La econom¨ªa de plataformas, en vilo por el caso Uber

Eres estudiante o empleado. En tus ratos libres, te conectas a Uber y llevas a gente durante una o dos horas, seg¨²n te encaje. Cuando ves que se hace tarde, apagas la aplicaci¨®n y te vas a casa a cenar. Hasta la pr¨®xima vez que vuelvas a tener un rato libre y quiera ganar un dinero extra. Esta es la idea de fondo del servicio UberPop, popularizado en EE UU y presente en varias ciudades de todo el mundo: desc¨¢rgate nuestra app y ponte a conducir. Solo necesitas el smartphone (y el coche, claro).

Europa no ve claro este modelo. En abril de 2014 se present¨® en Espa?a: la compa?¨ªa lo retir¨® en diciembre de ese mismo a?o, tras haber sido enviado a los tribunales por la Asociaci¨®n Madrile?a del Taxi, que apreci¨® en ello competencia desleal. Su principal argumento: no puede ser que alguien preste servicios de transporte sin licencia. La cuesti¨®n acab¨® en el Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea (TJUE), que debe dilucidar si el servicio que presta la compa?¨ªa pertenece, como ella misma indica, a la sociedad de la informaci¨®n (suelen repetir que no son m¨¢s que una aplicaci¨®n m¨®vil) o, por el contrario, tiene que ver con el sector del transporte. En caso de resolverse lo segundo, Uber y todas las empresas que presten servicios similares deber¨¢n ce?irse a la normativa aplicable al sector transportes de cada Estado miembro. Eso, en la mayor¨ªa de pa¨ªses, significa operar con licencia.

El Abogado General del TJUE ha dado un paso m¨¢s en esa direcci¨®n. Maciej Spuznar (as¨ª se llama el magistrado) considera en sus conclusiones que ¡°los pa¨ªses pueden prohibir y sancionar penalmente la actividad de transporte ilegal en el marco del servicio UberPop sin notificarlo antes a la Comisi¨®n Europea¡±, seg¨²n recoge Efe. En esta ocasi¨®n se refiere al caso que enfrenta a la empresa estadounidense con Francia, pa¨ªs en el que tambi¨¦n se prohibi¨® en 2014. Aunque no son vinculantes, las conclusiones del Abogado General suelen marcar el camino de las decisiones que toma el TJUE, que s¨ª deben ser observadas por los Estados miembros.

Cab¨ªa esperar que se pronunciara en este sentido. En mayo, Spuznar ya dio a entender que, bajo su punto de vista, UberPop es una empresa de transporte, y no una plataforma digital.

?Malas noticias para Uber? No necesariamente. La compa?¨ªa tom¨® nota hace tres a?os de c¨®mo estaba siendo acogido el modelo americano de la aplicaci¨®n. Reconoci¨® su error y se puso a otra cosa, tal y como ha reconocido a EL PA?S RETINA Carles Lloret, el director general de Uber para el sur de Europa. En los ¨²ltimos tiempos se han centrado en poner en marcha UberX en el Viejo Continente, un servicio en el que todos los conductores son profesionales que operan con licencia de veh¨ªculo turismo compartido (VTC). S¨ª, esas licencias emitidas por las comunidades aut¨®nomas y que los taxistas quieren que se ci?an a la proporci¨®n 1/30 (una por cada 30 taxis) que prometi¨® el Gobierno en 2015.

Al volante ya no encontraremos a un estudiante o empleado en busca de dinero extra, sino a un conductor que trabaja para una firma de flotas que a su vez presta servicio a Uber. A los ojos del usuario, poco cambia. Aunque, para Lloret, el hecho de tener que pasar por taquilla (las licencias VTC no son gratis) para llevar a pasajeros redunda en que se generen menos eficiencias, y que por tanto el precio del servicio no sea tan competitivo como podr¨ªa.

• M¨¢s all¨¢ de Uber

Las conclusiones del Abogado General trascienden la actividad que pueda tener Uber. Lo que determine el TJUE puede marcar el despliegue de la econom¨ªa digital. El mantra de muchas de las empresas que operan bajo modelos de econom¨ªa colaborativa, de acceso o de plataformas (si no sabes a lo que nos referimos, l¨¦ete esto) es que solo son aplicaciones. Se limitan a poner en contacto a oferta y demanda en los m¨¢s diversos sectores a trav¨¦s de su tecnolog¨ªa. Por eso, sostienen, prestan un servicio de la sociedad de informaci¨®n.

Sus detractores, entre los que se sit¨²an los sectores agraviados, no est¨¢n de acuerdo. Opinan que Uber o Cabify son compa?¨ªas que operan en el sector transportes, que Airbnb o Homeaway hacen lo propio en el vacacional, que Just Eat o Deliveroo se dedican al reparto, etc¨¦tera.

La diferencia es algo m¨¢s que ret¨®rica: si las autoridades consideran que una compa?¨ªa opera en un determinado sector, esta debe respetar la legislaci¨®n aplicable. Ll¨¢mese operar bajo licencia, pagar impuestos espec¨ªficos, cumplir ciertos requisitos t¨¦cnicos o lo que proceda. Si el TJUE acaba estableciendo que Uber es una empresa de transporte (recordemos que las conclusiones no son vinculantes), podr¨ªa suceder lo propio con muchas de las compa?¨ªas que han hecho fortuna a la luz de la sharing economy.

Esa es una forma de verlo. La otra es que cada caso es un mundo, tal y como evidencia el caso Blablacar. Lo que s¨ª parece fuera de duda es que la batalla legal por la econom¨ªa de plataformas, tal y como la llama Bruselas, acaba de comenzar. Los pr¨®ximos a?os (y meses) determinar¨¢n la forma que adoptar¨¢ este fen¨®meno en continua expansi¨®n.