Con las manos en la placa: el movimiento ¡®maker¡¯ llega a las aulas
Hay escuelas en las que ni?os de 11 a?os y j¨®venes de 16 fabrican sondas estratosf¨¦ricas, pr¨®tesis ortop¨¦dicas o dispositivos rob¨®ticos usando c¨®digo abierto e impresoras 3D
G¨¹ev¨¦jar, pueblo granadino de 2.551 habitantes con un colegio rodeado de olivos. Su nombre es esperable, Federico Garc¨ªa Lorca. Su arquitectura, est¨¢ndar. Su calificaci¨®n, p¨²blica.
?Qu¨¦ tiene de diferente para encabezar un art¨ªculo en una revista sobre transformaci¨®n tecnol¨®gica? Pues ese aula que parece un sal¨®n recreativo de familia numerosa con una gran maqueta Lego sobre gesti¨®n h¨ªdrica, peque?os robots sigue-l¨ªneas en el suelo, una cartulina verde en la pared que sirve de croma, dos peque?as impresoras 3D¡ Y ni?os de sexto de Primaria (11-12 a?os) que juegan en serio, es decir, estudian.
No es solo un taller tecnol¨®gico, es un taller maker. Recapitulando, la filosof¨ªa maker evoluciona el concepto do it yoursef, hazlo t¨² mismo, hacia el do it together, hag¨¢moslo juntos. En la primera d¨¦cada del siglo XXI nacen dos herramientas que lo cambian todo: Arduino, la plataforma de software y hardware de c¨®digo abierto, y unos a?os despu¨¦s esa m¨¢quina haztelotodo: la impresora 3D de escritorio.
Si hasta entonces un pu?ado de irreductibles aficionados se conformaba con reparar dispositivos comerciales, ahora comienzan a fabricarlos desde cero. Tienen lo que hay que tener en componentes y herramientas, adem¨¢s se juntan para compartir conocimientos y local como los fab-labs y makespaces. Traslademos ese modelo de taller a la educaci¨®n y obtenemos el aula del colegio de G¨¹ev¨¦jar. Su impulsor es un profesor at¨ªpico, Diego Garc¨ªa, convencido del aprendizaje mediante el trabajo en grupo, sin ex¨¢menes, y con base tecnol¨®gica aplicable a cualquier disciplina.
- Escala del perro
A prenden matem¨¢ticas cuando crean carritos para perros con lesiones medulares o alguna pata perdida. ¡°Medimos la distancia de la barriga al suelo y con una regla de tres sacamos la escala para imprimir la estructura y las ruedas¡±, comenta Luis. De mayor quiere ser ¡°inform¨¢tico¡ o pirata inform¨¢tico¡±. Estudian geograf¨ªa con la aplicaci¨®n de realidad aumentada cruzada con Street View sobre Noruega. ?Por qu¨¦ Noruega? ¡°Est¨¢ muy lejos y tiene cosas distintas¡±, dice Olga. Conocen la bot¨¢nica en el huerto y el invernadero con riego programado. Cursan historia con una maqueta interactiva de la Alhambra. Y m¨²sica con un instrumento de percusi¨®n formado por platos forrados de papel de aluminio conectados a placas makey makey, que permiten interactuar a un objeto conductor de electricidad con el ordenador.
Para Garc¨ªa, maestro y pianista, la Primaria se incorpora lentamente al aprendizaje por proyectos, aunque pocos con enfoque tecnol¨®gico. ¡°A¨²n se considera innovador o disruptivo trabajar as¨ª, cuando deber¨ªa ser algo totalmente normalizado. La verdadera asignatura pendiente es permitir a los ni?os el potencial creativo en una educaci¨®n diferente a la de pedir permiso hasta para ir al ba?o¡±.
La Consejer¨ªa andaluza de Educaci¨®n tiene un programa, Escuelas Mentoras, para que los profesores visiten colegios reconocidos por sus buenas pr¨¢cticas. G¨¹ev¨¦jar, entre ellos. Dice Diego Garc¨ªa que en los talleres suelen sorprenderles tres cosas: respeto, nunca hay silencio pero nunca hay gritos y la precisi¨®n de los cr¨ªos para definir en diez minutos un proyecto completo con planificaci¨®n de recursos y objetivos. ?Y los defectos del modelo? No es infalible. Requiere rodaje, que los alumnos se suelten en la propuesta de ideas y cambien el chip. ¡°A veces encuentras resistencia de buenos estudiantes que prefieren memorizar y volcar datos en un examen porque sacan buenas notas con poco esfuerzo. Aqu¨ª se exige algo m¨¢s¡±.
- Proyectos aplicados a la vida
Los alumnos ven muy clara la diferencia entre el sistema tradicional de recibir informaci¨®n para despu¨¦s vomitarla y el trabajo pr¨¢ctico que incentiva el aprendizaje por experiencia. ¡°No solo se graba el conocimiento, se graba la vivencia porque investigan, discuten, negocian, se ponen de acuerdo, enfrentan problemas inesperados, ensayan, aciertan, fallan. Reproducen lo que es la vida en la calle, en la empresa¡±, explica Garc¨ªa.
Habla otro profesor, Jabi Luengo, del colegio Herrikide, en Tolosa (Guip¨²zcoa), donde los alumnos de 1? de la ESO (12-13 a?os) el pr¨®ximo curso trabajar¨¢n 13 horas semanales de proyectos entre impresoras, cortadoras l¨¢ser o placas Arduino. ¡°Ese fue el verdadero detonante, el c¨®digo abierto¡±, apunta.
Herrikide procura introducir el modelo maker desde primaria para solucionar algo as¨ª como el dilema del huevo y la gallina. Todo comenz¨®, recuerda Jabi, con una clase que entend¨ªa bien c¨®mo se reproduc¨ªan los mam¨ªferos, quiz¨¢ por afinidad de especie, pero no tanto el formato ov¨ªparo. La mejor explicaci¨®n posible es el hecho consumado. As¨ª que construyeron una incubadora basada en Arduino y bautizada como Incubegg.
Queremos que nuestros alumnos se habit¨²en tanto al cambio que les resulte estimulante¡±
Proyectos as¨ª superan la din¨¢mica del consumo tecnol¨®gico, explica el profesor. Rompes el c¨ªrculo de compra-deshecho y de soluciones cerradas. Si lo construyes t¨² puedes repararlo, mejorarlo, tunearlo porque entiendes de verdad c¨®mo funciona gracias a la estimulaci¨®n mutua manos-cerebro. ¡°Tambi¨¦n interviene un elemento emocional. En el trabajo en equipo, el amor propio juega un papel importante, por el compromiso p¨²blico con los dem¨¢s de conseguir el objetivo¡±.
Los proyectos priman el enfoque realista, comercial incluso. Por ejemplo el dispositivo antiacoso disimulado por dos alumnas en un collar, que avisa con un clic a la familia, con dos a la polic¨ªa. Quiz¨¢ el prototipo m¨¢s c¨¦lebre del Herrikide sea la sonda que lanzaron 28.000 metros arriba hasta la estratosfera, con c¨¢mara y sensores para medir el comportamiento del helio con los cambios de presi¨®n y temperatura. Lo llamaron Izar Galaktik III [Estrella Gal¨¢tica III]. La I y la II, despegues fallidos. ¡°Esa fue la mejor lecci¨®n, aprender del desastre sirve para que acabe saliendo¡±.
- Profesiones mutantes
Tambi¨¦n guipuzcoano, de Renter¨ªa, el centro integrado Don Bosco est¨¢ a otro nivel porque imparte formaci¨®n profesional y la filosof¨ªa maker la trae puesta. Basta una cifra: m¨¢s de 30 impresoras 3D desplegadas en varios departamentos. Con ellas fabricaron la pieza que tambi¨¦n les puso en el mapa medi¨¢tico, un implante del brazo izquierdo que de nacimiento le faltaba a un ni?o gallego de nueve a?os, Unai.
Desde entonces han producido bastantes m¨¢s dentro de la iniciativa Enabling the future (haciendo posible el futuro), que env¨ªa pr¨®tesis de calidad, ligeras y gratuitas a personas de cualquier pa¨ªs que no pueden pagarlas. Se pueden fabricar, como en Don Bosco, por apenas tres euros de pl¨¢stico de impresora. Han aprendido algo de ingenier¨ªa anat¨®mica y tambi¨¦n a entender el factor humano al otro lado del proyecto. Carlos Lizarbe, profesor del Don Bosco, viaj¨® hasta Arteixo (A Coru?a) para ver c¨®mo le iba a Unai con el implante. ¡°Estaba tan acostumbrado a no usarlo que a veces se lo quitaba, por ejemplo, para lo que m¨¢s le gusta en la vida, nadar. Esa perspectiva nos dio la idea de desarrollar implantes intercambiables, adaptados a usos concretos¡±.
Un peque?o submarino, drones a¨¦reos y drones acu¨¢ticos, dom¨®tica de eficiencia energ¨¦tica, amplificadores de guitarra, un dispositivo para cronometrar tiempos en los descensos de aguas bravas¡ La lista de proyectos en el Don Bosco es diversa pero sea cual sea el chisme cada vez priorizan m¨¢s el modelo colaborativo.
Lizarbe apunta que las habilidades t¨¦cnicas solo reflejan la superficie, lo que pretenden en lo profundo es educar para la adaptaci¨®n al cambio. ¡°La electr¨®nica se transforma casi por completo cada tres o cuatro a?os, lo que sab¨ªas ya no sirve. Los profesionales tienen que acostumbrarse a la vigilancia tecnol¨®gica para actualizarse siempre, ser intraemprendedores, habituarse tanto a la mutaci¨®n que les resulte estimulante¡±.
- Reciclaje profesional
Aunque Lizarbe habla de todos sus alumnos, parece que se refiere a Mikel Beldarrain. Un caso interesante porque completa el abanico de perfiles. No es un cr¨ªo de ESO, ni un chaval de instituto, ni siquiera un universitario. Es un padre, pintor de toda la vida especializado en naves industriales. A qui¨¦n no le suena su historia: comienza la crisis de la construcci¨®n, el sueldo baja de 2.000 a 1.700, de 1.700 a 1.300. ?Horas extra, qu¨¦ era aquello de cobrar horas extra? Alarga la jornada, apenas ve a su hija peque?a. A sus 32 a?os empieza a ponerse nervioso por primera vez. ¡°Entiendes que entrar en Altos Hornos con 18 y jubilarte con 65 es prehistoria¡±.
¡°Pero la rutina no va conmigo, ese nervio me gusta¡±. Se apunta al Don Bosco para reciclarse, aprende electr¨®nica, dise?o gr¨¢fico, 3D. Entre otros proyectos colectivos, saca adelante un peque?o zepel¨ªn de helio con la carcasa impresa y pensado para pasear publicidad durante eventos en frontones o pabellones.
Completa su reciclaje profesional y personal. Le ficha IDK Electronika y lo pone a tropicalizar placas (protegerlas de humedades y condensaciones). Enseguida ve que muchos componentes podr¨ªan imprimirse in situ, mucho m¨¢s barato, en menos tiempo. ¡°Les di la paliza durante meses hasta que compraron una impresora 3D solo para probar¡±. Hoy la empresa cuenta con todo un departamento dedicado y Mikel acaba de impartir un curso sobre la materia a jefes y encargados de su propia f¨¢brica. En el Don Bosco. ¡°Para m¨ª la revoluci¨®n es poder hacerlo todo uno mismo¡±.
Aprender a emprender
?D¨®nde se aprende sentido pr¨¢ctico? En la gesti¨®n de una empresa propia, por ejemplo. Los alumnos de 11 y 12 a?os del colegio Federico Garc¨ªa Lorca, en G¨¹ev¨¦jar, tienen una microempresa educativa y social. Se organiza como una compa?¨ªa, en departamentos de dise?o, marketing o contabilidad. Con la venta de algunos productos financian viajes de estudios o parte del material empleado, el resto lo donan con sentido solidario: un manual de alfabeto braille, juguetes para guarder¨ªas o esas coloristas cajas con logos de superh¨¦roes. Se llaman chemobox, las imprimen makers de toda Espa?a y sirven para cubrir las bolsas de suero para la quimioterapia de c¨¢ncer infantil. "Como son de Batman o Superman, los ni?os piensan en los superpoderes para curarse", dicen ?ngel y Manuel, dos de los alumnos/ trabajadores/empresarios.
A veces se ha criticado ese ingrediente econ¨®mico, aunque todo el trabajo de la miniempresa forma parte del curr¨ªculo acad¨¦mico. Pero a Diego Garc¨ªa, profesor y jefe de estudios del colegio, le parece uno de los m¨¢s interesantes. ¡°No es emprendimiento en el limbo, sino apegado a la realidad de las cosas. Se trata de que calculen los recursos disponibles, la gesti¨®n de un presupuesto o si compensan las horas de trabajo en un proyecto real. Y que aprecien la recompensa del esfuerzo¡±.
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