Pen¨¦lope Hern¨¢ndez: ¡°Nos estamos dopando de ¡®cookies¡¯¡±
La matem¨¢tica y su equipo quieren averiguar hasta qu¨¦ punto toleramos los archivos de rastreo ('cookies') cuya descarga aceptamos por defecto cuando navegamos. Nos insta a rebelarnos contra esa cesi¨®n de datos
Da igual si est¨¢s en tu peso ideal. Si sumaras todas las cookies que te tragas al d¨ªa mientras navegas en internet no te podr¨ªas ni mover. La obesidad m¨®rbida te lo impedir¨ªa. Una web elegida al azar puede suponer aceptar, por ejemplo, 600 cookies. Si fueran galletas de verdad nos habr¨ªamos metido entre pecho y espalda 15.000 calor¨ªas. Eso solo con una p¨¢gina. ?Cu¨¢ntas visitamos al d¨ªa?
¡°Nos estamos dopando de cookies¡±, asegura la investigadora Pen¨¦lope Hern¨¢ndez, que compara tambi¨¦n estos peque?os archivos de informaci¨®n que nos trackean con las medicinas. ¡°?Son malos los antibi¨®ticos? No, porque salvan vidas. Solo son malos si se toman en exceso. La cookie, como el antibi¨®tico, tiene que existir, pero no podemos tomarlas por defecto¡±. Pero Internet no funciona as¨ª. Decimos s¨ª a las cookies sin saber muy bien qu¨¦ consecuencias tiene un consentimiento con caducidad de horas, d¨ªas, meses, a?os... Hay una que puede recabar informaci¨®n sobre nuestra actividad durante los pr¨®ximos 7.981 a?os. Su nombre: ¡°G_enabled_ IDPS¡±. Funci¨®n: desconocida, seg¨²n la Cookiepedia.
¡°Mientras navegamos estamos dejando un rastro con much¨ªsima informaci¨®n. Esos datos pueden proporcionarnos un servicio m¨¢s personalizado y esto est¨¢ muy bien. Nos facilitan la navegaci¨®n y pueden servir para que nos recomienden un nuevo grupo de m¨²sica o el siguiente libro para leer. Pero las cookies tambi¨¦n pueden comprometer nuestra privacidad. Estamos desprotegidos e incluso podemos estar actuando en contra de nosotros mismos¡±.
Esta matem¨¢tica, directora de Lineex (el mayor laboratorio del pa¨ªs de econom¨ªa experimental y del comportamiento), est¨¢ tratando de averiguar, a trav¨¦s de experimentos con casi 3.000 personas, hasta qu¨¦ punto el usuario est¨¢ preocupado por las cookies. El proyecto se llama Prived y est¨¢ financiado por la Fundaci¨®n BBVA.
- P. Los internautas preferir¨ªan rechazar muchas cookies, ?no?
- R. S¨ª, pero no sabemos qui¨¦nes ni cu¨¢ntos son porque el 99,9% de ellos las acepta. Puede que a ti te preocupe, pero tu comportamiento no me est¨¢ diciendo eso, todos aceptamos las cookies.
- P. Es que si no las aceptas muchas p¨¢ginas no te dejan seguir navegando...
- R. Cuando no tienes alternativa, la gente lo da todo. Vendes tu alma sin problema alguno, no sufres. Pero cuando alguien te llama a la puerta para venderte algo, puedes decidir si contestar o no y si quieres recibir informaci¨®n. En Internet eso no existe, est¨¢s expuesto de forma continua.
- P. Pero tampoco hay un filtro que me proteja.
- R. ?Por qu¨¦ no existe? ?Porque no nos importa dar toda nuestra informaci¨®n? ?Porque no lo sabemos? ?Porque a los que nos importa no nos queda otro remedio? Eso es lo que queremos tratar de responder en el estudio. Lo que s¨ª sabemos por la historia es que hay situaciones en las que decimos ya basta a esta entrega de informaci¨®n privada.
- P. ?En qu¨¦ situaciones ha sucedido esto?
- R. Nos parece normal que los diputados voten de manera p¨²blica pero hemos vivido situaciones como la ley del aborto y la guerra de Irak en las que el voto fue secreto. De repente esa informaci¨®n privada se convierte en un valor. En la vida real sabemos que la gente no quiere compartir su tendencia sexual o su consumo de alcohol, aunque es f¨¢cil deducirlo con el rastro que vamos dejando en la Red. El problema en Internet es que no sabemos qu¨¦ le importa al consumidor: ?su seguridad, su localizaci¨®n, sus ideas pol¨ªticas? Lo primero que hay que hacer es encontrar qu¨¦ cosas de m¨ª no quiero compartir.
- Qui¨¦n. Pen¨¦lope Hern¨¢ndez, directora de Lineex.
- D¨®nde. Normalmente de viaje con una maleta peque?a blanca donde siempre hay hueco para sus zapatos de tango. Los lleva a todas partes. Eso y una libreta negra para pensar.
- Trayectoria. Licenciada en matem¨¢ticas y doctora en Econom¨ªa, Hern¨¢ndez est¨¢ especializada en teor¨ªa de juegos, econom¨ªa de la informaci¨®n y del comportamiento.
- P. ?No puede funcionar al rev¨¦s? ?Crear el producto para proteger la privacidad?
- R. Ese servicio tendr¨ªa que poder llegar a esos consumidores que no quieren ceder parte de sus datos, pero est¨¢n dispersos.
- P. ?Y cu¨¢l es el problema?
- R. Si la demanda est¨¢ dispersa, no funciona. Ocurre como con los ¨¢tomos. Entran en acci¨®n cuando se juntan y tienen masa. Esto es igual. Todav¨ªa no ha surgido un fen¨®meno que aglutine a esos consumidores que est¨¢n preocupados por su privacidad.
- P. Es decir, ?har¨ªa falta un movimiento anti-cookies parecido al #MeToo que nos conciencie sobre este problema?
- R. Exacto. Todo el mundo est¨¢ en contra de las desigualdades de g¨¦nero. ?No hab¨ªa demanda de eso? Por supuesto que s¨ª, pero ha tenido que pasar algo para juntar a todas esas personas. Pensemos en los productos bio. Yo prefiero comprar leche de una vaca que ha sido cuidada de determinada manera. En Internet no tenemos ese tipo de productos. No sabemos ni cu¨¢ntas personas est¨¢n insatisfechas con las cookies que aceptan ni cu¨¢nto estar¨ªan dispuestas a hacer para evitarlas.
- P. ?Qu¨¦ han averiguado?
- R. Hemos realizado experimentos para poder medir esas variables de satisfacci¨®n e insatisfacci¨®n atendiendo a c¨®mo se produce el maltrato. Es decir, la informaci¨®n que te voy a dar (incluida la publicidad) va a depender mucho de los poquitos datos que me has dado al principio sobre ti. Hemos encontrado que hay variables de maltrato donde el usuario reacciona.
- P. ?Qu¨¦ tipo de variables?
- R. En Internet todo va muy deprisa y eso es un arma muy poderosa. Lo queremos todo ya mismo. Lo que hemos hecho es introducir cookies manipuladas que te hagan reflexionar. Entonces vemos que hay un cambio significativo.
- P. P¨®ngame un ejemplo
- R. Ofrecemos a la gente varias opciones. Si aceptas todas las cookies, el mercado te va a ofrecer lo que le d¨¦ la gana y t¨² te vas a aguantar porque has dicho que no te importaba. Imagina que te quer¨ªas cambiar de televisor. Realizas una b¨²squeda, decides y compras una. Pero te siguen bombardeando con anuncios de televisores durante un tiempo.
- P. ?Y si no quieres eso?
- R. Entonces te damos p¨ªldoras de informaci¨®n que te dan pistas de por qu¨¦ la experiencia es mala.
Todav¨ªa no ha surgido un fen¨®meno que aglutine a los consumidores que est¨¢n preocupados por su privacidad
- P. Los algoritmos son tan poco transparentes que no sabemos si nos manipulan con los datos guardados en las cookies.
- R. Hay una parte del algoritmo que es humana. Existe una estrategia para conseguir algo. Si el algoritmo te manipula para que solo oigas a determinado grupo de m¨²sica o leas a un autor concreto, entonces puedes hacer rico a alguien. Eso es manipulaci¨®n.
- P. ?Y c¨®mo podemos saber eso?
- R. No tenemos los mecanismos para saberlo. Yo me sentir¨ªa muy mal si me han manipulado para votar a un determinado partido o para comprar un producto que genera un problema social. Para m¨ª eso es importante. Pero no sabemos d¨®nde est¨¢ ese punto disruptivo.
- P. ?Qu¨¦ ser¨ªa en este caso el punto disruptivo?
- R. El momento en el que el consumidor se rebela.
Las empresas grandes tienen el poder del monopolio. Los gobiernos y la UE deben protegernos de ellas
- P. Las grandes empresas tecnol¨®gicas se quedan con los datos del consumidor. Pero uno podr¨ªa ser due?o de sus datos.
- R. Esto ser¨ªa empoderar al usuario, el mundo ideal. Para llegar ah¨ª tengo que saber que tengo valor y que alguien me protege.
- P. Porque adem¨¢s existe un inter¨¦s en que eso siga siendo as¨ª.
- R. Las empresas grandes tienen el poder del monopolio. Los gobiernos y la Comisi¨®n Europea est¨¢n obligados a protegernos de ellas.
- P. ?Hay entonces un fallo en la regulaci¨®n que no nos protege lo suficiente?
- R. La regulaci¨®n podr¨ªa limitar ciertos aspectos para que la manipulaci¨®n no sea escandalosa. Se est¨¢n buscando soluciones. ?C¨®mo? Todav¨ªa no se sabe, pero solo con regulaci¨®n no se arregla. Esto es como cuando tu madre te dice que comas bien. No es suficiente. Este es un problema mucho m¨¢s gordo de lo que parece.
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