¡®Frikis¡¯, ¡®gamers¡¯... Las nuevas tribus se articulan en base al conocimiento

Frikis, gamers, bakalas, g¨®ticos, indies, moteros, pijos, raperos, hipsters, hackers, mods¡­ Nuestra sociedad est¨¢ repleta de grupos con una identidad propia, en algunos casos puramente est¨¦tica y superficial, en otros una aut¨¦ntica subcultura llamada a transformar el colectivo con el que conviven. Aunque el concepto de tribu sigue us¨¢ndose para referirse a un grupo de personas cohesionado y articulado alrededor de intereses comunes, su naturaleza ha cambiado mucho en los ¨²ltimos 50 a?os, pasando del mundo primitivo a la vanguardia de un mundo urbano y cada vez m¨¢s globalizado.

Y es que en plena revoluci¨®n digital, las nuevas tribus ya no orbitan alrededor de una filosof¨ªa o una est¨¦tica, sino de un nuevo elemento integrador: el conocimiento. Cada vez es m¨¢s com¨²n referirse a una tribu de conocimiento, un colectivo m¨¢s o menos disperso (geogr¨¢ficamente hablando) de personas unidas por su inter¨¦s en un ¨¢rea de conocimiento espec¨ªfica, que puede ir desde la rob¨®tica o la programaci¨®n de videojuegos hasta la her¨¢ldica o los c¨®mics de manga japon¨¦s.

El poder de estas nuevas tribus radica en que multiplican exponencialmente la capacidad de crecimiento y alcance de una disciplina"

Una de las caracter¨ªsticas de estas tribus es que el nexo que une a sus miembros ya no es f¨ªsico, sino que gracias a la tecnolog¨ªa su campo de juego es planetario. Ahora es posible que alguien de M¨¢laga conecte instant¨¢neamente con un hermano de Tokio para comentar el ¨²ltimo post de un tercero que vive en Kentucky. El estatus, la edad o la condici¨®n social tampoco tienen relevancia en estas nuevas tribus. En ellas, un directivo con experiencia de a?os desarrollando proyectos a nivel profesional en su campo de especialidad no est¨¢ mejor considerado que una chica aficionada que todav¨ªa est¨¢ en el instituto o que un jubilado que acaba de empezar a tocar la disciplina como hobby. Lo que cuenta son las aportaciones a la comunidad de unos y otros y, si se me permite, su nivel de frikismo.

Y es que el hilo conductor de una tribu de conocimiento siempre ser¨¢ esa pasi¨®n com¨²n que lleva a sus afiliados a crear espacios en los que comunicarse y compartir experiencias, conocimientos y contactos. Las tribus de conocimiento tienen mucho que ver con los mecanismos de la inteligencia colectiva, con la generosidad y la colaboraci¨®n. Detr¨¢s de ella hay muchos individuos pensantes, altamente motivados por un tema que es su pasi¨®n y, en muchos casos, su trabajo.

El poder de estas nuevas tribus radica en que multiplican exponencialmente la capacidad de crecimiento y alcance de una disciplina, al generar debate y compartir experiencias que enriquecen a todo el colectivo y no solo a unos pocos miembros destacados. Tambi¨¦n abren nuevas v¨ªas de colaboraci¨®n que rompen con las tradicionales barreras empresariales. Gracias a ellas, las compa?¨ªas se pueden beneficiar de aportaciones y puntos de vista nuevos y ajenos a la organizaci¨®n, y los particulares enriquecerse con las mejores pr¨¢cticas empresariales. Con ello se genera todo un caldo de cultivo para la innovaci¨®n y el benchmarking.

Tambi¨¦n las implicaciones y posibilidades son enormes en t¨¦rminos de networking. La b¨²squeda de expertos para asesoramiento de profesionales para un proyecto concreto encuentra en estas tribus un nuevo canal mucho m¨¢s global, directo e informado que las v¨ªas tradicionales de reclutamiento.

Los mejores expertos del mundo en un ¨¢rea determinada que han sido capaces de comunicarse y organizarse internamente, m¨¢s all¨¢ de las barreras geogr¨¢ficas, ling¨¹¨ªsticas o culturales. Seguramente que ellos estar¨¢n m¨¢s dispuestos que nadie a compartir conocimiento y/o hacer valiosas aportaciones a la hora de encontrar soluciones a problemas. Las esferas personal y laboral se entrecruzan y al¨ªan para conseguir las respuestas m¨¢s complejas y m¨¢s brillantes.

Alejandro Gonz¨¢lez es CEO de Taalentfy.