¡°La ¡®tinderizaci¨®n¡¯ del mercado de trabajo¡± y otras excusas para blanquear la precariedad
"Hablamos del intento de hacer de ser aut¨®nomo un peaje para poder trabajar: individuos precarios, compitiendo entre s¨ª y sobre los que han externalizado toda carga, sin derechos laborales y pag¨¢ndose los medios de producci¨®n"
Asistimos en los ¨²ltimos a?os a la proliferaci¨®n de columnas de opini¨®n y art¨ªculos que, barnizados con neolengua, hablan de salario emocional, flexiseguridad, trabajaciones, del coste de las bajas para las empresas o inflan la burbuja del emprendimiento ensalzando el autoempleo. Este refrito de temas pretende convencer al lector de que los tiempos cambian y de que el modelo laboral est¨¢ obsoleto, justificando y blanqueando la deriva de los ¨²ltimos a?os. Lo ¨²ltimo es la tinderizaci¨®n del mercado de trabajo que, seg¨²n dice el autor, hace que nos tengamos que acostumbrar a una mayor movilidad, tildando de obsesiva la idea de que las relaciones laborales se basen en el contrato fijo por cuenta ajena.
Se compara sin rubor una relaci¨®n laboral con las establecidas mediante apps de citas, como si acumular trabajos precarios fuera lo mismo que tener sexo cada d¨ªa con una persona diferente. Aceptando que las nuevas tecnolog¨ªas facilitan la contrataci¨®n de servicios y el contacto entre empresas y candidatos, la dignidad de los salarios o los derechos de los trabajadores no deber¨ªan degradarse. Las citas, sean fijadas en persona o por Tinder, nunca han estado eximidas del respeto mutuo que se deben los citados.
Se nos quiere convencer de que el cambio de modelo es inevitable y de que es un error may¨²sculo negarse a legislar conforme al nuevo paradigma. En esta ventana que se me abre para expresar mi opini¨®n, mi posici¨®n es clara y considero que en absoluto este cambio de modelo debe dar pie a una adaptaci¨®n legislativa, sin preguntarse antes si el modelo es leg¨ªtimo. Para m¨ª no lo es. Ser¨ªa como si tras un aumento del n¨²mero de incendios, hubiera que plegarse a legislar de qu¨¦ manera es legal preparar fuegos, en vez de tratar de evitarlos y sancionar a quienes los provoquen.
Lo que se llama evoluci¨®n del mercado de trabajo no es m¨¢s que un cambio unilateral de las reglas por parte de algunas empresas (seg¨²n la Uni¨®n Profesional de Trabajadores Aut¨®nomos UPTA, hay m¨¢s de 300.000 falsos aut¨®nomos). Lo que se conoce como uberizaci¨®n del trabajo, no es m¨¢s que el secuestro de ciertas profesiones ya existentes, con el resultado ¨Dintermediario tecnol¨®gico mediante¨D de un deterioro m¨¢ximo de las condiciones de los trabajadores, que de por s¨ª no eran precisamente boyantes en el modelo nativo (repartidores, taxi, etc.).
La defensa medi¨¢tica del nuevo modelo lleva dosis de liberalismo, de enaltecimiento del autoempleo y de "mejor trabajar en esto que en nada". Y la realidad es que estas empresas, seg¨²n reconocen ellas mismas, solo son viables ofreciendo estas condiciones precarias. En el caso contrario, cerrar¨ªan. Y no, no vale como excusa lo de abrir paso a la tecnolog¨ªa, porque esta ya se estaba aplicando en estos sectores.
Mientras la convenci¨®n social sea que el dinero obtenido gracias al trabajo (o a la imposibilidad para desarrollarlo por enfermedad, paro o jubilaci¨®n), sea el que nos debe pagar lo b¨¢sico (vivienda, alimentaci¨®n, ropa, etc.), frivolizar con el salario, las condiciones y los derechos de los trabajadores me parece reprobable.
Se educa y se informa para que, con tal de tener empleo, haya que asumir cualquier condici¨®n y, si es posible, para convencernos de que, en caso de emergencia, nos lancemos a ser el autoempleado hecho a s¨ª mismo, sin saber nadar y sin salvavidas (seg¨²n un estudio de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares, el 50% de los aut¨®nomos abandona antes de los tres a?os). El autoempleo se disfraza de autopista para el talento y la innovaci¨®n (cuando se trata de startups), de heroicidad (cuando se trata de salir como sea adelante), de libertad de elecci¨®n (cuando hablamos de multiempleo), pero todo resulta en que hay personas que deben pagar la cuota de aut¨®nomo, descontada del salario que antes obten¨ªan con un empleo y el demonizado contrato fijo.
Y s¨ª, el trabajo aut¨®nomo tiene su raz¨®n de ser en profesiones que se pueden ejercer como profesional libre o sin estructura societaria, pero de lo que hablamos es del intento de hacer de esta posibilidad un peaje para poder trabajar en determinados sectores, en condiciones deplorables, a beneficio de los empresarios, que disponen as¨ª de una fuerza de trabajo atomizada: individuos precarios, compitiendo entre s¨ª y sobre los que han externalizado toda carga, sin derechos laborales y pag¨¢ndose los medios de producci¨®n.
Si se encuentran en Tinder a alguien que defiende estas tesis, no queden, sus relaciones personales podr¨ªan ser precarizadas.
Jos¨¦ Manuel Mart¨ªnez Bedia es experto en financiaci¨®n p¨²blica de la innovaci¨®n y autor de La burbuja del emprendimiento y la atomizaci¨®n de la clase trabajadora.
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