Los porqu¨¦s de la propaganda electoral que ves en Facebook

Ha llegado el momento de borrar la imagen cl¨¢sica de las campa?as electorales. Aquella pegada de carteles, fotos de candidatos por la calle, panfletos y m¨ªtines. Los partidos pol¨ªticos emplear¨¢n esta vieja escuela para las cuatro elecciones que afronta Espa?a hasta el 26 de mayo, pero las redes sociales son su verdadero campo de batalla. Esta propaganda oscura, imposible de rastrear salvo que la padezcamos, copar¨¢ euros y euros en los presupuestos. Sin embargo, proyectos como Whotargetsme pretenden sacar a la luz con qu¨¦ nos bombardean, incluso cuando nosotros no estamos interesados en ver este tipo de anuncios.

Esta herramienta gratuita consiste en una simple extensi¨®n para Chrome y Firefox y naci¨® en 2016 tras las elecciones del a?o anterior en Reino Unido. Sam Jeffers, uno de sus confundadores, empez¨® a estar preocupado por c¨®mo los anuncios en Facebook decantaron la balanza en favor de los conservadores. Una estrategia de marketing pol¨ªtico que conocen a la perfecci¨®n tambi¨¦n los partidarios del Brexit, Donald Trump o Barack Obama. ¡°Whotargetsme es una base de datos centralizados con la que descubrimos qu¨¦ tipo de propaganda usaron en Reino Unido. El voto cambi¨® en pocos lugares y muy espec¨ªficos, pero nadie le prest¨® atenci¨®n porque todo giraba en torno a las campa?as tradicionales¡±, sostiene Jeffers.

Whotargetsme ya ha saltado el Canal de la Mancha y en Espa?a puede instalarlo cualquiera. Como asegura su cofundador, se trata de aumentar la transparencia y rendici¨®n de cuentas. La sociedad tiene que saber qu¨¦ campa?as padecen y por qu¨¦ les llegan unos anuncios u otros. ¡°Los partidos recopilan en redes sociales nuestros intereses, lo que les permite establecer patrones de comportamiento y saber a qu¨¦ le vamos a prestar mayor atenci¨®n. Son las plataformas id¨®neas para pagar por amplificar sus mensajes¡±, a?ade. En pocas palabras Jeffers ha definido la microsegmentaci¨®n. Esta t¨¦cnica, propia de la publicidad, ha asaltado la pol¨ªtica gracias a su utilidad para conocernos individual y pormenorizadamente. Un ¨¦xito casi asegurado para ganar nuestros votos si lo comparamos con un simple carta que nos llega al buz¨®n.

Cualquier partido puede recopilar nuestra informaci¨®n en las redes gracias a una enmienda aprobada en el Senado el pasado mes de noviembre. ¡°Los partidos pol¨ªticos, coaliciones y agrupaciones electorales podr¨¢n utilizar datos personales obtenidos en p¨¢ginas web y otras fuentes de acceso p¨²blico para la realizaci¨®n de actividades pol¨ªticas durante el periodo electoral¡±, detalla el nuevo art¨ªculo 58 bis punto dos de la ley electoral; aunque el Defensor del Pueblo ya ha interpuesto un recurso de inconstitucionalidad para revertir la situaci¨®n.

Como explica Natalia Martos, CEO y fundadora de Legal Army, es una intromisi¨®n y contradicci¨®n absoluta con el derecho a la privacidad, m¨¢s blindado desde mayo del a?o pasado con el Reglamento Europeo de Protecci¨®n de Datos. ¡°El nuevo articulado est¨¢ fundamentado en el inter¨¦s p¨²blico, que ser¨ªa la defensa nacional, una pandemia o una guerra. El inter¨¦s p¨²blico no puede ser el de un partido. Rompen con un derecho fundamental¡±, zanja.

La batalla oculta en las redes, por mucho que se corrija la ley, ha permitido ya a los partidos segmentar a la poblaci¨®n y comenzar a avasallarla con la propaganda digital que deseen gracias al rastro que dejamos con nuestros tuits y mensajes. En palabras de Martos, la puerta est¨¢ abierta de par en par para conocer los rincones m¨¢s rec¨®nditos de los usuarios. ¡°Saben d¨®nde vives, tu entorno, tu perfil profesional e incluso tu intenci¨®n de voto, algo que pueden manipular de cara a las elecciones. Han conseguido su objetivo, al margen de lo que suceda con el recurso¡±, concluye.

• Los anuncios en Facebook son baratos

Facebook es una herramienta pol¨ªtica poderosa tanto por su escaso coste en comparaci¨®n con medios cl¨¢sicos ¡ªentre 10 y 20 veces m¨¢s barato¡ª como por la difusi¨®n exponencial que permite. ¡°Llegan a personas concretas m¨¢s f¨¢cilmente, especializan los mensajes de la campa?a y observan r¨¢pidamente el ¨¦xito de la propaganda¡±, destaca Jeffers. Para comprender la trascendencia que los partidos dan a este lado oscuro, basta con acercarse al Reino Unido y EE UU, donde van muy avanzados. En 2015, el partido conservador destin¨® durante la campa?a algo m¨¢s de un mill¨®n de euros a estos anuncios. Donald Trump, antes de llegar a la Casa Blanca, unos 200.000 semanales y, actualmente, el candidato dem¨®crata Bernie Sanders est¨¢ manejando cifras similares. En Espa?a, aunque sin datos exactos, el Partido Popular puso 290.000 en las pasadas elecciones generales, seg¨²n afirma un colaborador de Whotargetsme.

La maquinaria electoral la han engrasado todas las formaciones. Como subraya este colaborador de Whotargetsme, a excepci¨®n de Ciudadanos, que todav¨ªa no ha empezado a pagar en Facebook, el resto se desenvuelven c¨®modamente en este campo. ¡°Sin duda, el ¨²nico que hace campa?a diaria es Vox. De hecho, en las dos ¨²ltimas semanas han aumentado el n¨²mero de anuncios, incluso para impulsar su campa?a de crowdfunding¡±, mantiene. Gracias a esta herramienta de control , este colaborador se ha dado cuenta de que los peque?os partidos cada vez tienen m¨¢s presencia. PACMA utiliza la red de Zuckerberg para su campa?a de recogida de avales y Hogar Social y Falange Espa?ola de la JONS como simple publicidad. ¡°Lo mismo lo emplean para pedir donaciones o redirigirte a otra p¨¢gina como para ver si te unes a una lista de whatsapp¡±, explica el colaborador de Whotargetsme en Espa?a.

La campa?a oficial todav¨ªa no ha comenzado, pero la llegada al poder no espera. Las redes sociales parecen la nueva arena p¨²blica y la pol¨ªtica mueve sus hilos sin que parte de la sociedad se d¨¦ cuenta. Whotargetsme no previene de que? te topes con un anuncio del PSOE o de Podemos, pero intenta visibilizar uno de los lados oscuros de los partidos por muy transparente que parezca a ojos de cualquiera. ¡°Es la oportunidad de influir en la responsabilidad de las campa?as para tener una buena democracia. Ellos tienen que ganar, pero no a costa del sistema¡±, opina Jeffers.