Sistema monetario: las grietas de un sistema centenario
Hasta ahora, los bancos centrales son el coraz¨®n de la m¨¢quina que mueve la econom¨ªa del mercado, y recurren a la banca comercial para bombear sangre en forma de liquidez a empresas y particulares.
Siete letras en un rinc¨®n a la izquierda de todos los billetes del euro resumen la esencia del dinero desde mediados del siglo XIX. Ese muy legible ¡°MDraghi¡±, la firma de Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo entre 2011 y 2019, significa que el papel que manejamos, junto a las monedas en las que se divide, est¨¢ avalado por un banco central. Cambian nombres ¡ªlos billetes de Christine Lagarde, sucesora de Draghi, empezar¨¢n a circular este verano¡ª y hasta instituciones ¡ªdonde est¨¢ el BCE estaba el Banco de Espa?a¡ª, pero la esencia no var¨ªa. Es un sello de confianza: el sistema financiero puede hundirse, pero tienes un papel en tu bolsillo, firmado por un italiano o una francesa, que dice que tus diez euros son diez euros.
Los bancos centrales son el coraz¨®n de la m¨¢quina que mueve la econom¨ªa del mercado, y recurren a la banca comercial para bombear sangre en forma de liquidez a empresas y particulares. Alrededor de estos elementos b¨¢sicos han ido surgiendo servicios y productos cada vez m¨¢s sofisticados. La digitalizaci¨®n ha facilitado y acelerado los procesos, especialmente en los servicios de pago, sin alterar lo fundamental del statu quo.
Pero las cosas est¨¢n empezando a cambiar. Tras d¨¦cadas y d¨¦cadas de estabilidad, sin cambios que se puedan considerar importantes, al sistema monetario le est¨¢n saliendo grietas, desencadenadas en primera instancia por una idea, una tecnolog¨ªa y una empresa. La idea es bitcoin, dinero por el pueblo para el pueblo, sin instituciones de control al mando. La tecnolog¨ªa es blockchain, la cadena de bloques, que certifica y descentraliza la informaci¨®n, permitiendo, al menos sobre el papel, sistemas de gobernanza m¨¢s ¨¢giles y democr¨¢ticos.
La empresa es Facebook que, aliada con otras compa?¨ªas, pretende crear una moneda digital, libra, para al menos 2.500 millones de personas, los usuarios de la red social. Las se?ales de estos cambios son tan fuertes que han llegado a instituciones tan adustas y conservadoras como los bancos centrales. Han desempolvado los informes de hace tres o cuatro a?os sobre la digitalizaci¨®n de la emisi¨®n de moneda, temi¨¦ndose que ahora va en serio y que si no toman las riendas del cambio, el cambio les pasar¨¢ por encima.
Es un fen¨®meno global: de China a Suecia, de Washington a Fr¨¢ncfort, las sedes de la Reserva Federal estadounidense y el BCE. Est¨¢ empezando la guerra por el dinero digital, y se vislumbran tres contendientes: los revolucionarios que quieren descentralizar la emisi¨®n del dinero, las empresas que sue?an con privatizarla y las instituciones, que, viendo su posici¨®n peligrar, apelan a la necesidad de mejorar el sistema sin arrasar sus cimientos.
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