C¨®mo fabricar una Alexa voladora para tu nave espacial (en menos de tres a?os)
Christian Karrasch, responsable del proyecto CIMON, repasa la experiencia de crear el primer asistente virtual para astronautas y sus planes de futuro
CIMON lleva un velcro en la nuca porque lo dijo Pedro Duque. "Fue a principios del a?o pasado. Hab¨ªamos ido a hacer algunas pruebas al centro de astronautas de Colonia y Duque estaba all¨ª. Fue de gran ayuda", recuerda Christian Karrasch, responsable de proyecto que ha culminado con el nacimiento del primer asistente inteligente espacial. Esta simple tirita permite a los astronautas anclarle a la pared de la nave cuando han terminado con ¨¦l.
Las siglas de su nombre (CIMON) vienen del ingl¨¦s Crew Interactive Mobile Companion, algo as¨ª como compa?ero de tripulaci¨®n interactivo y m¨®vil. Est¨¢ pensado para operar en el espacio en condiciones de microgravedad y actuar como fiel lacayo del astronauta. Lo m¨¢s parecido que podr¨ªamos tener en la Tierra es nuestro m¨®vil, si este fuera una pelota capaz de flotar, seguirnos por la casa y, llegado el caso, explicarnos con todo lujo de detalles c¨®mo arreglar el bote sif¨®nico. "Es mucho m¨¢s", precisa Karrasch.
Se inspir¨® en mucho m¨¢s que un m¨®vil volador. Hasta hace un a?o, el modelo de CIMON solo exist¨ªa en la ficci¨®n, concretamente en un anime japon¨¦s de finales de los setenta: Capit¨¢n futuro. En esta serie, el profesor Simon Wright -alter ego del asistente espacial- era un cerebro humano que habitaba una c¨¢psula transparente con tent¨¢culos mec¨¢nicos. Wright era el mentor del mism¨ªsimo Capit¨¢n Futuro y su consejero en asuntos de ¨ªndole cient¨ªfica.
Seg¨²n Karrasch, se parece un poco m¨¢s a Alexa, pero tampoco tanto. "No puedes enviar a Alexa a una esquina y pedirle que vuelva. CIMON es m¨¢s aut¨®nomo. Puedes pedirle que se acerque a un experimento, saque fotos durante dos minutos y regrese. Alexa puede ponerte m¨²sica o ayudarte a cocinar, pero no puede hacer tareas f¨ªsicas", razona.
- Trabajo en equipo
Este f¨ªsico alem¨¢n combina ahora su trabajo en CIMON con intervenciones como la que le ha tra¨ªdo a Madrid, a la Global Robot Expo, en las que canta las alabanzas de su asistente espacial, ¨²nico en el mundo y fruto de la colaboraci¨®n entre Airbus, IBM y la agencia estatal alemana.
CIMON alcanz¨® el m¨¢s literal de los estrellatos en tiempo r¨¦cord. El proyecto arranc¨® en 2016, hizo su primera prueba en un vuelo parab¨®lico en marzo de 2018, parti¨® rumbo a la Estaci¨®n Espacial Internacional en junio del mismo a?o y en noviembre, tuvo su primera conversaci¨®n espacial. "Dime algo sobre el espacio", pidi¨® Alexander Gerst. "Dos veces durante su ¨®rbita, Mercurio se acerca tanto a la velocidad del sol, que parece que el sol est¨¢ retrocediendo en el suelo". Despu¨¦s puso a prueba los catorce ventiladores que le permiten levitar por la nave con movimientos de m¨¢xima precisi¨®n, y al cabo de un par de experimentos m¨¢s, volvi¨® a su escondrijo.
Para conseguir todo esto en menos de tres a?os, el equipo de CIMON trabaj¨® a plena intensidad y eligiendo bien qu¨¦ batallas merec¨ªa la pena librar. "No gastamos mucho tiempo en trabajo de documentaci¨®n. Intentamos centrarnos en el software y el hardware. Si por el camino ve¨ªamos que algo nos iba a llevar demasiado trabajo, lo dej¨¢bamos como estaba y segu¨ªamos adelante", recuerda el responsable del proyecto. El resultado de esta metodolog¨ªa es un sistema de ciencia ficci¨®n construido con piezas de electr¨®nica comercial. "CIMON puede construirse con piezas como las que est¨¢s viendo aqu¨ª", asegura se?alando a los puestos de la feria de rob¨®tica. "Ten¨ªamos equipos muy experimentados tanto en Airbus como en IBM, pero combinar todo esto y hacerlo de manera que fuese apto para el espacio fue muy duro, sobre todo, por motivos de seguridad y presupuestos".
- El futuro de CIMON
Por lo pronto, el asistente sigue all¨¢ arriba, guardado en una caja, esperando pacientemente su pr¨®xima cita en la apretada agenda de la Estaci¨®n Espacial Internacional. Cuando llegue su momento, CIMON pondr¨¢ a prueba sus habilidades educativas, demostrar¨¢ otras posibles interacciones y monitorizar¨¢ el estado de ¨¢nimo del astronauta. "En el negocio del espacio es dif¨ªcil decir que CIMON se va a activar un d¨ªa u otro. Tenemos que ser flexibles", explica Karrasch.
Esta Alexa espacial tampoco est¨¢ exenta de los debates que suscita su prima terrestre. En ausencia de gravedad, entran en juego las mismas consideraciones ¨¦ticas y relativas a la privacidad de los tripulantes, que ya se ve particularmente menguada por las limitaciones de la vida en ¨®rbita. "Los astronautas firman un consentimiento para trabajar con CIMON, adem¨¢s, atravesamos consejos ¨¦ticos y m¨¦dicos, y el astronauta siempre puede negarse a que se monitorice su estado de ¨¢nimo", comenta Karrasch. Entre los planes de futuro para el asistente, est¨¢ la incorporaci¨®n de funciones de medici¨®n de temperatura, ritmo cardiaco y presi¨®n sangu¨ªnea.
Tambi¨¦n est¨¢ previsto completar su base de datos de experimentos, mejorar el modo en que muestra la informaci¨®n en su pantalla, su integraci¨®n en otro tipo de pantallas... Ahora la posibilidad de hacer pruebas en el espacio marca el ritmo. "Pero mientras tanto, queremos aprender todo lo posible con CIMON tal y como es ahora", sentencia Karrasch.
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