?rase una vez la @

Bulgaria. 1345. Un escribano cierra un p¨¢rrafo con el habitual "amin" -am¨¦n-, pero da un toque especial a la "a" y convierte esta p¨¢gina en el escenario de una de las primera @ de la historia. Que sepamos. Pero -aviso a navegantes- lo que sabemos de este manuscrito eslavo es, por suerte o por desgracia y hasta donde hemos podido averiguar, obra de la profana Wikipedia.

En cualquier caso, las arrobas de los "amin" bizantinos no parec¨ªan tener mayor uso que el de una simple floritura cuando el escribano se pon¨ªa estupendo. El nacimiento de este s¨ªmbolo con un significado propio se vincula, seg¨²n una de las teor¨ªas m¨¢s extendidas, a la unidad de medida hom¨®nima.

• Pasaporte ¨¢rabe

Una arroba de pepinos equival¨ªa all¨¢ por el siglo XV a unos 12 kilos de estas cucurbit¨¢ceas (s¨ª, pepinos). El t¨¦rmino -arroba, no cucurbit¨¢cea- tiene origen ¨¢rabe. Rub significaba, en la versi¨®n cl¨¢sica de la lengua, "una cuarta parte". La variante hisp¨¢nica, arr¨²b, guarda mayor similitud con su tataranieta.

?Pero d¨®nde apareci¨® primero el s¨ªmbolo que nos ocupa? Pasada la floritura b¨²lgara, la primera @ de la que tenemos noticias habita en un documento aragon¨¦s de 1448: la Taula de Ariza. Este documento, hallado por el historiador y periodista zaragozano Jorge Romance en 2016, no es m¨¢s que un registro aduanero de las mercanc¨ªas que pasaban del reino de Arag¨®n al de Castilla y viceversa.

• Arroba descalificada y con doble nacionalidad

Una arroba y cinco fanegas de trigo. Este registro quit¨® el puesto a la que hasta entonces se hab¨ªa considerado la primera aparici¨®n del s¨ªmbolo @. La arroba escrita en Sevilla el cuatro de mayo de 1536 por el pu?o florentino del comerciante Francesco Lappi, que hab¨ªa saltado a los titulares en el 2000, cedi¨® el trono a la aragonesa.

?Y la @ moderna? Tard¨® en llegar. Ni siquiera logr¨® hacerse un hueco en las primeras m¨¢quinas de escribir. El s¨ªmbolo de internet, la piedra angular de Twitter -que conquistar¨ªa las dem¨¢s redes-, el mal empleado comod¨ªn del g¨¦nero permaneci¨® en el olvido hasta que un ingeniero de 29 a?os tuvo la necesidad de usar un caracter poco conocido. "Necesitaba una letra que no apareciera habitualmente en los nombres de usuario o de los servidores de los ordenadores", explicaba Ray Tomlinson a Computer World en 2007.

El feliz desenlace de este brete fue la llegada de la arroba (@) al centro del correo electr¨®nico. Corr¨ªa el a?o 1971 y Tomlinson, fallecido en 2016, ni se acordaba del contenido de su primer correo, enviado a tomlinson@bbn-tenexa. El resto es presente. Y cucurbit¨¢cea, por cierto, viene del lat¨ªn cucurbita: calabaza.