Las reuniones por videollamada perpet¨²an las dificultades de las mujeres para ser escuchadas
Un estudio realizado entre directivas se?ala que al 45% les resulta m¨¢s dif¨ªcil hablar durante los encuentros virtuales. Una de cada cinco se sinti¨® directamente ignorada
Desde que se extendi¨® el teletrabajo al inicio de la pandemia cada vez m¨¢s investigaciones analizan los cambios sociales que ha tra¨ªdo este tipo de actividad al mundo laboral: desde las dificultades para conciliar hasta sus efectos emocionales en los empleados. Tambi¨¦n hay un enfoque de g¨¦nero: ?c¨®mo ha afectado a la situaci¨®n de las mujeres con su entorno laboral? El Foro Econ¨®mico Mundial recoge en un informe publicado recientemente que a casi la mitad de las l¨ªderes empresariales estadounidenses les resulta m¨¢s dif¨ªcil hablar durante las reuniones virtuales en plataformas como Zoom, mientras que una de cada cinco sinti¨® que directamente son ignoradas en esas llamadas.
El trabajo, realizado en conjunto con la ONG Catalyst, que trabaja para reforzar el liderazgo de las mujeres, encontr¨® tambi¨¦n que tres de cada cinco empleadas est¨¢n convencidas de que sus perspectivas de obtener un ascenso son peores en su nuevo entorno de trabajo remoto. Este temor es mayor para ellas que para ellos.
Las investigaciones previas avalan estas conclusiones. Hasta ahora, varios estudios han se?alado que ya se pasaba por alto las opiniones de las mujeres durante las reuniones en persona. Algunos investigadores acu?aron t¨¦rminos como manterrupting, cuando una mujer es continuamente interrumpida por un hombre; mansplaining, cuando un hombre explica ideas a las mujeres dando por sentado que no las saben, y bropropriating, cuando un hombre se apropia de la idea de una mujer. "En las reuniones, incluso cuando son informales, las mujeres tienen m¨¢s dificultad para discrepar y exponer su opini¨®n. Es una se?al de la socializaci¨®n que han tenido a lo largo de su vida por su g¨¦nero", explica Concepci¨®n Fern¨¢ndez, profesora de psicolog¨ªa social de la Universidad Complutense de Madrid.?
Ahora, dado que el trabajo remoto es el escenario com¨²n para muchos empleados, esta din¨¢mica se ha trasladado al mundo digital. En opini¨®n de Fern¨¢ndez, no es la tecnolog¨ªa la que ha provocado estas dificultades, tampoco est¨¢ ayudando a resolverlas, sino que las perpet¨²a. "Esta situaci¨®n se est¨¢ reproduciendo tambi¨¦n en el entorno digital simplemente porque ahora es ah¨ª donde se hacen las reuniones", explica Fern¨¢ndez.
Hay algunos aspectos concretos en los que puede ser un poco m¨¢s complicado expresar ideas durante una videollamada. "Es f¨¢cil ser ignorado o silenciado durante una llamada o una reuni¨®n de Zoom, donde los dem¨¢s no pueden leer tu lenguaje corporal e intuir si tienes una pregunta o quieres intervenir", explica Dafne Catalu?a, psic¨®loga y fundadora del Instituto Europeo de Psicolog¨ªa Positiva. "Y es m¨¢s f¨¢cil tambi¨¦n que suceda a personas cuya opini¨®n se suele tener menos en cuenta en esos entornos, como es el caso de las mujeres".
Otras habilidades personales tambi¨¦n influyen, como la directividad, es decir, la capacidad de poder plantear un objetivo y conseguir que los dem¨¢s te acompa?en para lograrlo. "La investigaci¨®n en psicolog¨ªa ha mostrado que esta fortaleza est¨¢ m¨¢s desarrollada en hombres", cuenta Catalu?a. "Esto explicar¨ªa en parte que no nos comuniquemos con la misma confianza o autoridad con la que suelen hacerlo ellos". La directividad tiene mucho que ver con la confianza que se tiene en uno mismo y con los procesos de socializaci¨®n.
"Las mujeres son vistas sistem¨¢ticamente como con menos autoridad, su influencia es menor. Hablan menos y cuando lo hacen no se les escucha tanto y se les interrumpe m¨¢s", explica Jessica Preece, profesora asociada de ciencias pol¨ªticas la Universidad Brigham Young (EE UU). Su equipo de investigaci¨®n descubri¨® el a?o pasado que, a pesar de los avances, las din¨¢micas sociales que pon¨ªan por debajo a las mujeres segu¨ªan prevaleciendo, "incluso en los entornos mejor intencionados". "El problema no es necesariamente intencional, es un problema sist¨¦mico. Hemos sido socializados durante a?os para descartar la experiencia y las perspectivas femeninas con m¨¢s facilidad que las masculinas", asegura Preece.
La tecnolog¨ªa no ha arreglado este problema, simplemente ha hecho que se le preste un poco m¨¢s de atenci¨®n. "Hasta que no hemos tenido que teletrabajar, nadie se ha preguntado si las mujeres tambi¨¦n son menos escuchadas en las videollamadas", explica Catalu?a.
?Soluciones?
Para que se tenga m¨¢s en cuenta la opini¨®n de las mujeres, tanto en el mundo anal¨®gico como en el digital, el consejo m¨¢s se?alado por las expertas es que tanto ellas como el resto de compa?eros presentes denuncien este comportamiento en el momento en que sucede. Para ello, se?ala Catalu?a, es necesario tener un nivel adecuado de asertividad, "ser capaz de comunicarse expresando nuestra opini¨®n claramente. Cuando llevamos mucho tiempo queriendo decir algo y no nos hemos sentido capaces de hacerlo, tendemos a ir al extremo opuesto y pedir las cosas enfadados, pero no es lo recomendable".?
Tambi¨¦n es importante que los l¨ªderes de la empresa hagan su parte para garantizar que no se perpet¨²a una cultura en la que lo habitual es interrumpir a las compa?eras o apropiarse de sus ideas. "Los jefes deben estimular la participaci¨®n de las mujeres, no deben dejar que se imponga por sistema la opini¨®n de quien m¨¢s participa o de qui¨¦n m¨¢s se hace o¨ªr", aconseja Catalu?a.
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