Humanismo para lograr alumnos a prueba de robots
En un momento en el que el conocimiento t¨¦cnico gana peso sobre las humanidades en la educaci¨®n, llega el momento de resaltar las capacidades humanas como motor de aprendizaje
La tecnolog¨ªa est¨¢ presente en todas las esferas de la vida. El sector educativo no vive ajeno a esta realidad. Algunas voces ya se han alzado para preguntarse qu¨¦ futuro le espera al conocimiento y a los estudiantes, independientemente de su edad, si el entrenamiento intelectual se destina a competir contra una m¨¢quina. Al margen de la cantidad de informes que alertan sobre cu¨¢ntos millones de personas tendr¨¢n que reinventarse, la duda de fondo que persiste es qu¨¦ papel debe jugar la educaci¨®n. En qu¨¦ debe centrarse. C¨®mo adaptarla al mercado laboral. Por parad¨®jico que resulte, la respuesta m¨¢s repetida a estos interrogantes es que el ser humano necesita m¨¢s humanismo en las aulas.
El futurista y novelista Gerd Leonhard asegura que el aprendizaje tiene que discurrir obligatoriamente por un equilibrio entre lo que denomina HECI (Humanismo, ?tica, Creatividad e Imaginaci¨®n) y las ense?anzas STEM (Ciencia, Tecnolog¨ªa, Ingenier¨ªa y Matem¨¢ticas, por sus siglas en ingl¨¦s). La principal raz¨®n que argument¨® es tan simple como que las personas tienen imposible competir en l¨®gica y c¨¢lculo con una m¨¢quina. ¡°Las relaciones interpersonales y la experiencia son valores imposibles de alcanzar para un robot. Ellos solo ven datos, pero son incapaces de valorarlos o extraer lo m¨¢s relevante¡±, asegur¨® ayer en la segunda jornada del foro de educaci¨®n enlightED del South Summit.
Para conseguir que las clases del futuro no se conviertan en un compendio de destrezas t¨¦cnicas, Leonhard recomend¨® que se invierta lo mismo tanto en humanismo como en tecnolog¨ªa. En su opini¨®n, hace falta reforzar esta perspectiva humana porque solo as¨ª se podr¨¢ volver a la neutralidad con la que fue desarrollada. ¡°La tecnolog¨ªa no tiene ¨¦tica. Hasta que la sociedad no empez¨® a usarla para todo, simplemente era algo inocuo¡±, destac¨®. Al fijarse en lo que los m¨¢s peque?os deber¨ªan estudiar para no caer en el error de competir con una m¨¢quina, precis¨® que tienen que ver todas estas innovaciones solo como herramientas para desarrollarse, descubrir emociones o comprometerse con lo que consideren.
No parece sencillo revertir esta tendencia, pero algunos expertos, como Joseph Aoun, presidente de la Northeastern University de Boston, han ideado nuevos conceptos que buscan la convivencia de ambos mundos. Para lograr que los alumnos est¨¦n a prueba de robots, los centros educativos, sobre todo los superiores, tienen que desarrollar lo que denomin¨® humanics. ¡°Se trata de integrar en el aprendizaje, que ser¨¢ un camino a largo plazo, casi durante toda la vida, la alfabetizaci¨®n tecnol¨®gica, de datos y social¡±, sugiri¨®. Tal y como expuso, la creatividad, el lenguaje corporal y la capacidad de innovaci¨®n tienen que estar en pie de igualdad con la interacci¨®n con las m¨¢quinas y los algoritmos.
La importancia del contexto
En vez de atemorizar a la sociedad con que los robots pretenden quitar trabajos y convertir a los seres humanos en sus esclavos, resulta trascendental valorar la importancia de aquello que las personas dominan. Leonhard coment¨® que si la automatizaci¨®n liberara a los trabajadores de las tareas m¨¢s rutinarias, ser¨ªa un buen momento para mejorar el aprendizaje en otras ¨¢reas como, por ejemplo, la labor art¨ªstica. En este sentido, Aoun destac¨® por encima de todo la capacidad de contextualizaci¨®n. ¡°Las m¨¢quinas son incapaces de cambiar de contexto. Est¨¢n predeterminadas de antemano. Empecemos a centrarnos en lo que podemos hacer. Seamos a¨²n mejores en transferir conocimiento a diferentes contextos¡±, reclam¨®.
En estos alegatos por retomar el humanismo en los colegios, la ¨¦tica constituye una parte fundamental. Seg¨²n Leonhard, la evoluci¨®n t¨¦cnica requiere que se ponga encima de la mesa la diferencia entre tener la posibilidad de desarrollar algo y que ese algo sea correcto. Advirti¨® de que en un futuro no demasiado lejano las compa?¨ªas tecnol¨®gicas podr¨¢n hacer lo que se les antoje. ¡°En Silicon Valley ya existen empresas que trabajan sobre la muerte, en c¨®mo alargar la vida qui¨¦n sabe si hasta los 150 a?os¡±, afirm¨®. Como posibilidad para limitar de alguna manera este mundo sin ley, una opci¨®n que consider¨® tambi¨¦n necesaria es constituir lo que denomin¨® un Consejo ?tico Digital.
La educaci¨®n tiene varios frentes abiertos y determinar qu¨¦ se imparte en las clases es una prioridad para un buen n¨²mero de expertos. Nadie ha enarbolado la bandera ludita para prender fuego a las m¨¢quinas, pero existe cierto consenso en que, cuanto m¨¢s peso adquiere la tecnolog¨ªa, m¨¢s necesario se torna el humanismo. Quiz¨¢s, como escribi¨® Arist¨®teles, la virtud del conocimiento sea el justo medio entre dos extremos, uno los robots y el otro las personas.
El tiempo de la educaci¨®n a medida
Una de las grandes ventajas de la tecnolog¨ªa es que ha eliminado las barreras de acceso a gran parte del conocimiento. El aprendizaje online, sin tener en cuenta la materia, cada a?o gana m¨¢s adeptos. Ante esta situaci¨®n, la personalizaci¨®n de la educaci¨®n para cada alumno se ha convertido en un reto para los centros educativos. Como explic¨® Juan Romo, rector de la universidad Carlos III de Madrid, ayer durante la segunda jornada del foro educativo enlightED en el South Summit, es una realidad que ya hay que tener en cuenta. ¡°La inteligencia artificial permitir¨¢ adaptar la ense?anza. No todos los estudiantes aprenden igual o tienen los mismos intereses. Esto opci¨®n tambi¨¦n requerir¨¢ que haya m¨¢s profesores y que est¨¦n m¨¢s capacitados y cualificados¡±, sugiri¨®.
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