Cuando la m¨²sica de los robots tambi¨¦n toma conciencia propia
?Podemos confiar en las m¨¢quinas? ?Mejorar¨¢n nuestras vidas con ellas? En la electr¨®nica pop y sus ramificaciones, la tecnolog¨ªa y la automatizaci¨®n no son simplemente el medio, sino, adem¨¢s, el mensaje. Y este es muy diverso.
El pasado 21 de abril fallec¨ªa a los 73 a?os Florian Schneider, cofundador de la banda alemana de m¨²sica electr¨®nica Kraftwerk (en espa?ol, Central El¨¦ctrica). Frecuentemente situados en el mismo plano de influencia que The Beatles por la prensa especializada, tratar de enumerar las aportaciones pioneras de Kraftwerk implicar¨ªa, por su volumen, correr un riesgo de imprecisi¨®n tan alto como innecesario. Por ponerles en perspectiva, los integrantes del d¨²o Daft Punk no hab¨ªan nacido cuando Kraftwerk ya plasmaba audiovisualmente los conceptos de puesta en escena por los que el grupo franc¨¦s iba a ser jaleado como innovador.
Originarios de la ciudad de D¨¹sseldorf, en la zona bajo control brit¨¢nico de Alemania Occidental, Schneider y su compa?ero Ralf H¨¹tter (a¨²n vivo y al frente de la banda, que este a?o ha tenido que cancelar su gira de 50? aniversario debido a la Covid-19) crearon sus propios g¨¦neros y subg¨¦neros al margen de la explosi¨®n del rock y en di¨¢logo con las vanguardias. Su exploraci¨®n de las texturas del sonido electr¨®nico, de instrumentaci¨®n austera y sugerente, les condujo a la conformaci¨®n de un discurso conjunto en torno a la rob¨®tica, la ciencia y el progreso, que desarrollaron en discos como Autobahn (1974), sobre las autopistas; Radio-Aktivit?t (1975), un juego entre la radioactividad y las emisiones de una radio, o Die Mensch-Maschine (1978), el hombre-m¨¢quina. La propuesta representar¨ªa todo un big bang para la larga lista de m¨²sicos que vendr¨ªan despu¨¦s a hablar de tecnolog¨ªa desde la tecnolog¨ªa.
Para la periodista cultural Elena Cabrera, fundadora del sello de tecno y electropop Autoreverse, hay un punto de partida que permitir¨ªa hablar de una filosof¨ªa com¨²n dentro del g¨¦nero: ¡°La confianza en las m¨¢quinas (e incluso el hombre-m¨¢quina) para realizar un arte sintetizado es lo esencial. No se trata de meter un sintetizador en una canci¨®n y ya, sino de estar seguro de que la m¨¢quina (en este caso: la caja de ritmos, el sintetizador o el secuenciador) pueden suplir all¨¢ donde la per- sona no llega. Es decir: no hace falta ser un m¨²sico virtuoso cuando cuentas con visi¨®n y una m¨¢quina virtuosa¡±.
Cabrera es una de las autoras de Anarqu¨ªa cient¨ªfica (La Felguera, 2019), libro coordinado por la tambi¨¦n periodista Patricia Godes, que recorre la historia de la banda espa?ola m¨¢s c¨¦lebre de cuantas haya marcado Kraftwerk: Aviador Dro. A la voz principal del grupo, Servando Carballar (autodenominado Biovac N), se le atribuye haber acu?ado el concepto tecnopop. Marta Cervera (ArcoIris), teclista de Aviador Dro y pareja de Carballar, recuerda que fue primero el discurso lo que les llev¨® a la m¨²sica electr¨®nica y no al rev¨¦s: ¡°Aviador Dro era un grupo literario. El electropop ni siquiera exist¨ªa entonces¡±, apunta. ¡°Nuestra primera intenci¨®n era formar un grupo de acci¨®n que recogiese nuestros postulados: que la rob¨®tica y la cibern¨¦tica iban a contribuir a la mejora de la humanidad¡±, cuenta Carballar, ¡°pero no ten¨ªamos la repercusi¨®n que quer¨ªamos. Eso coincidi¨® con la irrupci¨®n del punk. De pronto nos dimos cuenta de que, si nos sub¨ªamos a un escenario sin saber tocar y haciendo mucho ruido, la gente nos hac¨ªa mucho m¨¢s caso¡±.
¡°Quiz¨¢, de entre los grupos electr¨®nicos, seamos de los m¨¢s politizados. No desde un punto de vista partidista, sino de acci¨®n social¡±, afirma el cantante. Aviador Dro llegaron, de hecho, a plantearse en los a?os 80 la formaci¨®n de un Partido Futurista. En aquella ¨¦poca, cantaban a favor de la energ¨ªa nuclear (Nuclear s¨ª) y difund¨ªan textos como el Manifiesto de la Violencia Pr¨¢ctica (¡°El combustible est¨¢ contigo / El aroma del Dulce Acero / Las Herramientas / Las Palancas... / El futuro es vuestro: extinguidlos¡±). ¡°La mirada de Aviador Dro es la de confiar en la ciencia y abrazar el progreso, sean cuales sean sus consecuencias. No es que ellos conf¨ªen en un futuro positivo, es que el futuro siempre les va a parecer mejor que el pasado, aunque haya un gran peligro (por ejemplo, una fuga en una central nuclear): aceptan los riesgos de los avances cient¨ªficos¡±, explica Cabrera. ¡°Apuestan por el avance y la mutaci¨®n, lo cual sirve para explicar muy bien lo que piensan: si perdemos una falange en el camino de la evoluci¨®n, bien perdida estar¨¢. Por algo ser¨¢. La mutaci¨®n como idea de cambio constante, sin l¨¢stima por lo que queda atr¨¢s, tan de Aviador Dro, es un concepto fascinante y valiente¡±, a?ade la periodista.
Aviador Dro, preparados para la pandemia
Los trajes antirradiaci¨®n fueron una de las se?as de identidad de Aviador Dro en sus primeras apariciones televisivas. Siguen luci¨¦ndolos en sus conciertos y, en los ¨²ltimos meses, pese al par¨®n, aseguran que les han sido muy de provecho: ¡°Nos han protegido del coronavirus¡±, bromea el cantante Servando Carballar. La banda, que ten¨ªa previsto actuar en Londres el pasado mayo, ha continuado con su actividad durante el confi namiento: ha editado el disco Replicantes, con versiones de Aviador Dro realizadas por grupos internacionales, ha organizado un concierto online en un hangar y, seg¨²n avanza a EL PA?S Retina, se encuentra preparando su primer disco de estudio con canciones nuevas en casi diez a?os.
¡°Estamos trabajando en Tenochtitlan, que trata de un mundo paralelo donde el Descubrimiento tuvo lugar a la inversa. Imaginamos que los aztecas y su tecnolog¨ªa m¨¢gica fueron los que conquistaron la Europa del oscurantismo y hoy vivimos en ese mundo alternativo, que por otra parte seguro que existe en el multiverso. Siempre nos ha fascinado la cultura mesoamericana. En cierta medida, es un homenaje¡±, adelanta Carballar, cuyo deseo, asegura, es hacer una serie de discos ambientada en mundos paralelos. Aviador Dro ya public¨® en 2001 Mecanisburgo, un ¨¢lbum sobre una ciudad virtual que se acompa?¨® de un CD interactivo con gu¨ªa, personajes e historia del municipio y un juego de mesa.
Una visi¨®n que encaja con la idea desde la que Jade Dellinger, director de la galer¨ªa Bob Rauschenberg en Florida, emparenta a Kraftwerk con los estadounidenses Devo: ¡°Ambos son grupos que nacen de entornos pol¨ªticamente cargados, que abrazaron el progreso cient¨ªfico y tecnol¨®gico, pero entendiendo completamente el potencial ¡ªe incluso la probabilidad¡ª de que hubiera consecuencias negativas¡±. Dellinger, que ha comisariado instalaciones de artistas como Yoko Ono, Laurie Anderson o el ex-Kraftwerk Emil Schult, es autor de We are Devo! (SAF Publishing, 2003), biograf¨ªa del grupo de synthpop de Ohio. ¡°Devo so?aban con laboratorios de ADN recombinado. Contemplaron la posibilidad de hacerse cirug¨ªas pl¨¢sticas para alterar su apariencia. Sin embargo, su inter¨¦s en la transformaci¨®n o mejora de la condici¨®n humana ten¨ªa mucho m¨¢s que ver con la mejora del intelecto que con la fisiolog¨ªa. Se llegaron a catalogar como ¡®robots suburbanos monitoreando la realidad¡¯, mientras que Kraftwerk, igual que Andy Warhol, se reemplazaron a s¨ª mismos en el escenario por robots reales¡±.
Desconf¨ªa de tus m¨¢quinas
Cuando los progresos de la ciencia ya no son una quimera, sino una realidad efectiva y un arma en manos del enemigo, la electr¨®nica m¨¢s optimista deja paso al punk. Al fin y al cabo, hemos dejado de hablar del futuro para pasar a la urgencia de la cruda actualidad. La banda madrile?a Biznaga, fundada en 2012, ambienta muchas de sus canciones en entornos que parecen salidos de la ciencia-ficci¨®n dist¨®pica, pero los temas que aborda son inequ¨ªvocamente sociales. ¡°Es cierto que, cuando uno habla de la tecnolog¨ªa como tema en la historia del pop, no puede evitar pensar en cuatro se?ores detr¨¢s de sus sintetizadores, enfundados en monos fabriles y haciendo el robot. Pero la realidad de hoy es que todos vivimos bajo el signo de la tecnolog¨ªa, todos vamos por ah¨ª con una inteligencia artificial en el bolsillo¡±, dice Jorge Navarro, bajista y letrista del grupo. ¡°Ese futuro ideal, ir¨®nico y nost¨¢lgico que preconizaba la facci¨®n m¨¢s amable del tecno nunca termin¨® de llegar. Lo que nos queda es su fantasma, mucho m¨¢s sofisticado, sensual y subyugante, que es nuestro presente¡±, opina el m¨²sico.
Este a?o han lanzado un disco conceptual, Gran pantalla (Slovenly Recordings), donde reflexionan sobre c¨®mo el desarrollo de las telecomunicaciones ha apuntalado el poder del sistema para alienar y reprimir. Su primer sencillo, 2k20, comienza con toda una soflama: ¡°?Dios, la pantalla es Dios y yo su ap¨®stol!¡±. La raz¨®n de estructurar el ¨¢lbum en torno al concepto de ¡°pantalla¡± ¡ªque en uno de los cortes, Atentado, equiparan al poder judicial en tanto ficci¨®n de legitimidad¡ª se debe, en palabras de Navarro, a que ¡°la pantalla, o m¨¢s bien lo que ocurre tras ella, ha fagocitado al resto de temas, captur¨¢ndolos y transform¨¢ndolos a voluntad¡±. ¡°Es el medio por el que dotamos de sentido al mundo, por el que tenemos noticia de ¨¦l y por el que nos relacionamos con ¨¦l, influyendo poderosamente en la construcci¨®n imaginaria que hacemos de la realidad que nos rodea¡±, argumenta.
Los miembros de Aviador Dro coinciden en ver como un peligro muy real el avance del capitalismo digital y la hipervigilancia, si bien Servando Carballar, Biovac N, no comparte el sentimiento de derrota. ¡°La tecnolog¨ªa puede servir para que la polic¨ªa te localice y te ponga la rodilla en el cuello. Pero sirve igual para convocar y organizar las manifestaciones contra la polic¨ªa¡±.
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