¡°Es urgente que Espa?a presente su estrategia en inteligencia artificial¡±

Cuando el pasado martes recogi¨® su medalla de ingreso a la Real Academia de Ingenier¨ªa, Nuria Oliver se convirti¨® en la cuarta mujer de esta instituci¨®n conformada por 60 miembros, as¨ª que nuestra primera pregunta es obligada: ?Le gustar¨ªa que los titulares no tuvieran que recalcar esta cuesti¨®n de g¨¦nero? ¡°A¨²n es importante resaltarlo porque uno de los factores de esta brecha es que las mujeres tenemos una falta de reconocimiento y visibilidad en las carreras t¨¦cnicas¡±, responde esta investigadora en ciencias de datos, experta en inteligencia artificial (IA), licenciada en Ingenier¨ªa de Telecomunicaciones y doctora por el Media Lab del Instituto Tecnol¨®gico de Massachusetts (MIT).

Por esta misma raz¨®n, se muestra satisfecha de que existan cinco mujeres y cuatro hombres en el Grupo de Sabios en el que participa para asesorar al Gobierno en materia de big data e IA a trav¨¦s de la elaboraci¨®n de un Libro Blanco, aunque destaca que esas nueve personas representan una diversidad m¨¢s all¨¢ del g¨¦nero, dado que pertenecen a diferentes generaciones, proceden de todo tipo de organizaciones ¡ªuniversidades, empresas, ONGs¡­¡ª y cuentan con experiencia en distintas disciplinas.

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¡°Cuando contactaron conmigo para formar parte de este grupo insist¨ª mucho en que deb¨ªamos ser un colectivo muy diverso dado que estas tecnolog¨ªas son absolutamente transversales y tienen el poder de transformar todos los ¨¢mbitos de la realidad, as¨ª que si ¨ªbamos a recomendar c¨®mo crear una estrategia nacional en IA, ten¨ªamos que ser una amplia representaci¨®n de la sociedad¡±, comenta a EL PA?S Retina tras su intervenci¨®n en una conferencia internacional sobre IA organizada en Madrid por el Instituto Santaluc¨ªa y Afi.

Un asunto cr¨ªtico

En principio, ese Libro Blanco iba a publicarse el pasado 31 de julio, pero el cambio de Gobierno del 1 de junio trastoc¨® los planes y de momento no ha trascendido ninguna otra fecha para que vea la luz. ¡°No s¨¦ cu¨¢ndo saldr¨¢ finalmente, pero la Comisi¨®n Europea hizo un comunicado la semana pasada sobre IA y uno de los mandatos a los estados miembros es que deben tener su estrategia nacional en esta materia para mediados de 2019, as¨ª que urge que Espa?a tome medidas¡±, apunta Oliver.

En su opini¨®n, estamos hablando de un asunto ¡°cr¨ªtico¡± y ¡°lo fuerte¡± es que tanto pa¨ªses de nuestro entorno como otros en desarrollo ya hayan publicado documentos con sus planes en lo referente a estas tecnolog¨ªas, mientras nosotros ¡°seguimos sin salir en la foto¡±. A nivel comunitario, esta investigadora tambi¨¦n colabora en los grupos de trabajo de los expertos de la Comisi¨®n Europea que preparan el plan para todos los estados miembros, que podr¨ªa lanzarse a principios de 2019.

Por lo que respecta a Espa?a, las recomendaciones de ese Libro Blanco cubren cinco dimensiones ¡°fundamentales¡± de la IA: la tecnol¨®gica, la legal y ¨¦tica, la laboral, la econ¨®mica y la social. Seg¨²n Oliver, este enfoque transversal incide en ver la disrupci¨®n como una oportunidad y aprovechar todo su potencial en beneficio de todos los ciudadanos. Por ejemplo, seg¨²n la consultora PwC, en 2030 la inteligencia artificial provocar¨¢ un incremento adicional de 15,7 billones de d¨®lares (15,7 trillones americanos) del PIB mundial y los datos que maneja Oliver se?alan que a nivel nacional esto puede traducirse en un incremento adicional del 0,8% de nuestro PIB. ¡°Lo ideal es que seamos capaces de redistribuir esa riqueza extra para aumentar la calidad de vida de todos, no solo de unos pocos. Tenemos la oportunidad de repercutir ese impacto econ¨®mico en un empoderamiento social, pero debemos estar bien preparados para ello¡±, seg¨²n Oliver.

Para lograrlo, una de las claves es que exista ¡°un compromiso¡± por parte del Gobierno para implementar las recomendaciones de los expertos. Asimismo, al igual que sucede en otros pa¨ªses, con el fin de asegurar un impacto positivo de la IA debe existir un amplio conocimiento en las propias administraciones p¨²blicas para que entiendan d¨®nde est¨¢n las oportunidades y tomen ¡°decisiones informadas¡± sobre estas tecnolog¨ªas: ¡°Se podr¨ªa crear alg¨²n tipo de departamento o centro neutral sin ninguna afiliaci¨®n pol¨ªtica, con expertos y expertas que asesoren a los gobiernos¡±, seg¨²n Oliver.

La importancia de la emoci¨®n

Oliver tambi¨¦n apunta la necesidad de una transformaci¨®n educativa que prepare a los profesionales ante la demanda laboral que generar¨¢ la tecnolog¨ªa. A corto plazo se estima que en la Uni¨®n Europea har¨¢ falta cubrir unas 900.000 vacantes. En su opini¨®n, la inversi¨®n en esa formaci¨®n debe tener en cuenta tanto la impartici¨®n de conocimientos como el desarrollo de la inteligencia emocional, sobre todo en aquellos adultos que tengan que reinventarse para desempe?ar tareas que hasta ahora les eran desconocidas: ¡°Al ser humano nos cuesta cambiar y m¨¢s a¨²n a medida que envejecemos, por lo que hay que cuidar mucho la parte emocional de estos profesionales¡±.

Por lo que respecta a la educaci¨®n obligatoria de los m¨¢s peque?os, Oliver remarca la necesidad de impartir una asignatura troncal de pensamiento computacional con cinco ¨¢reas de conocimiento: algoritmos, programaci¨®n, hardware, datos y redes. ¡°Todos los ni?os y adolescentes deber¨ªan ser competentes en esas materias y, al mismo tiempo, desarrollar habilidades como la creatividad, la inteligencia emocional y la inteligencia social, que cada vez ser¨¢n m¨¢s importantes para adaptarnos al cambio constante y para coexistir tanto con la tecnolog¨ªa como con el planeta y entre nosotros mismos¡±.

De momento, Oliver cree que el nivel de conocimientos tecnol¨®gicos del ciudadano medio es ¡°alarmante¡±, por lo que, parafraseando a Marie Curie, remarca que si normalmente los humanos tememos lo que no entendemos, es el momento de entender m¨¢s para temer menos. ¡°Hay que educar mucho m¨¢s para cambiar los sentimientos negativos con respecto a muchos aspectos tecnol¨®gicos que son alimentados por un desconocimiento combinado con titulares apocal¨ªpticos, cuando en realidad existe una visi¨®n mucho m¨¢s positiva y constructiva¡±, concluye Oliver.