Cursos online: todo para el pueblo, pero sin el pueblo

Las alabanzas de internet las hemos cantado todos: una fuente inagotable de conocimiento (y desconocimiento), un mundo de posibilidades sin dar un s¨®lo paso, una puerta a la informaci¨®n, est¨¦s donde est¨¦s y seas quien seas (con algunas excepciones). Cuando nos ponemos estupendos, parece que la red nos iguala tanto como la muerte.

Pero no. La omnipotencia de internet se diluye cuando hablamos de la que parad¨®jicamente tendr¨ªa que ser una de sus m¨¢s claras ventanas a la igualdad de oportunidades: los cursos online. Seg¨²n las estad¨ªsticas de Eurostat, el potencial democratizador de este modelo de formaci¨®n se nos est¨¢ escapando por el desag¨¹e. "Nos encontramos ante la paradoja de que tanto la tecnolog¨ªa como la educaci¨®n agudizan las desigualdades sociales y a la vez nos damos cuenta de que no podemos cambiar las cosas sin contar con esa educaci¨®n y esa tecnolog¨ªa", explica Antonio Rodr¨ªguez de las Heras, director del Instituto de Cultura y Tecnolog¨ªa de la Universidad Carlos III.

• Formaci¨®n sobre formaci¨®n

Aunque cada vez los cursamos m¨¢s -de hecho, en Espa?a nos situamos en lo alto del r¨¢nking-, los pupitres se reparten de forma desigual dependiendo del escal¨®n que han alcanzado los potenciales alumnos en su vida educativa. A lo largo y ancho de la Uni¨®n Europea, con la ¨²nica excepci¨®n de Finlandia y Lituania, las personas con educaci¨®n superior los cursan m¨¢s que quienes presentan un bajo nivel de educaci¨®n formal. "Los estudiantes sin un t¨ªtulo formal pueden verse intimidados por el contenido educativo superior", razona un portavoz de Coursera. Esta plataforma de aprendizaje ofrece m¨¢s de 2.400 cursos desarrollados por 185 instituciones educativas de 27 pa¨ªses.

En Espa?a, la brecha por nivel de formaci¨®n es adem¨¢s la m¨¢s pronunciada de toda la regi¨®n. M¨¢s de veinte puntos porcentuales separan a los estudiantes con educaci¨®n formal superior que hacen cursos online (26%) de aquellos que teniendo baja o ninguna educaci¨®n formal optan por esos programas (5%). En Skillshare, otra plataforma de formaci¨®n online, se reproduce este patr¨®n: un 70% de sus estudiantes, confirman fuentes de la empresa, tiene al menos una licenciatura. Desde su propia experiencia como docente en itinerarios educativos que combinan las aulas reales y las virtuales, Rodr¨ªguez de las Heras detecta otra barrera en los prejuicios que a¨²n suscitan los modelos online. "Sigue habiendo una cierta inercia en el valor que se da a la educaci¨®n en red con respecto a la educaci¨®n in situ. Y tambi¨¦n afecta en cuanto a la mentalidad de personas que no est¨¢n metidas en el ¨¢mbito educativo, a las que les parece que eso es de segunda", se?ala.

• Cosas de la gran ciudad

El lugar donde vives tambi¨¦n influye, seg¨²n los datos de Eurostat. En las zonas de gran concentraci¨®n de poblaci¨®n hay un mayor porcentaje de personas haciendo cursos online que en las ¨¢reas menos pobladas y tienen, en consecuencia, menos recursos de formaci¨®n offline. "El problema antes era que los padres llevaran a los ni?os a la escuela, aunque ya se hubiera puesto. Ahora tambi¨¦n nos pasa esto", propone Rodr¨ªguez de las Heras.

En este caso, Reino Unido es el ¨²nico pa¨ªs del entorno Europeo que desaf¨ªa la tendencia dominante. "Sabemos la cantidad de sombras que tiene la red en cobertura, pero una vez que ha llegado, hay que crear un proceso de canalizaci¨®n de empuje. Yo creo que son necesarias otras pol¨ªticas de aproximaci¨®n para ir cambiando esa mentalidad con respecto a los cursos en red", contin¨²a el director del Instituto de Cultura y Tecnolog¨ªa de la Universidad Carlos III.

En Udemy, otra plataforma de ense?anza online, ven esta transici¨®n como un proceso que ya est¨¢ en curso: "Tenemos m¨¢s de 30 millones de estudiantes y son tan diversos como el contenido en nuestras plataformas. Tenemos estudiantes en todas las esquinas del mundo y est¨¢n aprendiendo una pl¨¦tora de materias por razones personales y profesionales", asegura Llibert Argerich, vicepresidente de marketing.

• Formaci¨®n para profesionales activos y tecnol¨®gicos
  

En el apartado de actividad profesional se produce otra pareja de parad¨®jicas brechas. Por un lado, quienes tienes empleo son m¨¢s propensos recurrir a las aulas virtuales que quienes se encuentran desempleados. Por otro, mientras que la tercera parte de los profesionales TIC est¨¢ haciendo cursos online, la proporci¨®n se desploma cuando hablamos de otros oficios. "Seguir un curso en red exige una disponibilidad y una serie de destrezas que precisan un cierto aprendizaje", comenta Rodr¨ªguez de las Heras.

"Nuestro certificado profesional de soporte t¨¦cnico en TIC de Google est¨¢ dirigido al entrenamiento de estudiantes que carezcan incluso de t¨ªtulo universitario para acceder a puestos tecnol¨®gicos", explican desde Coursera. Gracias a un programa de ayudas econ¨®micas que la compa?¨ªa del buscador dirigi¨® espec¨ªficamente a estos colectivos de alumnos no tradicionales, el programa logr¨® diversificar su alcance. Un 51% de los matriculados no ten¨ªan t¨ªtulo universitario y casi el 40% estaban en el tercil de bajas rentas.

El dinero es un problema, pero tambi¨¦n puede ser la soluci¨®n. "Nuestra misi¨®n es mejorar vidas a trav¨¦s del aprendizaje y para ello ofrecemos nuestros cursos a precios muy asequibles. Como resultado, gente con todo tipo de bagajes econ¨®micos puede beneficiarse de nuestros contenidos", afirma Argerich. La aproximaci¨®n de Udemy combinada con las ayudas externas parece por ahora la ¨²nica capaz de asegurar la sostenibilidad de estas plataformas.

"La gratuidad absoluta a lo mejor no se va a poder alcanzar", prev¨¦ Rodr¨ªguez de las Heras

. Mientras tanto, en Coursera tienden puentes a los sectores m¨¢s reacios a sumarse a la academia online a trav¨¦s de modelos freemium."Nuestro modelo de cursos abiertos, en el que los alumnos pueden auditar la mayor¨ªa de nuestros cursos gratis, sirve para mitigar esto. De hecho, m¨¢s del 50% de los alumnos que solicitan un t¨ªtulo en Coursera se matriculan primero en un curso abierto", precisan.

En Skillshare ven un problema que v¨¢ m¨¢s all¨¢ de la plataforma. "Aunque el acceso es ciertamente uno de los motivos por los que la gente no progresa a la educaci¨®n superior, el problema es mucho m¨¢s complicado e inclie una mir¨ªada de factores sociales que van m¨¢s all¨¢ de la simple accesibilidad. Es ingenuo pensar que hacer accesible la educaci¨®n ser¨¢ la panacea para resolver los problemas que rodean la brecha educacional".

Pero de acuerdo con Rodr¨ªguez de las Heras, la educaci¨®n en red tiene otra deuda pendiente con el resto de sus alumnos. "Hay un reto que a¨²n no est¨¢ ni much¨ªsimo menos respondido, que es que las formas de comunicar en estos cursos en red son a¨²n muy toscas. Eso hace que muchas veces se hace cuesta arriba el seguimiento de cursos que son interesantes y pueden tener mucha utilidad", se?ala. ?Y si nada cambia en las aulas virtuales? "Posiblemente se seguir¨¢ agudizando esta brecha. Este es el peligro general".

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