La econom¨ªa de los datos: un expolio y un oligopolio
Lo grave realmente grave es el actual modelo de negocio basado en la explotaci¨®n de datos de usuarios de redes.
Una consultora de estrategia electoral explot¨® datos de Facebook en apoyo de Trump con la colaboraci¨®n de la red social, pero sin permiso de los usuarios. Alguien apunt¨® recientemente que lo grave no es el abuso de datos de millones de usuarios, sino el da?o a la confianza de ¨¦stos en la llamada econom¨ªa de datos.
Discrepo. Lo grave es el actual modelo de negocio basado en la explotaci¨®n de datos de usuarios de redes. Lo grave es la opacidad de la ¡°econom¨ªa de datos¡± por la dejaci¨®n de funciones de los poderes p¨²blicos partidarios de la desregulaci¨®n, por un lado, y de la codicia desaforada de algunos ¡°emprendedores digitales¡±, por el otro; emprendedores con principios parecidos a los del egocentrismo de un colono del Lejano Oeste. As¨ª nos va.
Lo menos grave para m¨ª es la crisis de Facebook. Tampoco el supuesto da?o a la confianza en la econom¨ªa de datos, que es un mal menor l¨®gico. La red social viene sufriendo desgaste desde hace meses como consecuencia de su modelo de negocio basado en datos de terceros, aunque tambi¨¦n desde hace a?os sufre crisis sucesivas por sus deficientes pol¨ªticas de privacidad. Steve Jobs se lo advirti¨® a Zuckerberg en un acto p¨²blico en 2008 y el problema reapareci¨® en 2010 y en 2014. Por otra parte, la econom¨ªa de datos no puede pretender ser confiable sin retribuir a quienes le facilitan su materia prima -los datos-. En palabras de un directivo alem¨¢n: ¡°en cualquier negocio en el que el producto es gratis, el producto eres t¨²¡±. En este sentido, la econom¨ªa de datos es hoy a la vez un expolio y un oligopolio. Expolio por cuanto dispone de algo ajeno sin contraprestaci¨®n ni autorizaci¨®n consciente por parte de aquellos que act¨²an como ind¨ªgenas que entregan sus tierras a los colonos a cambio de cuatro cachivaches. Oligopolio porque quienes controlan el cotarro de verdad son muy pocos: los due?os de las Redes, que imponen sus normas sin someterse a control alguno.
La econom¨ªa de datos es hoy a la vez un expolio y un oligopolio
A poco que uno se libere de la moda de la fe ciega en cacharrerias tecnol¨®gicas varias y sea capaz de reflexionar viendo la situaci¨®n ¡°desde fuera¡± concluir¨¢ r¨¢pidamente que el problema se reduce a unos pocos interrogantes muy b¨¢sicos. Esencialmente, qui¨¦n manda en Internet (cu¨¢l es su estructura y gobernanza y c¨®mo de fiscalizable es), c¨®mo se gana dinero en Internet (a base de comerciar con datos ajenos, a¨²n sin permiso consciente de sus due?os), y finalmente, qu¨¦ hacen nuestros gobernantes al respecto (cu¨¢l es el modelo regulatorio p¨²blico de Internet). A mi humilde entender la respuesta a dichos interrogantes nos conduce inexorablemente a constatar que en las Redes mandan sus due?os, que son quienes ganan dinero con una materia prima gratuita (los datos), que se alimenta de la ingenuidad y del ego de los usuarios, y que nuestros gobernantes hacen al respecto mucho menos de lo que pueden y deber¨ªan.
Las soluciones no son muy dif¨ªciles de plantear. Es precisa una nueva gobernanza de Internet, en la que las autoridades protejan el inter¨¦s p¨²blico en las Redes (entre otros la privacidad de los usuarios). Es preciso un modelo de negocio en Internet que no se base en el expolio ajeno: si alguien quiere mis datos que me retribuya de un modo u otro. Finalmente, es indispensable una concienciaci¨®n de los usuarios para transformar su egolatr¨ªa ignorante en identidad cr¨ªtica. No veo otro modo de generar confianza en la ¡°econom¨ªa de los datos¡± que el respeto a los usuarios, la transparencia, el equilibrio de prestaciones y el llamar a las cosas por su nombre.
No todo lo supuestamente ¡°moderno¡± lo es. El expolio desenfrenado, el abuso de posici¨®n dominante, la opacidad de mercados, la regulaci¨®n insuficiente, la desprotecci¨®n del individuo, son fen¨®menos recurrentes. No, lo grave no es la p¨¦rdida de confianza porque ¨¦sta no puede ser ciega, tiene que estar en el ¡°debe¡± de la contabilidad de los due?os de Internet. Nosotros, los ciudadanos, aspiramos a tenerla, pero queremos tenerla en nuestro ¡°haber¡± contable. S¨®lo as¨ª la confianza en la ¡°econom¨ªa de datos¡± no ser¨¢ ciega, sino merecida.
Ramon J. Moles es profesor universitario y autor de Derecho y control en Internet?
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