S¨ª, los m¨®viles y las ¡®smart tv¡¯ graban nuestras conversaciones
Videovigilancia en los espacios p¨²blicos, aparatos de consumo que nos observan¡ ?Vivimos vigilados? ?Podr¨ªan Romeo y Julieta enamorarse en la ¡®smart city¡¯?
Los espacios p¨²blicos est¨¢n bajo supervisi¨®n constante. La hipervigilancia no es tan evidente cuando caminamos por las calles, pero existe: adem¨¢s de c¨¢maras, hasta las papeleras y las cabinas telef¨®nicas extraen datos para intentar identificar a las personas. A pesar de no tener un objetivo claro en la mayor¨ªa de los casos, los rostros, h¨¢bitos y acciones de los ciudadanos se unifican en bases de datos.
Gemma Galdon Clavell, fundadora de ?ticas Research & Consulting e investigadora del impacto social, legal y ¨¦tico de las tecnolog¨ªas de datos, lamenta que no tenemos ning¨²n control sobre la informaci¨®n que el sistema recoge sobre nosotros. La protagonista de esta nueva entrega de la serie #DataFutures asegura, por ejemplo, que la actividad policial en las manifestaciones sociales no se organiza durante el acto en s¨ª, sino a posteriori, es decir, cuando se analizan los datos recabados en las protestas: placas de matr¨ªculas, identificadores ¨²nicos de tel¨¦fonos o an¨¢lisis de redes sociales. Con estas herramientas se puede determinar a qui¨¦n se detiene y/o imputa, provocando un cambio en la forma de participaci¨®n del sector p¨²blico y condicionando la involucraci¨®n de los ciudadanos en determinados actos.
- Muchos datos y pocas nueces
La amenaza terrorista parece ser una justificaci¨®n v¨¢lida para que los gobiernos inviertan en tecnolog¨ªas que permitan a los ciudadanos sentirse m¨¢s seguros. En pa¨ªses como China, la polic¨ªa utiliza gafas de reconocimiento facial para identificar sospechosos o verificar identidades; en Brasil, existen centros de operaciones que recopilan informaci¨®n que va desde el transporte hasta el saneamiento, la salud y los servicios de emergencia.
Esta hipervigilancia no se circunscribe a los espacios p¨²blicos. Cada vez que compramos un artefacto inteligente estamos?expuestos a que se nos grabe, se recopile informaci¨®n sobre nuestros gustos o preferencias y a que se definan perfiles sobre nosotros mismos. Hace tiempo que los manuales de instrucciones ya advierten ser cautos con las conversaciones que se tengan delante de estos aparatos.
?Est¨¢ ayudando toda esta vigilancia a prevenir cr¨ªmenes? Los algoritmos no pueden predecir qu¨¦ suceder¨¢, pero s¨ª sirven para trabajar en base sobre los datos recibidos y en los mecanismos de evaluaci¨®n de los mismos. Gald¨®n sostiene que como ¡°los algoritmos y la tecnolog¨ªa no pueden predecir lo que suceder¨¢¡±, ser¨¢ posible ¡°hacer una estimaci¨®n para el futuro¡±.
- Un futuro que mola...
Para Gald¨®n, un futuro que mola en la intersecci¨®n entre la seguridad y los datos es un futuro en el que la tecnolog¨ªa est¨¦ al servicio de problemas sociales reales de la humanidad y en el que no desarrollemos tecnolog¨ªas de forma acr¨ªtica sin saber para qu¨¦ las desarrollamos ni qu¨¦ se hace con nuestros datos.
Sobre #DataFutures
?C¨®mo va a cambiar nuestra sociedad por el uso masivo de los datos? ?C¨®mo ser¨¢n los materiales, las cadenas de suministro, el trabajo o la democracia del futuro? Si los datos son el nuevo combustible, ?qu¨¦ podemos hacer con ellos y c¨®mo podemos participar en la creaci¨®n y distribuci¨®n de la riqueza que producen?
EL PA?S RETINA e Ideas for Change?buscamos indagar con expertos en diversos campos de qu¨¦ manera los datos pueden ayudarnos a alcanzar futuros deseables, en contraposici¨®n a las narrativas dist¨®picas actuales que dominan el discurso. Queremos entender qu¨¦ #futurosquemolan son viables en un mundo de datos. Os vamos a contar lo que hemos aprendido con la serie de v¨ªdeos #DataFutures, que publicaremos semanalmente. Tenemos 13 entregas preparadas. ?No te las pierdas!
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