Implantes radicales para c¨ªborgs felices
El futuro pasa por la extensi¨®n de los c¨ªborgs en el campo de la salud, mas all¨¢ de los debates ¨¦ticos
Esto no va de los implantes mamarios que aumentan a nuestras aspirantes a tronistas o a grandes hermanas. Ni tan solo de los implantes dentales que recuperan de forma permanente sonrisas perdidas, y que tienen su origen en un hallazgo investigador casual relacionado con conejos y huesos. Esto va de implantes que nos pretenden convertir en humanos aumentados. En superhombres y supermujeres con tecnolog¨ªa dentro de su cuerpo.
La noticia es recurrente, pero la ¨²ltima jugada del colectivo de autodenominados c¨ªborgs ha sido noticia por lo que representa: una usuaria de un Tesla 3, el veh¨ªculo m¨¢s popular de la marca del visionario Elon Musk ¡ªque ha lanzado el mercado del veh¨ªculo el¨¦ctrico y aut¨®nomo a un nivel cre¨ªble¡ª se ha implantado en el brazo la llave electr¨®nica de su coche. M¨¢s all¨¢ de lo ¨²til o peligroso que pueda ser un implante met¨¢lico en el cuerpo ¡ªesperamos el efecto rechazo de los metales implantados¡ª, no deber¨ªa ser ninguna novedad.
Suecia es el pa¨ªs de los implantes electr¨®nicos en el cuerpo. No es algo mainstream, no es como el f¨²tbol, pero s¨ª extendido: unas 4.000 personas de all¨ª llevan implantes subd¨¦rmicos para pagar o acceder a servicios p¨²blicos. En todo el mundo son unos 10.000, as¨ª que la afirmaci¨®n no es casual. Yo mismo conozco gente de all¨ª que luce orgullosamente su implante en la mano. No piensan en el control externo, en el Gran Hermano. Piensan en lo c¨®modo que es no tener que sacarse los guantes para buscar una tarjeta o el DNI en la cartera, que justo ese d¨ªa te has dejado en casa. Vivir bajo cero les hace m¨¢s pr¨¢cticos: han aceptado ser c¨ªborgs por elecci¨®n.
El propio vocablo c¨ªborg evoca la conquista del espacio: se acu?¨® en 1960 para referirse a un ser humano mejorado mediante tecnolog¨ªa que as¨ª podr¨ªa sobrevivir en entornos extraterrestres. Hoy en d¨ªa la Cyborg Foundation, fundada por los primeros autodenominados c¨ªborgs como Neil Harbisson ¡ªel hombre que siente colores mediante un sensor instalado en su cr¨¢neo¡ª para defender los derechos de los ciborgs, es m¨¢s un movimiento cultural de vanguardia que un verdadero est¨ªmulo para que la sociedad actual se aproveche de las ventajas de la tecnolog¨ªa y la fusione con su cuerpo.
Pero lo cierto es que el mundo est¨¢ lleno de c¨ªborgs. Es m¨¢s, con el paso de los a?os, todos vamos a convertirnos en uno: seres humanos mejorados mediante implantes tecnol¨®gicos, que vendr¨¢n a corregir nuestros problemas de salud. Disponemos desde hace a?os de marcapasos que devuelven a su ritmo al coraz¨®n loco al estilo Iron Man, implantes cocleares que mediante microelectr¨®nica devuelven el sentido del o¨ªdo al estimular el nervio auditivo, lentes intraoculares que nos devuelven la visi¨®n y se colocan tras la extracci¨®n quir¨²rgica de las cataratas -formadas por la opacificaci¨®n del cristalino y su rigidez debidas a la edad y la radiaci¨®n solar-, o las mismas pr¨®tesis de traumatolog¨ªa, que nos convierten, cambiando hueso y cart¨ªlago desgastado por metal y pl¨¢stico, en una especie de abuelo o abuela de Lobezno: podemos sentarnos, andar e incluso algunos pueden volver al deporte de ¨¦lite gracias a sus pr¨®tesis.
Pero tambi¨¦n existen los desfibriladores implantables, que desde dentro del cuerpo detectan anomal¨ªas y resetean el coraz¨®n, o los neuroestimuladores electr¨®nicos, que conectados al cerebro corrigen el p¨¢rkinson. Est¨¢ por venir la nueva generaci¨®n de ojos bi¨®nicos, que ya se pueden ver en Espa?a, y las pr¨®tesis confeccionadas con impresoras 3D para amputados, que reducen el coste y aumentan el rendimiento. Porque el reto es aumentar el rendimiento, el tener verdaderos implantes que nos lleven a otro nivel como especia humana. Por este hecho se lleg¨® a prohibir competir en atletismo con pr¨®tesis especialmente dise?adas, como es el caso del m¨¢s famoso atleta minusv¨¢lido de todos los tiempos. Empiezan a llegar los c¨ªborgs aumentados.
Con la llegada del 5G al mundo, seguramente vamos a m¨¢s y mejor uso de la tecnolog¨ªa para aplicar sensores a los pacientes cr¨®nicos y as¨ª poder tener sus datos a distancia. Sucede con la telemetr¨ªa de la F¨®rmula 1, algo que la escuder¨ªa McLaren ha testado con 30 ni?os pacientes en el Birmingham Childrens¡¯ Hospital. Es probable que un paso m¨¢s all¨¢ nos lleve a tener chips f¨ªsicos implantados para monitorizar o incluso resolver problemas graves de salud como el Alzheimer; existe una pr¨®tesis de memoria externa en la que ya trabaja la DARPA, que suenan un poco a los malos de Lost, pero que es una entidad dependiente del ej¨¦rcito americano. Tambi¨¦n existen diferentes estudios para mejorar las par¨¢lisis en seres humanos, cuyo futuro ideal se ha apuntado en ciertas pel¨ªculas dist¨®picas como Upgrade; en ella ¡ªalerta spoiler¡ª se resuelve la tetraplejia del protagonista mediante un microestimulador implantado a nivel del sistema nervioso central que le confiere propiedades sobrehumanas.
El futuro pasa por la extensi¨®n de los c¨ªborgs en el campo de la salud, mas all¨¢ de los debates ¨¦ticos que suscite el poder disponer de herramientas que nos hagan cumplir el lema ol¨ªmpico: m¨¢s lejos, m¨¢s alto, m¨¢s fuerte. La desigualdad que puede representar su uso para ir resolviendo ¡ªy aparafraseando a Yuval Noah Harari¡ª, la b¨²squeda cient¨ªfica de la vida eterna y feliz, y una nueva era plagada de robots. Solo que puede que esos robots felices seamos nosotros mismos¡
Frederic Llordachs?Marqu¨¦s es cofundador y socio de Doctoralia
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