?Es posible una Alexa feminista?
Tenemos la oportunidad de crear tecnolog¨ªas basadas en inteligencia artificial, como asistentes virtuales y 'chatbots', que nos ayuden a desafiar estereotipos y transformar din¨¢micas de poder basadas en el g¨¦nero
Hablar mal al asistente virtual parece una pr¨¢ctica inofensiva. "Es una m¨¢quina. Qu¨¦ m¨¢s da", razonamos. Si nuestro interlocutor fuese una persona, jam¨¢s le tratar¨ªamos as¨ª, ?verdad? Nunca responder¨ªamos con el desprecio que regalamos a Alexa cuando se equivoca, al Google Assistant cuando nos sugiere algo que no necesitamos, a Siri cuando no nos entiende. Tres voces de mujer que, adem¨¢s, responden con sumisi¨®n a estas agresiones.
"Los asistentes virtuales se caracterizan con frecuencia como mujeres. Una raz¨®n para esto es la demanda del mercado; la gente parece preferir que sus asistentes tengan una voz suave, amigable y femenina. Que estos sistemas expresen identidades y rasgos femeninos puede no parecer problem¨¢tico inicialmente, pero tenemos que considerar las implicaciones de asignar feminidad a bots que trabajan para nosotros como cuidadores y compa?eros, con identidades serviles", escribe Rhianon Williams, de Feminist Internet. Su reflexi¨®n se enmarca en su balance del proyecto Dise?ando una Alexa feminista promovido por este colectivo de artistas y dise?adores en colaboraci¨®n con University of the Arts London.
Los asistentes virtuales rara vez tienen la habilidad de condenar o reeducar comportamientos mis¨®ginos o abusivos
- ?El humano siempre tiene la raz¨®n?
El objetivo del taller era repensar el dise?o de estos asistentes, que hoy en d¨ªa son incapaces de responder a las necesidades de grupos minoritarios o marginados, contestar de forma constructiva al lenguaje abusivo y mantienen su intensa (y cuestionable) asociaci¨®n con identidades femeninas.
?Qu¨¦ pasa cuando tratamos mal a Alexa? Nada. "Los asistentes virtuales rara vez tienen la habilidad de condenar o reeducar comportamientos mis¨®ginos o abusivos. Alexa tiene un 'modo de retirada', pero incluso este es representativo de la pasividad femenina y la supresi¨®n: sencillamente se esconde si la llaman puta o le piden sexo", se?ala Williams. Ante preguntas de este estilo, el asistente recula con r¨¦plicas como "No voy a responder a eso" o "No s¨¦ qu¨¦ resultado esperabas".
Para reconstruir estas interacciones y convertirlas en un intercambio constructivo, los participantes del taller recopilaron situaciones en las que nuestro asistente virtual podr¨ªa darnos una lecci¨®n e imaginaron una nueva generaci¨®n de tecnolog¨ªas parlantes capaces de poner en su sitio a los usuarios con actitudes abusivas.
Pillow fue una de estas propuestas. Se trata de una almohada inteligente capaz de monitorizar el sue?o y, ahora s¨ª, incapaz de quedarse callada.
¡ªMis sensores han detectado que anoche tuviste sue?o inquieto, ?quieres algunos consejos para dormir mejor hoy? ¡ªpregunta.
¡ªNo, que te jodan ¡ªresponde el usuario.
¡ªPor favor, no digas tacos. No soy un ser humano pero estoy aqu¨ª para ayudar. Entiendo que est¨¢s cansado pero nadie necesita o¨ªr eso.
- Chatbots emp¨¢ticos
?Qu¨¦ dir¨ªa un hombre blanco heterosexual? Conocer esta respuesta es clave para corregir las carencias de los asistentes actuales, pues este colectivo sigue siendo el m¨¢s abundante en los equipos encargados de dise?arlos. Pero para cambiar las normas del mercado tambi¨¦n es importante conocer las barreras a las que se enfrentan ya los colectivos infrarrepresentados: una se?ora mayor que vive sola, un joven que tiene problemas para discernir fake news y realidad, una ni?a que se siente culpable de sus tendencias al bullying, un chico gay que encuentra problemas para desarrollar su sexualidad en un contexto religioso y conservador...
Tenemos la oportunidad de crear tecnolog¨ªas basadas en inteligencia artificial, como asistentes virtuales y chatbots, que nos ayuden a desafiar estereotipos y transformar din¨¢micas de poder basadas en el g¨¦nero, y tambi¨¦n podemos echar un cable a quienes m¨¢s lo necesitan. "Estos prototipos aportaron consejos, educaci¨®n sexual crucial y autoaceptaci¨®n, aliviaron la soledad y el aislamiento y cumplieron con las necesidades pr¨¢cticas de un variado grupo de gente que atravesaba experiencias diversas", relata Williams.
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