Artesanos de la tecnolog¨ªa: el movimiento ¡®maker¡¯ llega a Burkina
OuagaLab es un buen ejemplo del fen¨®meno de los fablabs en el ?frica subsahariana, que tratan de encontrar soluciones a problemas de agricultura, salud y educaci¨®n con una perspectiva social y colaborativa.
OuagaLab es un fablab en el sentido m¨¢s radical de la palabra. No solo se construyen y se desarrollan prototipos tecnol¨®gicos, desde un dron hasta un aparcamiento inteligente, sino que hasta el espacio ha sido autoconstruido. La comunidad aport¨® el dinero para iniciarlo; la comunidad levant¨® el edificio con sus propias manos; y la comunidad decide, cada d¨ªa, cu¨¢l es el esp¨ªritu del lab. OuagaLab es un espacio de innovaci¨®n situado en Ouagadougou (dos millones de habitantes), la capital de Burkina Faso.
En el a?o 2013, organizaron un crowdfunding. Consiguieron los 7.300 euros con los que arrancaron la adecuaci¨®n del espacio. Gildas Guiella (Ouagadougou, 1984) llevaba dos a?os desarrollando actividades itinerantes. Hab¨ªa empezado a animar una comunidad de Open Street Maps (OSM) que era, en realidad, una excusa para extender los valores del c¨®digo abierto y del trabajo colaborativo. Durante ese tiempo, la comunidad se hab¨ªa consolidado y se hab¨ªa formado un grupo interesado en el desarrollo de prototipos, el ¡°hazlo t¨² mismo¡± (la filosof¨ªa DIY, do it yourself), ¡°pero nos faltaba un espacio propio, un lugar al que poder acudir y en el que nos pudi¨¦semos reunir¡±, explica Gildas.
El 80% de los burkineses se dedican a la agricultura y el rendimiento no es bueno. Nuestra estaci¨®n meteorol¨®gica ayudar¨¢ a buscar m¨¦todos m¨¢s eficientes".
Y as¨ª, empezaron a levantar ellos mismos el primer fablab de la capital burkinesa. En un terreno situado a apenas 200 metros del muro trasero del aeropuerto internacional de la ciudad. La tranquilidad del entorno no puede ocultar que se encuentra en el extremo de Kalgondin, uno de los barrios m¨¢s populares de la ciudad. Kalgondin se halla estrat¨¦gicamente situado entre el aeropuerto y el antiguo barrio administrativo. Se dice que los j¨®venes del barrio est¨¢n especialmente predispuestos a la movilizaci¨®n.
Quiz¨¢ tampoco sea casualidad que Kalgondin albergue el mercado m¨¢s popular de farmacopea tradicional del pa¨ªs, porque el movimiento maker en el continente africano se caracteriza por haber encontrado un curioso equilibrio entre el desarrollo tecnol¨®gico y pr¨¢cticas sociales muy arraigadas, relacionadas con la creatividad, el reciclaje, la transmisi¨®n de conocimientos y el trabajo de car¨¢cter comunitario.
¡°Hemos construido el espacio nosotros mismos, desde la creaci¨®n de los bloques. Eso nos ha permitido cultivar, desde el principio, ese esp¨ªritu de trabajo en equipo y mostrar un ejemplo de una juventud que quiere equiparse al m¨¢ximo y desarrollar por s¨ª misma las cosas¡±, comenta orgulloso el impulsor de la iniciativa. El espacio estuvo operativo, definitivamente, en diciembre de 2014, pero hasta que no abri¨® no se defini¨® su orientaci¨®n. ¡°Nuestra intenci¨®n era decir Aqu¨ª ten¨¦is el lugar. Quer¨ªamos que la gente viniese y que acabasen por acondicionarlo en funci¨®n de lo que quisiesen hacer de ¨¦l¡±, explica el joven tecn¨®logo burkin¨¦s.
Para Gildas esa era la ¨²nica f¨®rmula para conseguir que, en un mismo lugar, se reuniesen sin distinciones ¡°ingenieros, escolares, t¨¦cnicos, iletrados, artistas y todo tipo de actores trabajando juntos y colaborando, haciendo suyo el espacio¡±.
Los tres principales ejes de trabajo del espacio son la educaci¨®n, la salud y la agricultura. La propia comunidad defini¨® estas l¨ªneas maestras meses despu¨¦s de que se abriesen las puertas del espacio, despu¨¦s de discutir y llegar a la conclusi¨®n de que eran ¡°tres pilares para acompa?ar el desarrollo y que, adem¨¢s, influyen en el resto de elementos claves que la gente necesita para avanzar¡±, asegura.
El enfoque de Gildas Guiella en cuanto al trabajo en educaci¨®n del laboratorio es, cuando menos, provocador. ¡°Nuestro sue?o en OuagaLab es crear una escuela en la que se practique la pedagog¨ªa del error. Aprender a cometer errores. Mi experiencia es que cuando te obsesionas por no equivocarte, te limitas a una m¨ªnima parte de tu capacidad, act¨²as como una m¨¢quina, haces solo lo que te han ense?ado¡±, lamenta el impulsor del espacio.
Y por eso se?ala orgulloso que en las actividades infantiles transmiten a los ni?os que ¡°si no aceptas que puedes cometer errores, no produces nada nuevo, no avanzas; lo que va a determinar tu proceso de crecimiento es lo que vas a hacer despu¨¦s de cometer un error. Los errores nunca han sido lo peor del mundo; no levantarse despu¨¦s, no apoyarse en los errores para encontrar las soluciones, eso es lo malo¡±, sentencia con convicci¨®n Guiella.
Contenido y desarrollos propios
Con este enfoque, el laboratorio utiliza Legos para que los ni?os construyan y aprendan a materializar las im¨¢genes; les acompa?an en la creaci¨®n de sus propios ordenadores, con los talleres Jerry, en los que se ensamblan computadoras, a menudo con componentes reciclados, dentro de bidones de pl¨¢stico.
E invitan a esos mismos ni?os y ni?as a contar semanalmente sus historias, ¡°para habituarles a la producci¨®n de contenidos y cambiar la din¨¢mica que hace que el 90% de los contenidos que consumimos en ?frica a trav¨¦s de Internet se hayan producido en el exterior¡±, mientras les acercan a la programaci¨®n a trav¨¦s del juego.
La b¨²squeda de soluciones sencillas, pr¨®ximas y realizables se reproduce en el trabajo que desde OuagaLab se hace en el ¨¢mbito de la salud. ¡°No intentamos encontrar soluciones m¨¢gicas, trabajamos m¨¢s bien con un enfoque lo-tech [baja tecnolog¨ªa]. Podemos proponer soluciones bastante simples para conseguir algunas mejoras importantes¡±, asegura Gildas Guiella.
En esa l¨ªnea lanzaron un proyecto de mapa colaborativo para identificar las zonas con m¨¢s riesgo de malaria, de manera que las medidas para combatir la enfermedad contasen con los datos adecuados. Con el mismo esp¨ªritu, organizan hackatones en los que buscan soluciones a los problemas relacionados con el ¨¢mbito de la salud. La condici¨®n para garantizar el enfoque de lo-tech: que estas soluciones se puedan desarrollar en cuatro d¨ªas.
No intentamos encontrar soluciones m¨¢gicas, trabajamos m¨¢s bien con un enfoque lo-tech [baja tecnolog¨ªa]".
Con esta obsesi¨®n de colaborar al desarrollo local, el espacio de innovaci¨®n burkin¨¦s acompa?a a las cooperativas de productores agr¨ªcolas, intentando ofrecer soluciones tecnol¨®gicas sencillas a sus necesidades. ¡°Tenemos en fase de prueba una peque?a estaci¨®n meteorol¨®gica que hemos desarrollado nosotros. Ofrece datos meteorol¨®gicos que ayudar¨¢n a los expertos a buscar los m¨¦todos m¨¢s eficientes¡±, explica el responsable de OuagaLab. Tambi¨¦n han detectado la necesidad de mejorar el proceso de secado del arroz, un momento cr¨ªtico que pod¨ªa hacer perder una buena cantidad de las cosechas. Por eso han desarrollado un secador solar con sensores de humedad que va ofreciendo informaci¨®n a los agricultores y disminuye las p¨¦rdidas.
Gildas Guiella se muestra especialmente orgulloso de uno de los ejemplos de las iniciativas surgidas de Ouagalab. En el espacio de innovaci¨®n se desarroll¨® en su estado m¨¢s embrionario un proyecto de mochila frigor¨ªfica para el transporte de vacunas, Laafi Bag. Guiella explica que el inventor de esta mochila, Christian C¨¦dric Toe, desarroll¨® su prototipo en el espacio de innovaci¨®n y que despu¨¦s pudo continuar con la materializaci¨®n gracias al acceso a diferentes premios e inversiones.
Ahora, encima de una mesa de trabajo se puede ver la maqueta de un aparcamiento inteligente, que un usuario del espacio de innovaci¨®n ide¨® despu¨¦s de los atentados yihadistas del pasado marzo en la capital burkinesa. El prototipo mejora los sistemas de identificaci¨®n para aumentar la seguridad. Junto a la maqueta, una impresora 3D parcialmente formada por piezas reutilizadas. Y, junto a la impresora, un estetoscopio artesano construido con piezas de pl¨¢stico impresas, que podr¨ªa ser el comienzo para solucionar la escasez de equipamiento m¨¦dico b¨¢sico.
Mientras, Yanogo Rashid se pelea con una plancha met¨¢lica para dar forma a un propotipo, todav¨ªa en estado muy inicial, y Bassirou Ou¨¦draogo reconstruye un dron elemental. Dice que empez¨® a hacerlo en casa, pero que all¨ª no ten¨ªa las herramientas ni la ayuda que necesitaba. ¡°Me gustar¨ªa que se usase para filmar en la ciudad o en los campos, para ayudar a la gente¡±, asegura Ou¨¦draogo.
Diera Kevin lleg¨® para hacer formaciones en rob¨®tica e impresi¨®n 3D; Wendpagnagda Fran?ois Xavier Minoumgou es estudiante de inform¨¢tica y hace una estancia en OuagaLab que le est¨¢ acercando a la emprendedur¨ªa social, un enfoque que no encuentra en la universidad; y Diallo Boubakar es uno de los miembros del equipo t¨¦cnico. Estos tres veintea?eros unen sus esfuerzos para desarrollar una bomba para regar controlada a trav¨¦s de sensores de temperatura.
OuagaLab es una muestra de un fen¨®meno que no solo goza de buena de salud sino que va al alza: la emergencia de espacios de innovaci¨®n en el continente. Es cierto que son m¨¢s habituales los tech labs o tech hubs que trabajan en el entorno del software, el desarrollo de apps o la codificaci¨®n, pero, estos otros, los labs de fabricaci¨®n tecnol¨®gica, tambi¨¦n se han hecho con un hueco: desde Lom¨¦ hasta Nairobi o desde Dakar hasta Limpopo, una treintena de ciudades de ?frica subsahariana albergan estos lugares en los que se intentan construir soluciones creativas, pr¨®ximas y sencillas a todo tipo de problemas locales, combinando tecnolog¨ªa y creatividad.
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