ªa del estancamiento secular, los pa¨ªses donde m¨¢s est¨¢ envejeciendo la poblaci¨®n son los que m¨¢s est¨¢n creciendo. ¡°Demostramos que desde principios del a?o 2000 no hay ninguna asociaci¨®n negativa entre envejecimiento y menor PIB per c¨¢pita¡±.
?Por qu¨¦? Aunque no se puede establecer causalidad, los autores demuestran que los pa¨ªses con un mayor envejecimiento son los que est¨¢n adoptando con m¨¢s rapidez las tecnolog¨ªas de automatizaci¨®n.
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