El mayor compendio de datos sobre medicina espacial detalla lo que le sucede en sus viajes al cuerpo de los astronautas
Sin sistemas de protecci¨®n, los ri?ones ser¨ªan uno de los ¨®rganos que fallar¨ªan tras el tiempo de exposici¨®n a la radiaci¨®n necesario para llegar a Marte y volver
En la d¨¦cada de 2030 est¨¢ previsto que se comiencen a construir bases lunares permanentes y en las d¨¦cadas posteriores es posible que se intente el salto a Marte. Estos grandes proyectos, adem¨¢s de los de turismo espacial, aumentar¨¢n el n¨²mero de personas que viajen al espacio. Por ese motivo, es importante conocer con precisi¨®n los efectos que tienen estos periplos para la salud. Las d¨¦cadas de exploraci¨®n espacial, en particular la gran cantidad de astronautas que han vivido durante meses en la Estaci¨®n Espacial Internacional, ha proporcionado mucha informaci¨®n sobre lo que le sucede al cuerpo en la ¨®rbita terrestre. Hoy, la revista Nature publica el mayor compendio de datos sobre medicina y biolog¨ªa aeroespacial hasta la fecha. Los autores del trabajo sugieren que la medicina espacial necesita desarrollar sus propias bases de datos, herramientas y protocolos para alcanzar el nivel que tiene la disciplina en la Tierra.
En uno de los art¨ªculos, se presenta el Paquete de Atlas M¨¦dico y de ?micas Espaciales (SOMA). En ¨¦l se incluyen datos recogidos en proyectos como el estudio que se realiz¨® con los gemelos Kelly, midiendo las diferencias entre el que viaj¨® al espacio y el que permaneci¨® en la Tierra, el proyecto Inspiration4, una excursi¨®n de tres d¨ªas para cuatro astronautas aficionados organizada por Space X, o datos de las misiones de la agencia espacial japonesa (JAXA).
Los datos de Inspiration4 muestran que un vuelo de corta duraci¨®n en la ¨®rbita baja de la Tierra, a poco m¨¢s de 500 kil¨®metros de altitud, produce cambios parecidos a los de m¨¢s larga duraci¨®n. Muchos de esos efectos son similares a los que se observan cuando el cuerpo percibe alguna amenaza, como un elevado nivel de citoquinas, unas prote¨ªnas que regulan la respuesta de las c¨¦lulas del sistema inmune, un alargamiento de los tel¨®meros, que tambi¨¦n sucede cuando hay una necesidad de reparaci¨®n de las c¨¦lulas, cambios gen¨¦ticos que favorecen la activaci¨®n inmunitaria o repuestas frente al da?o del ADN.
Christopher Mason, profesor de la Universidad Cornell y uno de los autores de los estudios, cree que la disrupci¨®n que se observa en el sistema inmune ¡°son parte de la adaptaci¨®n al vuelo espacial, a una situaci¨®n en la que el cuerpo est¨¢ sometido a estr¨¦s, por la microgravedad, por una mayor exposici¨®n a la radiaci¨®n y a un entorno raro, con cambios de fluido que trastornan el sistema linf¨¢tico¡±. ¡°Nuestros cuerpos han evolucionado para vivir con gravedad y creemos que estos cambios en el sistema inmune son una adaptaci¨®n para un trastorno indeterminado que percibe el organismo¡±, a?ade.
La buena noticia es que m¨¢s del 95% de los marcadores alterados durante el vuelo espacial regresaron a los niveles normales en los primeros tres meses tras el regreso a la Tierra. Algunas citoquinas, prote¨ªnas y genes permanecieron con la activaci¨®n propia del vuelo espacial durante m¨¢s de tres meses y ser¨¢ necesario estudiar si eso tiene consecuencias negativas. Las mujeres recuperaron los niveles normales de los marcadores estudiados m¨¢s r¨¢pido que los hombres.
Otro de los estudios, publicado hoy en Nature Communications, ha identificado un obst¨¢culo fisiol¨®gico para un viaje tan largo como el necesario para llegar a Marte y volver. La mayor parte de los viajes espaciales, como los de los astronautas que orbitan en la Estaci¨®n Espacial Internacional (ISS) o los turistas espaciales, permanecen en la ¨®rbita baja de la Tierra, donde a¨²n est¨¢n bastante protegidos de la radiaci¨®n c¨®smica por el campo magn¨¦tico de nuestro planeta. Solo 24 personas, los estadounidenses que viajaron a la Luna con el programa Apolo entre 1969 y 1972, se vieron expuestos a los rayos sin ese escudo y en ning¨²n caso durante m¨¢s de 12 d¨ªas.
Aunque en los viajes espaciales se ha detectado p¨¦rdida de hueso, un debilitamiento del coraz¨®n o de la vista y el desarrollo de piedras del ri?¨®n, los astronautas nunca se han expuesto a la hostilidad del espacio profundo durante el largo periodo necesario para ir a Marte y regresar. Un equipo de University College London ha analizado lo que sucede en los ri?ones cuando se viaja al espacio, acumulando datos de astronautas y haciendo simulaciones de viajes de larga duraci¨®n en ratones y ratas.
Los resultados muestran que las condiciones de microgravedad o la radiaci¨®n espacial cambian los ri?ones de humanos y animales. Por un lado, la microgravedad, probablemente, cambia algunas estructuras de estos ¨®rganos, algo que cambia la forma en que procesan las sales y facilita la aparici¨®n de piedras en el ri?¨®n, un problema asociado al vuelo espacial. Estos cambios se podr¨ªan acelerar tambi¨¦n por la exposici¨®n a los rayos c¨®smicos. Uno de los resultados m¨¢s alarmantes del equipo de UCL es que, al exponer a ratones al equivalente a dos a?os y medio de radiaci¨®n c¨®smica, sus ri?ones sufrieron da?os permanentes. ¡°Si no desarrollamos nuevas formas de proteger los ri?ones, aunque los astronautas lograsen llegar a Marte, podr¨ªan necesitar di¨¢lisis en el camino de vuelta¡±, apunta Keith Siew, primer autor del estudio. ¡°Sabemos que los ri?ones tardan en mostrar da?os por radiaci¨®n; cuando sean visibles, probablemente ser¨¢ demasiado tarde para evitar que fallen y podr¨ªa ser catastr¨®fico para la misi¨®n¡±, a?ade.
En los estudios tambi¨¦n se analizan los efectos del viaje espacial en un posible embarazo, los da?os en la piel, en la microbiota intestinal o en el funcionamiento del h¨ªgado. La acumulaci¨®n de informaci¨®n ser¨¢ necesaria para dise?ar los sistemas de protecci¨®n o, incluso, los tratamientos farmacol¨®gicos que protejan a los astronautas de los riesgos del viaje espacial. Algunos de esos productos, como unas pastillas que permitiesen soportar la radiaci¨®n, tendr¨¢n aplicaci¨®n en la Tierra, incrementando, por ejemplo, los m¨¢rgenes de seguridad de la radioterapia que reciben las personas con c¨¢ncer.
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