Internet de las Cosas, el nuevo motor de la digitalizaci¨®n

El Internet de las Cosas (IoT) ya no es el futuro, sino el presente. La conectividad de millones de dispositivos est¨¢ generando un crecimiento exponencial de datos que deben ser almacenados, gestionados y, en el mejor de los casos, analizados. El reto no es menor. De hecho, Gartner se?al¨® que en 2017 el n¨²mero de cosas conectadas super¨® ya al n¨²mero de personas en todo el planeta, y la tendencia apunta a que en 2020 el IoT conectar¨¢ 25.000 millones de dispositivos. En esta misma l¨ªnea, un elemento que refleja claramente la magnitud de este proceso es el hecho de que, seg¨²n Cisco, este a?o las m¨¢quinas que se comunican a trav¨¦s de la red ya est¨¢n generando m¨¢s informaci¨®n que las personas.

No pecaremos de exagerados si decimos que esta revoluci¨®n dentro de la revoluci¨®n digital amenaza con poner patas arribas los modelos de gesti¨®n y tratamiento que hac¨ªamos hasta ahora de la digitalizaci¨®n. El IoT representa la conectividad m¨¢s absoluta y transversal. Una conexi¨®n capaz de romper las fronteras que hasta ahora segu¨ªan existiendo en el ¨¢mbito digital cuando trat¨¢bamos de bajar los avances a pie de calle. Es m¨¢s, podr¨ªamos llegar a se?alar el IoT como el factor que ha democratizado la digitalizaci¨®n m¨¢s all¨¢ del ¨¢mbito empresarial y econ¨®mico, permitiendo la creaci¨®n de modelos de gesti¨®n horizontales y de f¨¢cil acceso como los que se est¨¢n desarrollando en las smart cities. Este es precisamente el ¨¦xito que ha propiciado el r¨¢pido crecimiento del IoT. De hecho, seg¨²n Gartner el 63% del total de las aplicaciones de Internet de las cosas creadas en todo 2017 estaban destinadas a cliente final o consumidor.

Este escenario en el que la digitalizaci¨®n est¨¢ desbordando las fronteras que quedaban entre el mundo digital y el anal¨®gico, tambi¨¦n presenta grandes retos en los que la respuesta debe estar a la altura del proceso de cambio. La importancia de la seguridad cobra a¨²n m¨¢s relevancia en este nuevo marco de actuaci¨®n por dos razones. La primera de ellas es que la red de trabajo, te¨®ricamente segura y controlada, con la que operaban hasta ahora en las diferentes empresas le han surgido miles de puertas de entrada para posibles amenazas. Ahora estamos trabajando con elementos que est¨¢n conectados a la red, con sus innumerables pros, pero tambi¨¦n con sus contras. Y, en segundo lugar, esta red de dispositivos genera al d¨ªa una cantidad ingente de datos con los que necesitamos trabajar asegurando, en todo momento, su confidencialidad, ya que muchos de ellos son datos personales de usuarios, clientes o ciudadanos. A ello hay que unir el almacenaje en el cloud de esos datos, y sus costes asociados.

En este sentido, los?directores de sistemas de informaci¨®n (CIO) no pueden permanecer ajenos a este gran cambio de paradigma que descentraliza las redes, entrando en una l¨®gica de red distribuida en la que los dispositivos gestionan en muchos casos la informaci¨®n de manera aut¨®noma. Adem¨¢s, la posibilidad de una conectividad absoluta abre la puerta no s¨®lo a mejorar los procesos productivos, sino tambi¨¦n a conocer mejor el mercado al que nos dirigimos y, en consecuencia, a crear nuevas l¨ªneas de negocio que se adapten a las demandas actuales, o adelantarnos a las tendencias futuras.

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En este entorno digital, el CIO tendr¨¢ que comenzar a colaborar con otros puestos que se har¨¢n necesarios dentro de la organizaci¨®n a medida que vayan implantando el nuevo modelo, como es el de Responsable de eficiencia energ¨¦tica o el de Industria 4.0, por ejemplo. Todos ellos deber¨¢n estar alineados junto al CIO para conseguir de manera global y coordinada los objetivos de la entidad en materia digital y de negocio.