Los algoritmos ganan las carreras en el Mundial de MotoGP
En el Mundial de MotoGP compiten 26 ordenadores sobre ruedas con 40 sensores que lo registran todo
Un Gran Premio de MotoGP es una confusa aglomeraci¨®n de sucesos, de gentes y de cosas en movimiento. Vista de cerca por primera vez, una moto a 326 km/h ni siquiera se ve, se oye. Percute los o¨ªdos, y as¨ª durante tres d¨ªas. Hay un momento de calma, no obstante, justo despu¨¦s de la sesi¨®n de calificaci¨®n del s¨¢bado, antes de la carrera. Los dos pilotos de Ducati se sientan en el box y estudian sus tiempos y los de sus rivales, comparan datos, comprueban si el papel que sujetan en la mano da el visto bueno a sus sensaciones. ¡°La sesi¨®n ha sido positiva, pero podr¨ªa haber ido mejor¡±, simplifica el responsable del Hospitality de la marca italiana, Yuri De Cassan. As¨ª se refleja en los rostros ligeramente contra¨ªdos de Andrea Dovizioso y Danilo Petrucci, quinto y s¨¦ptimo en la sesi¨®n, respectivamente, como si ese folio fuera el espejo del alma. Todo se explica con datos en una carrera de MotoGP.
Toda la informaci¨®n viene de 40 sensores repartidos por la moto que controlan hasta el detalle m¨¢s nimio en los entrenamientos y durante la carrera. La aceleraci¨®n, la frenada, el control de tracci¨®n, la temperatura de los neum¨¢ticos, las vibraciones, los grados de inclinaci¨®n de la m¨¢quina en las curvas, el n¨²mero de vueltas por minuto de la rueda, cada gota de gasolina¡ Casi cualquier circunstancia tiene su traducci¨®n en n¨²meros, en datos que se registran en cada sesi¨®n de trabajo en la centralita electr¨®nica de la m¨¢quina. En las entretelas de un deporte pasional, los algoritmos conquistan terreno.
A las afueras de las afueras de Barcelona, decenas de miles de personas van cayendo al circuito de Montmel¨® en coche y en moto, sonriendo como si el s¨¢bado fuera domingo, brillantes como el propio d¨ªa. Se celebra la s¨¦ptima prueba del Mundial y el sol y la brisa son las del Mediterr¨¢neo a mediados de junio. Desde dentro llega el eco creciente de unos tambores que anuncian la vor¨¢gine, el posterior zumbido constante (y dif¨ªcilmente soportable) de las motos. En las puertas, los tornos individualizan la multitud, uno, una, uno, uno, una, uno¡ 66.093 en los entrenamientos del viernes y el s¨¢bado, 91.734 en la carrera del d¨ªa siguiente. La masa es n¨²mero.
- Informaci¨®n en boxes
¡°Hay que pensar en la moto como en un ordenador. En cuanto llega al box, los mec¨¢nicos le pinchan el cable y env¨ªan los datos al servidor, y a partir de ese momento empieza el an¨¢lisis¡±, explica Yuri De Cassan. ¡°El personal de pista hace un estudio r¨¢pido que permite tomar grandes decisiones para la carrera en poco tiempo, entre sesiones, para ir lo m¨¢s deprisa posible¡±, explica.
Los responsables de la escuder¨ªa transalpina permiten ver esta escena desde la barrera (literalmente), y el reposo era solo aparente; en realidad, se aprecia un sordo y solemne trasiego, rasgado nada m¨¢s, un par de veces, por un destornillador neum¨¢tico. A un lado, pilotos e ingenieros de pista estrujan las cifras; al otro, los mec¨¢nicos desmontan cuidadosamente la moto, revisan y limpian las piezas, sustituyen lo necesario y vuelven a dejarla como nueva, con la configuraci¨®n exacta que solicitan los ingenieros. ¡°Cuando la dama est¨¢ desnuda, prohibido hacer fotos¡±, advierte Yuri De Cassan. Un chascarrillo en castellano con sonrisa y acento italianos, pero cuidado con mirar m¨¢s de la cuenta. En el box, cualquier ajeno es sospechoso de robo de informaci¨®n.
A estas alturas, por descontado, los datos ya llevan un rato en Italia. ¡°En Bolonia, los ingenieros trabajan para el desarrollo general de la moto a largo plazo, para esta temporada o para la siguiente¡±, a?ade De Cassan. Alguien tiene que llevar esos miles de megas de un lado a otro. En el caso de Ducati, la encargada es la estadounidense NetApp.
En un Gran Premio se generan 30 GB de datos por moto y hay que moverlos con agilidad. A raz¨®n de dos motos por piloto (que son seis, incluidos los de los dos equipos sat¨¦lite de la escuder¨ªa), Ducati se encuentra cada fin de semana del Mundial con 360 GB que debe guardar pr¨¢cticamente al instante y mantenerlos siempre disponibles (y protegidos). ¡°Almacenamos y llevamos esa informaci¨®n donde la necesite el cliente, y nuestra tecnolog¨ªa permite acceder a ella de la manera m¨¢s inteligente y r¨¢pida. El dato que se usa a menudo, un dato caliente para la empresa, debe estar siempre cerca, mientras que el dato fr¨ªo puede alojarse en una infraestructura secundaria. Despu¨¦s, cada cliente explota y enriquece los datos con herramientas y algoritmos propios¡±, resume el director general de NetApp Espa?a, Ignacio Villalgordo.
En un garaje de Sunnyvale (California, EE UU), los tres fundadores de NetApp (David Hitz, James Lau y Michael Malcolm) empezaron su actividad en 1992 en torno a un grifo de cerveza. Aquella imagen pervive hoy en una de las compa?¨ªas punteras en almacenamiento, distribuci¨®n y gesti¨®n de datos. ¡°A NetApp no le importa qu¨¦ guarda cada cliente en su barril, pero garantizamos que al abrir el grifo tendr¨¢ lo que necesite¡±, matiza Villalgordo. Por eso el software principal se llama OnTap, un juego de palabras que mezcla ¡°abrir el grifo¡± y ¡°al alcance¡±.
- Carrera de n¨²meros
En el paddock (antesala privilegiada de la pista), crece el jolgorio, tambi¨¦n el estr¨¦pito. Alguien pens¨® ¡ªgracias¡ª que regalar tapones para los o¨ªdos en la sala de prensa era una buena idea. Por ah¨ª se ven invitados vip, alguna modelo bajo el paraguas (todav¨ªa), sonrisas en danza, mucha gente, pilotos y mec¨¢nicos movi¨¦ndose veloces en esc¨²ter. Al menor descuido te atropella un petabyte.
Los ingenieros, los pilotos y los algoritmos llegan a conclusiones sorprendentes y variopintas a partir de lo que cuentan los sensores de la moto. Un poco m¨¢s de freno motor en la curva 3, m¨¢s aceleraci¨®n en la 5, menos control de tracci¨®n en la 8, pide el piloto. El ingeniero programa y la inteligencia artificial ejecuta, con la dificultad a?adida de que debe calcular d¨®nde se ubican las curvas en funci¨®n de la velocidad y la distancia recorrida: el GPS est¨¢ prohibido.
El an¨¢lisis de datos permite averiguar hasta lo m¨¢s insospechado y todos los equipos se vigilan. ¡°Con el sonido de la c¨¢mara de a bordo se pueden deducir las revoluciones a las que va un motor rival y la marcha engranada en cada momento¡±, asegura el jefe del departamento de Sistemas Electr¨®nicos de Ducati, Gabriele Conti, que, como todo ingeniero de MotoGP, vive mirando de reojo. ¡°Nadie conf¨ªa en nadie¡±, se r¨ªe, y reconoce que a veces no se f¨ªan ni de lo que dice el ordenador. ¡°Los datos reflejan hechos, pero las sensaciones, aunque sean dif¨ªciles de medir, son muy importantes. No puedes decir a un piloto que la moto va r¨¢pida si ¨¦l siente lo contrario. Hay que encontrar el punto medio entre el feeling y los datos¡±, asume Conti. En ¨²ltimo t¨¦rmino, al otro lado de la asepsia de los n¨²meros, en medio del griter¨ªo de las gradas, el estruendo de los boxes y el olor a goma quemada (as¨ª huele la velocidad, a penetrante chamusquina), asoma la inquebrantable pasi¨®n de las carreras.
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