?Has comprado algo sin querer? As¨ª funcionan las webs con trampa
Afina tus reflejos: proliferan las webs y 'apps' que utilizan dise?os confusos -'dark patterns' o 'dark UX'- para desorientarte. Te contamos sus estrategias
De un tiempo a esta parte, el Pa¨ªs de las Maravillas no nos queda tan lejos. Alicia tuvo que caerse por una madriguera. A nosotros nos basta encender el ordenador, el m¨®vil, la tablet para que se nos enmara?e la realidad. C¨®mete este pastelito. Hazte tan grande como una casa. Haz clic aqu¨ª. Paga un seguro de viaje sin darte cuenta.
?Qu¨¦ brujer¨ªa es esta? Se trata de patrones oscuros -Dark Patterns o Dark UX-, que se integran en webs y aplicaciones m¨®viles con el claro objetivo de oscurecer los procesos de adquisici¨®n de servicios. "Son patrones que van enga?ando al usuario y gui¨¢ndole para hacer una tarea concreta, como el encarecimiento del precio de los billetes a medida que vas avanzando en la compra. Al final es mucho m¨¢s caro. Estas t¨¦cnicas llevan al usuario a hacer un esfuerzo tal que al final dice: 'Pues despu¨¦s de todo lo que he pasado para llegar hasta aqu¨ª, ya me lo compro'. Si hubiera tenido el precio final desde el principio, seguramente no habr¨ªa continuado el proceso de compra", explica Javier Larrea, de Uxer School.
- Patrones buenos, patrones malos
Los patrones no son el problema. De hecho, normalmente se utilizan para el bien. "El realidad nacen como una v¨ªa r¨¢pida para resolver problemas cognitivos del ser humano cuando se encuentra con este tipo de plataformas", precisa Isaura Fontcuberta, responsable de UX de Iron Hack. Ejemplos de esto son los sistemas de puntuaci¨®n por estrellas o los likes. "Empezamos a hablar de patrones oscuros cuando los usamos para confundir", a?ade.
Una vez corrompidas las intenciones del dise?ador, los sistemas para desorientar al usuario son diversos. As¨ª lo documenta un estudio de la Universidad de Purdue que habla de al menos diez categor¨ªas de patrones oscuros:
- ?Se?uelo y cambio. El usuario tiene un plan, quiere desarrollar una acci¨®n concreta. Sin embargo, al final del proceso ocurre algo que no deseaba.
- Continuidad forzada. Ocurre cuando, al final de un periodo de prueba gratuito, el servicio de pago se activa sin previo aviso. En el peor de los casos, descubriremos que anular la suscripci¨®n exige un?via crucis de formularios, llamadas e intercambios de correos electr¨®nicos.
- Spam amigo. El producto solicita permisos para acceder a datos de tu correo electr¨®nico o redes sociales con el pretexto de que va a ofrecerte servicios que deseas. En cambio, todos tus contactos recibir¨¢n spam firmado por ti.
- Costes ocultos. Al llegar al ¨²ltimo paso del pago de un servicio, descubres que al precio final se han a?adido cargos inesperados.
- Prevenci¨®n de comparaci¨®n de precios. El vendedor complica la comparaci¨®n entre productos, de manera que no puedes tomar una decisi¨®n de compra bien informada.
- Distracci¨®n. El dise?o centra tu atenci¨®n en un proceso para distraerte de otro que ocurre en segundo plano.
- Zuckering de privacidad. En este patr¨®n, bautizado as¨ª en honor de Mark Zuckerberg, te timan para compartir p¨²blicamente informaci¨®n que no ten¨ªas intenci¨®n de difundir.
- Motel con cucarachas. El dise?o hace muy f¨¢cil caer en una situaci¨®n determinada, pero convierte en una tarea casi imposible escapar de ella.
- A hurtadillas en la cesta. Intentas comprar algo, pero en alg¨²n momento de la transacci¨®n, el vendedor cuela un art¨ªculo adicional en tu cesta. Habitualmente, a trav¨¦s de opciones que se desactivan en p¨¢ginas previas.
- Preguntas trampa. Respondes a una cuesti¨®n que parece preguntar una cosa , pero en realidad est¨¢ pidiendo otra distinta.
Patrones oscuros el mundo real
- Seguros de viaje. Durante la compra de billetes es habitual la oferta de seguros de viaje asociados al vuelo. "Esta empresa lo que hac¨ªa era incorporar un men¨² desplegable para seleccionar un pa¨ªs. Entre todos esos nombres estaba la opci¨®n: 'no deseo un seguro'", explica Fontcuberta.
- Suscripciones a servicios online. El dulce primer mes gratis puede tener un amargo final cuando ya hemos cedido nuestros datos de pago a la empresa. "Si no queremos seguir apuntados. Es mejor apuntarse el d¨ªa en que acaba el periodo de prueba para no olvidarnos de desactivarlo antes de que nos cobren", recomienda Larrea.
- Pagos a terceros. Hay empresas de telefon¨ªa que incorporar llamadas a la acci¨®n para el usuario adquiera un servicio ajeno. "Eso se carga directamente en tu factura, pero cuando lo vas a reclamar, te dicen que es un pago a terceros", se?ala Fontcuberta. "Adem¨¢s, el sistema para desactivar estos servicios est¨¢ s¨²per escondido dentro de la web".
- Ni crimen ni castigo
No es necesario que haya penalizaciones, siempre y cuando no sea un fraude
?Pero esto qui¨¦n lo hace? "Est¨¢ s¨²per extendido. Lo vemos en empresas grandes, peque?as, agencias de publicidad, de telecomunicaciones...", enumera Fontcuberta. Pocos sectores -o ninguno- est¨¢n libres de pecado. Y a esto contribuye el hecho de que nadie ir¨¢ a la c¨¢rcel, pagar¨¢ una multa o recibir¨¢ una triste colleja por usar un patr¨®n oscuro. "Yo creo que tampoco es necesario que haya penalizaciones, siempre y cuando no sea un fraude", razona Larrea. Resulta que por muy confusa, desordenada e ilegible que se nos presente la informaci¨®n, la pr¨¢ctica ser¨¢ admisible mientras en alg¨²n lugar de la web se explique todo lo necesario.
"La mejor forma de atacarlo es la educaci¨®n. Al final, esto es pan para hoy y hambre para ma?ana. Si una app te cobra sin tu permiso, no la quieres volver a ver", comenta Fontcuberta. En el lado de los dise?adores, esta educaci¨®n se concreta en el establecimiento de buenas pr¨¢cticas y estrategias "para no irse al lado oscuro".
Para poner freno a estas ma?as, los usuarios tienen dos tareas: leerlo todo y extremar las alertas cuando nos encontramos con servicios que solicitan medios de pago antes de que se tome la decisi¨®n de compra. "Estamos demasiado acostumbrados al 'siguiente, siguiente, siguiente', tenemos que llevarnos menos por lo visual", precisa.
El problema no tiene visos de estar desapareciendo. Seg¨²n Fontcuberta, ahora estamos mucho peor que cuando comenz¨® la pr¨¢ctica, en un nivel de saturaci¨®n similar al de la edad dorada de los banners y pop-ups. "Al final son cosas que se suelen estandarizar. Por ejemplo en las aerol¨ªneas est¨¢ muy extendido. Son t¨¦cnicas que les interesan", se?ala Larrea.
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