El modelo de Netflix llega a la impresi¨®n 3D
La revoluci¨®n que ha supuesto esta tecnolog¨ªa para la industria es innegable, pero existen obst¨¢culos que dificultan su penetraci¨®n en el el entorno dom¨¦stico
Cuando esta tecnolog¨ªa empez¨® a sonar, hace no mucho, todo el mundo cre¨ªa que en pocos a?os ver¨ªamos una impresora 3D en cada casa. Pero no ha sido as¨ª, porque, aunque sus precios son cada vez m¨¢s asequibles, requieren de unas habilidades profesionales que las alejan del usuario de a pie¡±. Con estas palabras, el polaco Marcin Niedzielski despeja de forma resumida la inc¨®gnita de por qu¨¦ una tecnolog¨ªa que promet¨ªa tanto como cumple en el ¨¢mbito industrial no ha sido capaz de entrar en nuestras casas.
Niedzielski trabaja en Zortrax, una empresa que provee soluciones profesionales de impresi¨®n 3D para otras compa?¨ªas, y entiende las dificultades t¨¦cnicas que conlleva el manejo de una impresora. Pero existen iniciativas que tienen como objetivo alejar estas dificultades para democratizar una tecnolog¨ªa que ha demostrado ser de gran utilidad.
La empresa espa?ola Tumaker ha creado Voladd, una impresora 3D conectada a una plataforma de contenidos online que permite imprimir sin tener unos conocimientos previos de dise?o. Su CEO, Jon Bengoetxea, la define como el Netflix de los objetos. ¡°El problema de la impresi¨®n 3D es su curva de aprendizaje. Es como si para escuchar m¨²sica tuvieras que aprender solfeo¡±, expone. ¡°Nuestra hip¨®tesis es la siguiente: si la gente consume contenidos (sonido, imagen, texto¡) sin necesidad de generarlos, ?por qu¨¦ iba a ser distinto con cosas m¨¢s tangibles?¡±.
La plataforma cuenta con un cat¨¢logo de 20.000 objetos desarrollados por un equipo de profesionales de la compa?¨ªa y divididos en 24 categor¨ªas ¡ªense?anza, juegos, ciencia, cocina, repuestos, coleccionables y manualidades, entre otras¡ª que reflejan los usos potenciales que se le pueden dar a la impresora en un entorno dom¨¦stico.
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Voladd no es el primer repositorio de productos para imprimir que se puede encontrar en la web: existen otros como Thingiverse o MyMiniFactory que cumplen la misma funci¨®n. De lo que pueden presumir su plataforma es de ser la primera en estar conectada directamente a la impresora. Cuesta 700 euros y la empresa pretende lanzar una primera edici¨®n de 2.500 m¨¢quinas antes de noviembre.
El proyecto de Bengoetxea es pionero en muchos sentidos, pero solo es un primer paso en la democratizaci¨®n de la impresi¨®n 3D. La idea de Obsidian, que ha recaudado casi un mill¨®n y medio de euros en Kickstarter, es llegar a los hogares por ser asequible para todo el mundo: puedes comprar una de sus impresoras por unos 85 euros. BQ, por su parte, ha fabricado la Witbox Go, que pone el foco en la experiencia de usuario utilizando Android como sistema operativo y permitiendo imprimir desde el m¨®vil con facilidad y buscar piezas dise?adas por un tercero.
Los obst¨¢culos con los que luchan los fabricantes que dejan la industria para apostar por el gran p¨²blico son variados. Antonio Rela?o, experto en impresi¨®n 3D, habla de tres campos principales sobre los que trabajar: tecnolog¨ªa, materiales y dise?o. En el primer punto, considera que la soluci¨®n ¡°pasa por una impresora silenciosa, fiable, sin problemas t¨¦cnicos y que no sea m¨¢s dif¨ªcil de manejar que un m¨®vil¡±.
En cuanto a los materiales, Rela?o aclara que cada uno requiere una configuraci¨®n diferente y explica que algunas m¨¢quinas ya identifican el que necesita un dise?o concreto y se adaptan para imprimirlo. ¡°Con el mismo dispositivo, puedes fabricarte una plantilla con un compuesto el¨¢stico, la montura de unas gafas de un material similar a la madera y un colgante de bronce¡±. Adem¨¢s, la utilizaci¨®n de nuevos materiales, como el filaflex, da lugar a nuevas posibilidades, entre las que destaca la primera colecci¨®n de ropa que se puede imprimir en casa.
En lo que respecta al dise?o, el problema est¨¢, como hemos visto antes, en las habilidades que necesita adquirir el usuario. ¡°Ponte en situaci¨®n: est¨¢s sentado en el sal¨®n de casa, necesitas una carcasa para el nuevo m¨®vil que acabas de comprarte y no sabes c¨®mo dise?arla¡±, plantea Rela?o. ¡°Es un fastidio, te has comprado una impresora que no es especialmente barata para no poder usarla por falta de dise?os¡±.
Juan Tendero, dise?ador de productos para impresi¨®n 3D, explica que, aunque existen programas gratuitos cada vez m¨¢s f¨¢ciles de usar como Sketchup o Thinkercad, ¡°son necesarios conocimientos en software de dise?o tridimensional para poder exprimir al m¨¢ximo esta tecnolog¨ªa¡±. Al fin y al cabo, como recuerda David Carb¨®, CEO de iFushionShop, una impresora es una herramienta y, como tal, tiene su curva de aprendizaje. ¡°Utilizarla no es dif¨ªcil siempre y cuando tengas en cuenta que no es lo mismo saber imprimir que saber dise?ar¡±, se?ala.
La tecnolog¨ªa avanza, los dise?os se simplifican y los precios se van reduciendo. Pero por muchas facilidades que se pongan, la palabra final no la tiene el fabricante: la pelota est¨¢ en el tejado del comprador. ¡°Somos los usuarios quienes debemos hacernos las preguntas¡±, sentencia Niedzielski. ¡°?Necesito realmente una impresora 3D? ?De verdad voy a sacar provecho de esta tecnolog¨ªa?¡±.
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