?Eres poco productivo porque el mundo te hizo as¨ª?
Estos son los rasgos de la personalidad y los h¨¢bitos adquiridos que torpedean tu productividad
Lo de que llegue el lunes y no te apetezca ponerte a trabajar es un fen¨®meno casi global. Si conforme va pasando la semana sigues sin encontrar la forma de sacar el m¨¢ximo partido a tus horas, es posible que est¨¦n influyendo sobre ti algunos rasgos de tu personalidad y malos h¨¢bitos que te hacen menos productivo que tu compa?ero de al lado. Como en casi todos los aspectos que nos definen, no hay una ¨²nica explicaci¨®n: una combinaci¨®n de predisposiciones gen¨¦ticas y costumbres adquiridas conforman la f¨®rmula secreta de los trabajadores poco productivos.
- ?Se nace o se hace?
Los rasgos de la personalidad ¡ªlo que com¨²nmente se conoce como nuestra forma de ser¡ª tienen mucho que decir en nuestra capacidad de ser resolutivos y proactivos y cumplir con las exigencias del d¨ªa a d¨ªa. La competencia es uno de esos rasgos y describe la confianza en la propia capacidad de lograr las cosas. "Las personas competentes asumen que tienen la inteligencia, el impulso y el autocontrol necesarios para alcanzar el ¨¦xito", seg¨²n define la psicolog¨ªa de la personalidad. Eso les empuja a ser m¨¢s proactivos y hace que les cueste menos iniciar y terminar las tareas.
Para mantener el ritmo, tambi¨¦n hace falta motivaci¨®n intr¨ªnseca: la clave para no sufrir cuando no nos apetece trabajar es desarrollar la capacidad de mantenernos motivados sin recompensas externas. Se trata de una de las habilidades m¨¢s dif¨ªciles de aprender. "Parece que tenemos una aversi¨®n natural al esfuerzo persistente que ninguna cantidad de cafe¨ªna o carteles inspiradores puede arreglar", contaba Ayelet Fishbach, investigador y profesor de ciencias del comportamiento en la Universidad de Chicago, el a?o pasado a HBR.
La motivaci¨®n est¨¢ relacionada con el sentido del deber y la necesidad de logro, otro rasgo de la personalidad. "Las personas con puntuaciones altas en los test que eval¨²an esta ¨¢rea de la personalidad son ambiciosas y se esfuerzan mucho por alcanzar sus metas", explica la psicolog¨ªa de la personalidad. Sin embargo, llevado al extremo, puede hacer que las personas establezcan est¨¢ndares inflexibles y excesivamente altos, eval¨²en su comportamiento de forma demasiado cr¨ªtica y tengan una mentalidad de todo o nada sobre su desempe?o. Algo realmente poco productivo.
Para que la receta m¨¢gica funcione, tambi¨¦n hace falta autodisciplina. Lo que com¨²nmente conocemos como fuerza de voluntad. La psicolog¨ªa de la personalidad la define como "la capacidad de persistir en las tareas dif¨ªciles o desagradables hasta que se logran terminar". Las personas que poseen una alta autodisciplina son capaces de superar las reticencias a comenzar nuevas tareas y seguir centrado a pesar de las distracciones.
En general, estos rasgos se consideran relativamente constantes a lo largo del tiempo. Por eso, los psic¨®logos recomienzan examinarlos, ser conscientes de ellos y trabajar para utilizarlos en tu beneficio, en lugar de intentar cambiarlos.
- Tambi¨¦n influye lo que haces
Los rasgos son solo un punto de partida que se complementa con las experiencias que cada uno ha vivido y los aprendizajes que ha acumulado. Un ejemplo de ello son los h¨¢bitos, comportamientos que se convierten en un patr¨®n: algo que estamos acostumbrados a hacer y que se cuece en nuestro subconsciente. Y los realizamos sin pensar, de forma autom¨¢tica. Pero esta ventaja se convierte en un inconveniente cuando hablamos de malos h¨¢bitos. Son igual de autom¨¢ticos e inconscientes, y por lo tanto, igual de dif¨ªciles de modificar. Adem¨¢s, cuanto m¨¢s los repites, menos trabajo te cuesta seguir haci¨¦ndolos.
Es un mal h¨¢bito, por ejemplo, la procrastinaci¨®n. Aunque intentemos enga?arnos a nosotros mismos con la idea de que trabajamos mejor bajo presi¨®n, lo cierto es que hay otros muchos motivos mentales y emocionales que nos impiden ponernos a hacer las tareas con tiempo. La psic¨®loga laboral Elisa S¨¢nchez destaca puntos como que la tarea no est¨¢ alineada con los objetivos ¡ªno sabes muy bien por qu¨¦ tienes que hacerla¡ª o no percibimos la ventaja de realizarla y por esto nuestra motivaci¨®n disminuye. Los bloqueos emocionales, como el miedo al fracaso, un perfeccionismo excesivo o baja autoconfianza son otras causas "muy frecuentes, pero no siempre conscientes", explica S¨¢nchez.
Pero hacer todo lo contrario tampoco ayuda. Este estudio, publicado por la Universidad de Chicago, demuestra que la multitarea es una falacia. Cuando estamos haciendo tres cosas a la vez, el cerebro salta sin parar de una a otra, lo que constituye una pr¨¢ctica agotadora que te hace cada vez menos productivo. Sobre todo, cuando una de esas tareas implica estar conectados. Las notificaciones nos bombardean y los l¨ªmites entre lo digital y lo anal¨®gico se han difuminado hasta fundirse en una sola realidad.
Este es el motivo por el que luchar para desconectar se hace tan complicado. Si tienes un tel¨¦fono inteligente, debes asumir que no mirarlo no significa necesariamente estar desconectado. El estudio mencionado unas l¨ªneas m¨¢s arriba demuestra que la mera presencia del m¨®vil encima de la mesa resta capacidades incluso a aquellas personas que parecen lograr mantener su atenci¨®n y evitan tocar sus terminales.
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