El discurso del odio y la posverdad parten Internet en dos
La confusa pol¨ªtica de bloqueo de contenidos por parte de las autoridades y de los gigantes tecnol¨®gicos alimenta la creaci¨®n de comunidades fanatizadas
Seg¨²n la Metapedia, versi¨®n alternativa de la Wikipedia, el Holocausto fue un genocidio intencional solo seg¨²n la historia pol¨ªticamente correcta. En el foro Voat, crear una p¨¢gina personal escogiendo identificarse con la imagen de Hitler no supone ning¨²n problema. Estas plataformas, igual que la red social Gab, en la que se expresan sin tapujos algunos de los m¨¢ximos exponentes de la extrema derecha estadounidense, o el foro supremacista Stormfront, creado por el expresidente del Ku Klux Klan, se han desarrollado en los ¨²ltimos a?os para ofrecer una respuesta al supuesto control de la libertad de expresi¨®n de sus hom¨®logos m¨¢s populares, como Facebook, Twitter, Reddit o la mencionada Wikipedia. Reivindican su derecho a compartir su propia versi¨®n de la realidad en espacios que no les veten por su m¨¢s que cuestionable discurso, como acaba de suceder con los anuncios de Rusia Today y Sputnick en la web del pajarillo.
Y no les faltan seguidores. ¡°Internet est¨¢ fracturado y no se puede hacer mucho al respecto¡±, explica Carl Miller, director de investigaci¨®n del think tank brit¨¢nico Demos, al recordar la extrema facilidad con la que los usuarios que han sido bloqueados por alguna violaci¨®n de los c¨®digos de conducta pueden cambiar de una red social a otra o incluso crear una propia.
El pasado mes de agosto la red social Gab celebraba haber conseguido recaudar un mill¨®n de d¨®lares con un tuit en el que se desahogaba contra la ¡°basura elitista de Silicon Valley¡±. Andrew Torba cre¨® Gab hace un a?o como respuesta al ¡°monopolio de la izquierda en los gigantes del social media, que no tienen derecho a decidir por los dem¨¢s qu¨¦ significa acoso¡±. Hace dos a?os, la agregadora de contenidos Reddit ten¨ªa m¨¢s de ocho millones de usuarios y m¨¢s de 150 millones de visitas mensuales, pero la decisi¨®n de bloquear a cinco foros, que respectivamente fueron considerados lesivos para las personas obesas, los transexuales y los negros, caus¨® un verdadero mot¨ªn. No tard¨® en aparecer un servicio parecido, pero con menos reglas. ¡°La libertad de expresi¨®n puede ser buena y mala. Si bien no aprobamos el discurso del odio, tambi¨¦n estamos firmemente en contra de la intromisi¨®n en la naturaleza humana¡±, ha declarado en una reciente entrevista Atif Colo, cofundador de Voat. En septiembre los usuarios del foro supremacista Stormfront celebraban haber vuelto a estar online, tras un duro toma y daca con los servidores que hab¨ªan inhabilitado el servicio a ra¨ªz de los disturbios que este agosto dejaron a tres muertos en Charlottesville (EE UU).
¡°La libertad de expresi¨®n es importante, pero choca con otras libertades tan fundamentales como el derecho a no ser menospreciado o acosado por pertenecer a una minor¨ªa [...]. La ley, sin embargo, trabaja en una zona gris¡±, explica Miller al detallar que los Gobiernos est¨¢n exigiendo cada d¨ªa m¨¢s responsabilidades a las compa?¨ªas tecnol¨®gicas frente a los riesgos que supone la difusi¨®n de contenidos que incitan al odio contra las minor¨ªas o comparten informaci¨®n falsa. El pasado junio, gigantes como Facebook, Twitter o Youtube firmaron un acuerdo en el que se compromet¨ªan a retirar gran parte de los contenidos ilegales y lesivos, aunque todav¨ªa falte un acuerdo global sobre lo que se puede considerar como tal. En un documento presentado hace unos d¨ªas, la misma Comisi¨®n Europea reconoc¨ªa esta falta: al presentar una nueva hoja de ruta contra el discurso del odio, la Comisi¨®n subray¨® la necesidad de ¡°abordar el tema de forma m¨¢s uniforme¡± ya que ¡°actualmente no existe una normativa unificada acerca de cu¨¢ndo hay que eliminar qu¨¦ contenidos¡±.
El n¨²mero de los contenidos retirados por la violaci¨®n de la normativa acerca del discurso del odio se ha duplicado en los ¨²ltimos a?os. Actualmente, un 28% de ellos tarda m¨¢s de una semana en ser eliminado, seg¨²n la Comisi¨®n Europea. En la ¨²ltima memoria presentada a principios de este septiembre, la Fiscal¨ªa general del Estado espa?ol alertaba del incremento del n¨²mero de delitos registrados a lo largo de 2016. Seg¨²n detalla Miller, Demos en el mismo a?o ha detectado en Reino Unido la publicaci¨®n de al menos 150.000 tuits agresivos o lesivos hacia alguna minor¨ªa, sobre todo despu¨¦s de los atentados de Londres del pasado marzo. Esteban Ibarra, presidente de Movimiento contra la Intolerancia, apunta que el mismo fen¨®meno se produjo en Espa?a en las dos semanas sucesivas al atentado de Barcelona y Cambrils, cuando la asociaci¨®n detect¨® unos 400 impactos negativos, es decir, contenidos compartidos abiertamente islam¨®fobos.
Miller e Ibarra coinciden en recalcar que la creciente presi¨®n de los gigantes de la tecnolog¨ªa est¨¢ contribuyendo a partir en dos Internet, lo que implica una sofisticaci¨®n de los contenidos que inciten al odio, que se filtran de modo m¨¢s sutil y dif¨ªcil de detectar. ¡°Si por ejemplo Facebook monta un algoritmo que borra autom¨¢ticamente las frases abiertamente racistas, este puede ser ineficaz a la hora de detectar medias verdades o la presencia de informaci¨®n muy sesgada o violenta. Y las medias verdades son mentiras¡±, afirma Ibarra al recalcar que las acciones legales podr¨ªan no ser suficientes para erradicar el problema. ¡°Nos dicen que tenemos que trabajar en el contrarrelato, pero se trata de la lucha de David contra Goliat¡±. Luca Gervasoni, codirector del centro para la acci¨®n no violenta Novact, considera que la v¨ªa legal ha demostrado ser ineficaz e incluso contraproducente a la hora de erradicar el problema. ¡°Bloquear una cuenta, un forum, una web, hace que el discurso del odio en la red suba porque les ofrece legitimidad pol¨ªtica¡±, afirma.
La relaci¨®n de los movimientos extremistas con Internet no es una novedad. Fueron de hecho pioneros en volcarse en la Red, al no tener f¨¢cil acceso a los canales de comunicaci¨®n tradicionales, seg¨²n explic¨® en una columna del diario The Guardian el director de Demos, Jamie Bartlett. En su ¨²ltimo libro, Radicals Chasing Utopia, Bartlett define los radicales como aquellos que intentan que el mundo se parezca a ellos, frente a los ¡°moderados¡±, que intentan adaptarse a lo que mayoritariamente se considera aceptado. El problema, seg¨²n Bartlett, es que el momento hist¨®rico y social presenta una grave fractura en este sentido, al que los expertos consultados suman la falta de una acci¨®n unitaria por parte de las autoridades y la escasa transparencia de las medidas tomadas por la compa?¨ªas tecnol¨®gicas. ¡°Hay mucha gente que est¨¢ fallando¡±, concluye Ibarra, ¡°y el resultado es la creaci¨®n de comunidades fanatizadas que rechazan cualquier pensamiento cr¨ªtico¡±. Es decir, un mundo a medida de los extremistas.
La fractura en el consumo de informaci¨®n
El Reuters Institute ha detectado un incremento de la polarizaci¨®n de las distintas audiencias a la hora de consumir informaci¨®n. Los lectores que se identifican con una ideolog¨ªa de derecha en Estados Unidos se informan casi exclusivamente a trav¨¦s de Fox News, mientras que la audiencia que se considera de izquierda apuesta m¨¢s por la informaci¨®n de CNN. En el informe publicado este abril, Italia, Espa?a y Polonia figuran entre los pa¨ªses europeos con una mayor fractura entre su audiencia. En el informe se apunta que la presencia y el r¨¢pido crecimiento de medios digitales con una fuerte identidad pol¨ªtica est¨¢n redefiniendo el ecosistema informativo, sobre todo en Estados Unidos.
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