Estas son las principales amenazas a tu productividad
La multitarea no existe, no es verdad que rindamos mejor bajo presi¨®n, tu m¨®vil es tu enemigo y el presentismo no arregla nada de esto. Todo mal
Vayamos al grano: aumentar la productividad personal en el trabajo es una tarea de titanes. Porque no hay una manera realista de medirla y, por lo tanto, no hay un punto de partida para mejorarla. Acept¨¦moslo. La mayor¨ªa de los consejos que se dan para mejorar la productividad no est¨¢n dirigidos a nuevos h¨¢bitos que deber¨ªas adquirir, sino a h¨¢bitos que deber¨ªas dejar de lado. Estos son algunos de ellos.?
- La procrastinaci¨®n
Es la muerte de los freelance, una de las principales luchas cuando no tienes jefe ni nadie a quien rendir cuentas pero s¨ª plazos que cumplir. Algunos aseguran que aplazar las tareas puede ayudar a la creatividad. Pero los expertos explican que sentir que tienes que hacer algo y ser incapaz de ponerte a ello es una fuente importante de ansiedad en el trabajo. Aunque a¨²n no se ha identificado como un problema grave, detr¨¢s de alguien que procrastina se encuentra el miedo al fracaso, a hacerte responsable de las consecuencias de tus decisiones y hasta problemas de salud como insomnio, g¨¢stricos y todos los derivados del estr¨¦s.
Aunque intentemos enga?arnos a nosotros mismos con la idea de que trabajamos mejor bajo presi¨®n, lo cierto es que hay otros muchos motivos mentales y emocionales que nos impiden ponernos a hacer las tareas con tiempo. La psic¨®loga laboral Elisa S¨¢nchez destaca puntos como que la tarea no est¨¢ alineada con los objetivos ¡ªno sabes muy bien por qu¨¦ tienes que hacerla¡ª o no percibimos la ventaja de realizarla y por esto nuestra motivaci¨®n disminuye.
Los bloqueos emocionales, como el miedo al fracaso, un perfeccionismo excesivo o baja autoconfianza son otras causas "muy frecuentes, pero no siempre conscientes", explica S¨¢nchez. Si a esto le unimos mecanismos mentales como el efecto Zeigarnik ¡ªla tendencia a recordar tareas inacabadas o interrumpidas con mayor facilidad que las que han sido completadas¡ª, no habr¨¢ fuerza en este mundo que nos haga ponernos a trabajar.
- La multitarea
Querer hacer varias cosas a la vez tampoco nos ayuda a concentrarnos. Este estudio, publicado por la Universidad de Chicago, demuestra que la multitarea es una falacia. Cuando estamos haciendo tres tareas a la vez, el cerebro salta sin parar de una a otra, lo que constituye una pr¨¢ctica agotadora que te hace cada vez menos productivo.
Para poder llevar a cabo algo parecido a la multitarea es necesario que se den dos condiciones. Una, que una de ellas est¨¦ tan bien aprendida que resulte del todo autom¨¢tica, como caminar o comer. La segunda, que requieran dos tipos de procesamientos cerebrales distintos, como leer y o¨ªr m¨²sica, aunque la cosa cambia cuando la canci¨®n tiene letra, porque eso supone copar el cerebro con dos tareas similares de forma simult¨¢nea.
- Conectividad continua
Cuando internet comenz¨® a llegar a las casas, encend¨ªas el ordenador cuando quer¨ªas visitar una web pero bastaba con apagarlo para que internet desapareciese por completo hasta que decidieses volver a ¨¦l. Ahora no siempre somos nosotros quienes decidimos cu¨¢ndo estar conectados: las notificaciones nos bombardean y los l¨ªmites entre lo digital y lo anal¨®gico se han difuminado hasta fundirse en una sola realidad.
Este es el motivo por el que luchar para desconectar se hace tan complicado. Si tienes un tel¨¦fono inteligente, debes asumir que no mirarlo no significa necesariamente estar desconectado. El estudio mencionado unas l¨ªneas m¨¢s arriba demuestra que la mera presencia del m¨®vil encima de la mesa resta capacidades incluso a aquellas personas que parecen lograr mantener su atenci¨®n y evitan tocar sus terminales. Cuando alguien te escribe y notas la vibraci¨®n, tu cuerpo reacciona. Y esa inquietud te persigue hasta que atiendes a la notificaci¨®n. El dilema es: qu¨¦ es mejor, ?no mirar el m¨®vil y pensar en qui¨¦n te habr¨¢ escrito o leer el mensaje y deshacerte de la tensi¨®n?
Hay una nueva l¨ªnea de pensamiento que sugiere que esforzarse en mantener los l¨ªmites estrictos puede generar incluso m¨¢s ansiedad. El estudio Out of sight, out of mind? How and when cognitive role transition episodes influence employee performance sugiere que quiz¨¢s deber¨ªamos adaptarnos a estos cambios en lugar de luchar contra lo que est¨¢ pasando. Jeroen Sangers, consultor especializado en mejorar el rendimiento de personas, equipos y organizaciones, est¨¢ de acuerdo y asegura que "en lugar de buscar la separaci¨®n deber¨ªamos encontrar el equilibrio y aprender a distribuir nuestra atenci¨®n de forma din¨¢mica seg¨²n las necesidades de cada momento".
- Presentismo
Aceptar hacer horas extra cuando aumenta el volumen de trabajo es algo razonable, pero ?c¨®mo puede repercutir en tu trabajo quedarte enganchado a la silla por sistema? "Algunos estudios llegan a cifrar entre un 15% y un 20% el incremento de la productividad, la reducci¨®n del absentismo y el aumento del nivel de satisfacci¨®n y compromiso de los empleados en organizaciones que tienen implantadas f¨®rmulas de flexibilidad horaria", explica Jos¨¦ ?ngel L¨®pez, psic¨®logo experto en recursos humanos. "Deber¨ªamos reemplazar esa concepci¨®n presentista por pr¨¢cticas que promuevan la eficiencia, la confianza y la autonom¨ªa al margen del tiempo que se pase en la oficina".
Si todos nos quedamos enganchados a la silla, esos comportamientos pasan a formar parte de los valores y cultura de la empresa y, "lejos de incrementar la productividad y el bienestar de los empleados, provocan justamente lo contrario", explica L¨®pez. Y detalla que el presentismo hace que los trabajadores tengan m¨¢s estr¨¦s, su nivel de contribuci¨®n y compromiso con la organizaci¨®n sean m¨¢s bajos y manifiesten en mayor medida su deseo de dejar la compa?¨ªa.
Calentar la silla se convierte entonces en deporte nacional y se acaban generando situaciones como el absentismo presente: estar en la oficina llenando tu tiempo con tareas que no son relevantes para tu trabajo. Tambi¨¦n se puede sucumbir al efecto de la Ley de Parkinson, que dice que "todo el trabajo se dilata indefinidamente hasta completar todo el tiempo disponible para su completa realizaci¨®n". Es decir, ocupas una tarde entera en hacer una tarea que podr¨ªas hacer en dos horas si solo tuvieras dos horas.
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