Carlos Mart¨ªnez: ¡°El gol de Iniesta lo vi antes¡±
La banda sonora deportiva de un par de generaciones de espa?oles recuerda a Michael Robinson y el Mundial de 2010
Cuando Alfredo Rela?o se lo llev¨® de la SER a Canal +, le dijo: ¡°S¨¦ que t¨² vales para algo, pero no s¨¦ para qu¨¦¡±. Una jugada del azar lo puso a retransmitir un partido y ya ha cumplido 30 a?os acompa?ando las im¨¢genes del f¨²tbol, ahora en Movistar +. Esta ser¨¢ la primera temporada en que no tenga a su lado a Michael Robinson, fallecido en abril: lo echa de menos cada d¨ªa. Equilibra su adrenalina y su ritmo fren¨¦tico cultivando bons¨¢is, creci¨® en el San Blas de la droga y triunf¨® en la comunicaci¨®n. Carlos Mart¨ªnez (Madrid, 56 a?os) es la banda sonora deportiva de un par de generaciones de espa?oles.
Pregunta. Cuando uno ve un partido de f¨²tbol retransmitido por usted, no s¨¦ si me equivoco, pero parecer¨ªa que se anticipa a los pases. ?Es as¨ª? Y, de ser as¨ª, ?c¨®mo?
Respuesta. Tiene que ver con que la dificultad m¨¢xima de nuestro oficio es contar las cosas en tiempo real. En el f¨²tbol existen una serie de cosas razonablemente previsibles. Hay muchas veces que trabajas con la cabeza por delante de la acci¨®n, adivinando qu¨¦ puede pasar. Est¨¢s como cogiendo un atajo un segundo por detr¨¢s y debes anticiparte.
P. El gol de Iniesta en el Mundial, ?lo vio antes?
R. Lo vi antes. Y me dio tiempo a cantar que no era fuera de juego. Aquello fue grande, la experiencia profesional y personal de nuestras vidas. No nos hab¨ªamos atrevido a so?ar que ganar¨ªamos un Mundial. Era imposible.
P. O sea, que s¨ª, que es usted mago. Algunos me quer¨ªan destrozar esa sensaci¨®n y me dec¨ªan que la se?al de audio llega antes.
R. No, generalmente llega despu¨¦s. Algunas veces te equivocas. Lo que hay que hacer es reconocerlo y ya est¨¢. Esto se basa en la no impostura. Si puedes, hazlo con iron¨ªa y con humor, como dir¨ªa mi amigo Michael.
Lo complicado de este oficio es hacer entretenido un partido malo
P. ?C¨®mo es el f¨²tbol sin Michael Robinson?
R. Pasamos mucho tiempo en los estadios sin nada que hacer y eso es tiempo para pensar en Michael. ?Joder! Cada comentario ahora se queda en el aire. Estoy constantemente ech¨¢ndole de menos porque no tenemos con qui¨¦n compartir esta historia, adem¨¢s, del f¨²tbol sin gente en los estadios, sin c¨¢nticos y con mascarilla. Cuanto m¨¢s an¨®mala era la situaci¨®n, y esta lo es, m¨¢s brillante resultaba. Nuestro oficio es extremadamente f¨¢cil cuando el partido es bueno. Lo complicado es hacer entretenido un partido malo. Y eso lo bordaba.
P. ?Ha estudiado m¨²sica?
R. Solfeo, como cualquier chaval que haya sido alumno de los Salesianos.
P. Es que m¨¢s que narrar usted los partidos, los canta.
R. Siempre he pensado en la narraci¨®n como la banda sonora del partido. Nunca puede sustituir a la acci¨®n; no es m¨¢s importante, pero acent¨²a la emoci¨®n que tienes al ver la escena. Ayuda de manera m¨¢s intensa en lo que sientes. Pero no debes sentirte protagonista de la pel¨ªcula.
P. ?De d¨®nde le viene lo del f¨²tbol?
R. Yo no tengo un carajo que ver con aquello que se supone un comentarista profesional. Antes de empezar a trabajar en esto, al campo solo hab¨ªa ido una vez en mi vida. Y a un amistoso, un Atl¨¦tico de Madrid-Cosmos.
P. ?Eso quiere decir que es del Atleti?
R. No. Quiere decir que a mi padre le dieron unas invitaciones y no pudo ir. Entre otras cosas, no iba por razones econ¨®micas; en casa no ten¨ªamos para eso. Pero he jugado mucho al f¨²tbol y lo echo mucho de menos.
P. Pero no me va a decir de qu¨¦ equipo es...
R. No. Mi padre era del Atl¨¦tico, y hasta ah¨ª puedo leer. Entre otras cosas, porque pertenezco a una generaci¨®n en la que eso no se dec¨ªa. No la de interpretar el f¨²tbol desde el punto de vista del hincha.
P. La polarizaci¨®n.
R. Hemos perdido la capacidad de ponernos en la piel del otro y escuchar a quien no piensa lo mismo que nosotros. As¨ª no hay manera de crecer ni de aprender. Es de una ridiculez asombrosa. Me temo que ese infantilismo ha llegado para quedarse.
Antes de empezar en esto solo hab¨ªa ido una vez al campo
P. Dice que en su casa no hab¨ªa dinero para ir al f¨²tbol. ?Or¨ªgenes humildes?
R. Yo soy de barrio, de San Blas [en Madrid], y a mucha honra. No ten¨ªamos dinero para el f¨²tbol ni para cromos, ni se nos ocurr¨ªa, aunque llegu¨¦ a hacer mi primera colecci¨®n estraperlando un ¨¢lbum porque mi t¨ªo trabajaba en Coca-Cola. Mi padre curr¨® desde los 12 a?os en una empresa de herramientas de coche y mi madre, ama de casa. Viv¨ªamos en un piso humilde y dieron carrera a quien lo solicit¨®. Cuatro hijos en ese San Blas con otra pandemia: la de la hero¨ªna. Muy cercana, en el colegio, en la calle, en el portal...
P. ?C¨®mo escapa uno de eso?
R. Probablemente por azar, por fortuna, no s¨¦ si por seso; ca¨ªan amigos con demasiada frecuencia. Venir de ah¨ª es una ventaja en la vida. Cuando te dedicas a la supervivencia est¨¢s m¨¢s preparado que otros, te adaptas a los palacios con m¨¢s comodidad.
P. ?Aprendi¨® mejor su oficio escuchando la radio o viendo la tele?
R. Con la radio, sin duda. Eso me permiti¨® trasladar a la televisi¨®n m¨¢s ritmo, m¨¢s emoci¨®n, creo. Parte de mi estilo es radio trasladada a la tele. Pero eso hab¨ªa que hacerlo poco a poco en una ¨¦poca en la que se pensaba en el medio que apenas ten¨ªamos que limitarnos a narrar lo que la gente ve¨ªa.
P. Cuando uno le escucha hablar a esa velocidad y con ese control no se sabe muy bien si es usted culo inquieto o zen.
R. Intento equilibrarlo. Soy de temperamento volc¨¢nico, esto no quiero que suene a pichorra, pero mi trabajo consiste en ser algo zen. Por eso cultivo bons¨¢is desde hace 25 a?os. Tambi¨¦n leo y encaro el camino de la meditaci¨®n. En mi naturaleza va conmigo hacer el bestia, la adrenalina, escalar, bucear con tiburones y en cuevas¡ esas cosas, pero lo contrasto con cierto control de las emociones mediante esas otras aficiones.
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