Una nueva brecha digital: la diferencia entre hablar o no el lenguaje de los datos
Para poder digerir la elevada cantidad de informaci¨®n de la que disponemos es necesario que adquiramos nuevas habilidades
En octubre, el servicio de noticias del Dow Jones inform¨® de la inminente ¨Cy como se demostr¨® posteriormente, falsa¨C compra de Apple por parte de Google por 9.000 millones de d¨®lares. Informaciones como esta son cada vez m¨¢s comunes, y cada vez resulta m¨¢s f¨¢cil encontrarlas en medios de comunicaci¨®n tradicionalmente fiables. Sin duda, la raz¨®n es el vertiginoso ritmo con el que generamos y consumimos datos y noticias. La tecnolog¨ªa ha avanzado a una velocidad que ha sobrepasado nuestra capacidad de respuesta. Prueba del impacto de esta tendencia en la econom¨ªa son las recientes declaraciones de Benoit Coeure, miembro del consejo del Banco Central Europeo, quien afirma que "el fake data es una amenaza tan grande para el equilibrio financiero de las empresas como las fake news para la pol¨ªtica".
Para solucionarlo y poder digerir la elevada cantidad de informaci¨®n de la que disponemos es necesario que adquiramos nuevas habilidades, tanto en el plano profesional como en el social. Debemos hablar un nuevo lenguaje, el de los datos. Hemos de ser capaces de leerlos, gestionarlos y compartirlos, un proceso que D'Ignazio y Bhargava, investigadores del MIT y Emerson College, describieron como la "alfabetizaci¨®n de datos". Pero, ?c¨®mo podemos dominar esta nueva habilidad? En primer lugar, es esencial ser conscientes del punto en el que nos encontramos, cu¨¢les son nuestras debilidades y qu¨¦ personas son las m¨¢s afectadas por una nueva brecha digital que estriba en la diferencia entre poder y no poder interpretar datos y argumentar con ellos como base.
Tras preguntar a m¨¢s de 5.000 personas en varios pa¨ªses de nuestro entorno para determinar cu¨¢l es nuestro grado de "alfabetizaci¨®n de datos", un estudio de?Censuswide lleg¨® a la conclusi¨®n de que, mientras que el 52% de los europeos afirma examinar m¨¢s detenidamente los datos tras el auge de los bulos ¨Ccon hitos en los que han tenido un papel fundamental, como en la campa?a electoral estadounidense¨C, solamente el 17% se considera capaz de entender datos y transmitir eficazmente su significado a otras personas, cifra que aumenta al 25% en el caso de los espa?oles. El porcentaje es preocupantemente bajo si tenemos en cuenta que el 45% de los europeos afirma tener problemas a la hora de diferenciar hechos reales de manipulaciones, tanto en los medios de comunicaci¨®n como en su puesto de trabajo.
Tras observar detenidamente el perfil de aquellos europeos que son capaces de hablar el lenguaje de los datos y el de aquellos que no lo son, descubrimos que la desigualdad est¨¢ afectando a la competitividad de las empresas y al potencial de los trabajadores. Por ejemplo, del total de personas que se declaran alfabetizadas en datos, el 62% son hombres. Del mismo modo, la mayor proporci¨®n de alfabetizados en datos se da en los perfiles con m¨¢s responsabilidad en la empresa. Cuanta m¨¢s elevada es la categor¨ªa profesional, mayor suele ser el acceso a los datos. Pero cuanto m¨¢s s¨¦nior es un perfil, m¨¢s cuesta superar el miedo a trabajar con plataformas de anal¨ªtica avanzada. Adem¨¢s, apenas una quinta parte de los reci¨¦n licenciados tiene formaci¨®n en datos, lo que revela que el mundo acad¨¦mico no est¨¢ siendo capaz de integrar estas habilidades en su itinerario formativo.
Es importante que abordemos esta nueva brecha digital porque el nivel de alfabetizaci¨®n de datos de un empleado tiene un impacto directo en su desempe?o laboral: el 76% de los que tienen formaci¨®n en datos considera estar haciendo bien su trabajo, mientras que el porcentaje cae al 49% entre los que no tienen este grado de alfabetizaci¨®n. Esta correlaci¨®n entre el nivel de alfabetizaci¨®n de datos y el rendimiento profesional resulta obvia si tenemos en cuenta que los datos son el coraz¨®n de la mayor¨ªa de procesos que realizamos a diario hoy, y la prueba es que el 90% de aquellos que utilizan los datos en su puesto de trabajo afirma que les ayudan a hacerlo mejor.
El rango laboral, la edad o el sexo no deben influir en nuestra capacidad para entender y hacer entender datos si queremos empresas m¨¢s competitivas y una sociedad bien informada. Debemos disponer de un terreno de juego equilibrado para que nadie quede rezagado. Por ello, debemos impulsar la alfabetizaci¨®n de datos a lo largo de toda la empresa. Existe voluntad, cuando el 83% de los espa?oles encuestados se muestra proclive a dedicar m¨¢s tiempo y esfuerzo a mejorar sus capacidades en el manejo de datos.
A principios del siglo XX, la alfabetizaci¨®n pas¨® de ser una ventaja de los m¨¢s privilegiados a convertirse en una necesidad y un requisito laboral y educativo para cualquier persona. De la misma manera por la que la capacidad para escribir y leer fue un pilar en la revoluci¨®n industrial, la "alfabetizaci¨®n de datos" lo ser¨¢ en una econom¨ªa digitalizada e h¨ªper-conectada. La tecnolog¨ªa har¨¢ posible que nos adaptemos al nuevo escenario: en los ¨²ltimos a?os, se ha popularizado el uso de herramientas de anal¨ªtica de datos autoservicio y bajo demanda, poniendo a disposici¨®n de un mayor n¨²mero de usuarios la posibilidad de gestionar y estudiar de manera intuitiva y visual grandes vol¨²menes de datos, fomentando la adquisici¨®n de una cultura del dato en la sociedad. La anal¨ªtica ya no es patrimonio exclusivo de los perfiles expertos, gracias a este tipo de soluciones, por lo que no hay excusa para aprender el lenguaje de los datos.
Ang¨¦lica Reyes es directora de marketing de Qlik en Espa?a, Portugal, Francia e Italia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.