Pasajero desconocido

Tengo malas noticias. ?Te acuerdas del paseo mar¨ªtimo que tanto te gustaba, ese que iba desde el faro hasta aquella iglesia tan bonita? Pues ah¨ª sigue, pero lleno de tienduchas. Llegu¨¦ a contar ocho, todas en fila. En algunos casos, lo ¨²nico que separaba una tienda de otra tienda era una tercera tienda id¨¦ntica a las otras.

A m¨ª ya sabes que todas estas franquicias playeras siempre me han hecho mucha gracia, tan impersonales y tan parecidas que me divierto fij¨¢ndome en qu¨¦ tienen de diferente, como si fuera un pasatiempo, pero a ti te habr¨ªan horrorizado. Las vi ayer, cuando baj¨¦ al pueblo a comprarme algo de ropa, y enseguida te imagin¨¦ recorriendo el paseo, con una mano levantada y puesta as¨ª, como si fuera una anteojera, para protegerte de todas las tienduchas y concentrarte en las olas rompiendo contra las rocas de la playa.

Maribel es un amor. Cuando la llam¨¦ para que supiera que ya hab¨ªa llegado acab¨¦ cont¨¢ndole tambi¨¦n lo de la maleta, y me dijo que cogiera lo que quisiera de su armario. Evidentemente, no me vale nada. Creo que en su cabeza sigo siendo aquella ni?a diminuta, la que se pasaba las tardes persiguiendo a su gata con Juanjo, el hijo de su vecino. ?Te acuerdas?

Estuve volviendo a ver el ¨¢lbum de fotos de aquel viaje hace poco. Se nos ve¨ªa muy felices, a ti sobre todo. De todos los veranos que pasamos aqu¨ª, creo que aquel fue mi favorito. Si termin¨¦ de animarme para hacer este viaje fue gracias a esas fotos. Se me ocurri¨® utilizarlas como gu¨ªa, recorrer de nuevo todos los lugares que visitamos entonces y aprovechar para volver a fotografiarlos, aunque t¨² no est¨¦s. Por eso me tiene tan fastidiada haber perdido la maleta. La c¨¢mara de fotos y el resto de cosas importantes las llevaba en el bolso, pero el ¨¢lbum iba all¨ª dentro. La ropa y todo lo dem¨¢s me dan igual, pero ese ¨¢lbum de fotos s¨ª que me gustar¨ªa recuperarlo.

He vuelto a llamar a la aerol¨ªnea pero parece que soy la ¨²nica que les est¨¢ reclamando por una maleta intercambiada, as¨ª que sea quien sea quien cogi¨® mi maleta por error, tal vez no se haya dado cuenta todav¨ªa de que la que tiene en casa no es la suya.

Yo he vuelto a curiosear dentro de la que tengo aqu¨ª, por si hubiera algo que me sirva para localizar a esta persona. Solo hay peri¨®dicos antiguos, como te dec¨ªa ayer, todos del diario de la isla, y fij¨¢ndome bien me he dado cuenta de algo: son todos de la misma fecha, el 28 de agosto. De diferentes a?os, pero todos del 28 de agosto.

Qu¨¦ curioso, ?no? A m¨ª me lo parece, desde luego.

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Una maleta equivocada