Construir para que nadie se quede fuera

La indonesia Daliana Suryawinata de 40 a?os, y el alem¨¢n Florian Heinzelmann, de 44, se conocieron en 2004 en el Instituto Berlage de R¨®terdam. Se casaron en 2007 y un a?o despu¨¦s naci¨® su hijo, Elian Surya. Entonces fundaron Suryawinata & Heinzelmann Architecture & Urbanism (SHAU). Ellos lo cuentan en este mismo orden: primero la vida, luego el negocio. En coherencia, su arquitectura es vitalista: han firmado trabajos autoconstruidos con comunidades, pero tambi¨¦n la Embajada de Indonesia en La Haya. Cuentan con 11 empleados y tres oficinas: en R¨®terdam, Passau (Alemania) y Java, donde se instalaron hace un lustro.

Comenzaron con un cl¨¢sico: investigaci¨®n y comisariado de exposiciones. Pero quer¨ªan construir e Indonesia apareci¨® en su mapa de oportunidades. Corr¨ªa 2013 cuando abrieron estudio en Yakarta. Dos a?os despu¨¦s se trasladaban a la provincia de Java Occidental. ¡°Sab¨ªamos construir, est¨¢bamos dispuestos a repensar las cosas y a trabajar sin prejuicios¡±. Fue una buena idea: dos a?os despu¨¦s comenzaron a llegar los premios.

Las m¨¢s premiadas han sido las 17 microbibliotecas erigidas con pocos materiales y muchas horas de di¨¢logo. Reciclaron tarrinas de helado y combinaron jard¨ªn con lectura, pero siempre trabajaron desde cero: consiguiendo financiaci¨®n y escuchando a los usuarios. Involucrar a la comunidad del lugar donde se construye protege la arquitectura, hace que la gente la sienta propia. ¡°Ese v¨ªnculo es tan importante como la financiaci¨®n¡±. Lo aprendieron de la manera m¨¢s dura. ¡°El mantenimiento es algo en principio ajeno a la arquitectura, pero si no busc¨¢bamos voluntarios nos encontr¨¢bamos bibliotecas convertidas en caf¨¦s. Llegaron a demoler una, la de Bojonegoro, construida con financiaci¨®n empresarial. ?C¨®mo vas a conseguir luego m¨¢s dinero?¡± ¡°Hemos visto a pol¨ªticos derribar lo que sus predecesores hab¨ªan construido. Eso no sucede cuando la gente hace suyo un edificio. Entonces est¨¢n obligados a respetarlo. De ah¨ª que defendamos el di¨¢logo con la comunidad y la previsi¨®n como parte del proceso constructivo. Es una inversi¨®n en el futuro del edificio¡±.

M¨¢s all¨¢ del trabajo con las comunidades, construyen viviendas con soluciones low tech: parasoles m¨®viles y plantas para mitigar las altas temperaturas, han recuperado espacios olvidados debajo de autopistas transform¨¢ndolos en parques como el Film Park de Bandung, bajo el viaducto de Pasupati. Cuando en 2017 terminaron la Embajada de Indonesia en La Haya ¡ªun proyecto que hicieron con el holand¨¦s Harmen van de Wal¡ª, fueron invitados a dise?ar el urbanismo de 58 kil¨®metros cuadrados ganados al mar. ?C¨®mo lo hacen? ¡°La arquitectura trata de dar forma a los lugares, pero son los lugares los que terminan por darnos forma a edificios y a personas. Vivir en Indonesia te deja claro que debes responder a lo que es necesario socialmente¡±, explican desde West Java.

Antes de independizarse trabajaron con los grandes estudios de R¨®terdam: Koolhaas (OMA), MVRDV, o West 8. Hoy trabajan a medio camino entre la autoconstrucci¨®n y los rascacielos. ¡°Somos una rama en ese tronco que se ha interesado por las comunidades y la urgencia de encontrar soluciones urbanas a sus problemas. Tratamos de conseguirlo con menos dinero, climatizaci¨®n pasiva y tecnolog¨ªa b¨¢sica (low tech). Es lo apropiado para nuestro contexto¡±, se?alan. Reconocen que OMA ¡ªel estudio de Rem Koolhaas¡ª es como una incubadora: ¡°No solo dise?a edificios, tambi¨¦n produce arquitectos porque ense?a a pensar sin prejuicios. MVRDV, Big o Alejandro Zaera salieron de all¨ª¡±.

¡°Los holandeses ya no consideran Indonesia un pa¨ªs en v¨ªas de desarrollo, sino un mercado. Por eso prima el conseguir financiaci¨®n y trabajar para el bien com¨²n, en lugar de dedicarse a colonizar el pa¨ªs con villas para los ricos. La arquitectura empieza con m¨¢s gente estudiando ingenier¨ªa o medicina que marketing y finanzas¡±, explican. Mencionan a las fundaciones Aga Khan y LafargeHolcim ¡ªque conceden ayudas a quienes ¡°mejoren la manera de vivir de los pobres¡±¡ª. Dado que la arquitectura se relaciona tradicionalmente con el poder, defienden que solo podr¨¢ ser transformadora si ese mismo poder ¡°considera clave el bienestar general del planeta¡±. Florian habla de una red de contactos y de las pol¨ªticas de CSR (Responsabilidad Social Corporativa) que obligan a construir lo que puede mejorar la vida de mucha gente. La otra v¨ªa de financiaci¨®n para los proyectos es el dinero p¨²blico. ¡°Cuando viv¨ªamos en R¨®terdam, enviamos nuestras ideas a Joko Widodo, que era gobernador de Yakarta¡±. Hoy es el s¨¦ptimo presidente electo de Indonesia. Ha apoyado muchas de sus iniciativas.

Al cambiar de escala han logrado financiar esos proyectos para la gente que nada tiene: ¡°Pagamos a nuestros empleados. Uno de los edificios que ayuda a pagar las horas dedicadas a la arquitectura comunitaria es el de la Embajada en La Haya¡±. Sostienen que la experiencia en los grandes despachos ¡°lleva a altos niveles de competencia¡±, pero la costumbre de dialogar que tienen las comunidades ¡°ense?a a resolver errores, es decir, a ser humano¡±. Defienden, dicen, ¡°una arquitectura paulatina en lugar de tratar de mover una monta?a de un solo gesto¡±.

¡°Medio planeta no puede explotar al otro medio. Europa tiene parques limpios y ciudades habitables. En Bandung est¨¢ el Citarum, el r¨ªo m¨¢s contaminado del planeta. ?Sabe por qu¨¦? Por la industria de la moda. La avaricia por producir lo m¨¢s barato posible lleva a la contaminaci¨®n y a la explotaci¨®n. La falta de equidad se debe arreglar desde todas las disciplinas, porque la econom¨ªa las salpica a todas¡±. ?Qu¨¦ pueden hacer los arquitectos? ¡°Curar tambi¨¦n a quien no puede pagar: dise?ar espacios p¨²blicos y viviendas sostenibles para que nadie se quede fuera¡±.