?Y si los Reyes Magos no trajeran nada nuevo esta Navidad?

Ya es Navidad (...desde noviembre)Navidad no ha comenzado oficialmente y, sin embargo, seg¨²n las tendencias de consumo, los espa?oles ya han realizado dos tercios de las compras navide?as para este a?o. Entre los comercios y las luces de Navidad que van cogiendo cada vez m¨¢s presencia, las calles de las principales ciudades est¨¢n abarrotadas desde hace varios fines de semana. Hasta aqu¨ª nada nuevo, salvo porque este 2019 el contraste entre lo que en teor¨ªa queremos y lo que hacemos ha quedado muy claro: hemos pasado de las manifestaciones por la emergencia clim¨¢tica a las marabuntas en la calle (o en internet) consumiendo productos y comida en exceso estos d¨ªas.

?D¨®nde est¨¢ el cambio contra el cambio clim¨¢tico?

?No hemos aprendido nada este a?o? Pues s¨ª, de entrada si miramos a los personajes m¨¢s populares del a?o hay figuras como la de Greta Thunberg que han cobrado peso y relevancia en campos inimaginables hace tres a?os.

M¨¢s informaci¨®n

Internet: causante y v¨ªctima del calentamiento global

Sin embargo, estos cambios que ya empiezan a percibirse en la orientaci¨®n de los medios de comunicaci¨®n, redes sociales o en las conversaciones del d¨ªa a d¨ªa, a¨²n no han calado todo lo que debieran en nuestros h¨¢bitos cotidianos. Sobre todo, todo, no han tenido a¨²n el impacto suficiente en nuestros h¨¢bitos de producci¨®n y consumo como para revertir las tendencias m¨¢s nocivas del mercado.

No es un proceso f¨¢cil, tampoco: desde el momento en que un individuo o colectivo asume un problema como suyo, hasta conseguir cambiar las causas del mismo, se debe seguir un proceso de reeducaci¨®n y adaptaci¨®n a la nueva forma de actuar que todav¨ªa no hemos concluido en este caso.

?Si queremos de verdad salvar el planeta, por qu¨¦ no actuamos?

S¨ª, es cierto que la manifestaci¨®n en Madrid del 28 de septiembre pasado fue la mayor movilizaci¨®n por causas medioambientales hasta la fecha en nuestro pa¨ªs. Sin embargo, ?no se nos hace raro que le siga la campa?a m¨¢s exitosa de Black Friday en Espa?a, exactamente dos meses despu¨¦s? Este fen¨®meno comercial importado de Estados Unidos ha conseguido la mayor recaudaci¨®n en 2019 y, encima, este a?o se ha asentado la tendencia de grandes marcas de extender este d¨ªa de ventas desmesuradas a una semana (o 10 d¨ªas en el caso de algunos marketplaces). Seg¨²n el Estudio de Consumismo Navide?o 2019 de la consultora Deloitte, ¡°este a?o, el 31% de los espa?oles destin¨® m¨¢s de un tercio de su presupuesto navide?o a este d¨ªa, frente al 28% del a?o pasado.¡±

Apenas unos d¨ªas despu¨¦s de este Viernes Negro (negro para el planeta, que es el que paga al final) volv¨ªamos a ver manifestantes en la calle para exigirles a los gobernantes que tomen medidas serias durante la Cumbre del Clima de la ONU, la conocida como COP25 durante la que deb¨ªan desarrollarse los acuerdos de la Cumbre de Par¨ªs.?

Cuesti¨®n de escala

Como sociedad, parecemos estar convencidos de que debemos llegar a estos cambios y as¨ª se lo hacemos saber a nuestros gobernantes. Lo que ocurre luego entre estas protestas masivas o el bombardeo en redes sociales y nuestras acciones como individuos es que tendemos a relativizar el impacto de nuestras acciones. No es que no nos creamos responsables o a favor de actuar, es que no somos conscientes de la necesidad de un cambio radical en nuestra forma de vida y consumo (o no queremos serlo...porque complica el d¨ªa a d¨ªa). ?Por qu¨¦ no acabamos de sumarnos al cambio si parece que lo tengamos claro? Por dos factores principales:

Primero, la dimensi¨®n del problema. La emergencia clim¨¢tica es tan sumamente grande (es un problema planetario, global) que nos cuesta trabajo ver la relaci¨®n directa entre nuestro d¨ªa a d¨ªa y sus consecuencias. En segundo lugar, por lo que se conoce como la negaci¨®n del cambio, un fen¨®meno bastante com¨²n en nuestros d¨ªas que implica la no aceptaci¨®n del cambio continuo en nuestro entorno o el olvido de lo sucedido una vez no lo tenemos delante evadiendo as¨ª parte de nuestra responsabilidad.

Es decir, al enfrentarnos por primera vez en la historia del ser humano a una crisis humanitaria global, declinamos la responsabilidad del individuo en un tercero (los gobernantes y grandes multinacionales, en este caso). Al mismo tiempo, tras pasar por varias fases de confusi¨®n (no sabemos qu¨¦ pasa, no est¨¢ claro que sea cierto lo del cambio clim¨¢tico), rechazo (tampoco el problema es tan grave, podremos ponerle soluci¨®n, a¨²n queda mucho para ver las consecuencias¡­), verg¨¹enza (c¨®mo no lo hemos visto venir antes, yo siempre he reciclado en realidad, es que no nos informan bien de lo que estamos comprando¡­) y aceptaci¨®n (tenemos que hacer algo y hacerlo ya, saliendo a la calle para manifestarnos si hace falta), terminamos aplicando la ¨²ltima fase del olvido como mecanismo de defensa en nuestro d¨ªa a d¨ªa porque si no, ser¨ªa muy laborioso ir al supermercado, comprar comida preparada, m¨¢s costoso comprar ropa o desplazarnos en vacaciones...?

Habemus esperanza

Esto no quiere decir que toda la responsabilidad sea del individuo. Hay sociedades que tienen un impacto mayor que otras en el problema, al igual que hay personas que consumen y viven de una formas m¨¢s responsables que otras en nuestra propia ciudad. Lo que quiero decir con esta reflexi¨®n es que podemos tener mucho m¨¢s poder en revertir la situaci¨®n de la que imaginamos y esto, son buenas noticias si nos lo tomamos en serio.

Es complicado cambiar toda nuestra forma de consumir de golpe. Tampoco hay que ponerse metas imposibles¡­ En cualquier caso, si miramos hacia atr¨¢s, no hace tanto tiempo que vivimos de esta manera. De hecho, tan s¨®lo hace 50 a?os que los pl¨¢sticos entraron de lleno en nuestra cadena de consumo y estamos ante la primera generaci¨®n que ha crecido toda su vida con esta cultura del low-cost, fast-food y fast-fashion y el consumo en masa. S¨®lo una generaci¨®n de las miles de generaciones que han poblado la Tierra. Deber¨ªamos ser capaces de reeducarnos pues.

Por eso, Navidad puede ser una buena ocasi¨®n de educar con el ejemplo, regalando con cabeza de cara al futuro.

Los espa?oles tienen entre las 10 categor¨ªas favoritas para regalar estas fiestas a tres de las industrias m¨¢s contaminantes del planeta (moda, tecnolog¨ªa o electr¨®nica y viajes) Nuestros abuelos a¨²n se regalaban una naranja vaciada con algunas golosinas o juguete casero en el interior y hemos pasado en pocos a?os a preguntarnos qu¨¦ se le puede regalar a un ni?o que no tenga ya¡­Como en todo, es cuesti¨®n del c¨®mo m¨¢s que del qu¨¦ muchas veces, por lo que no digamos que no a los Regalos de Reyes, pero igual s¨ª que pueden ser algo menos abundantes y m¨¢s pensados este a?o.

Vianney Vaute es cofundador de Back Market